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Las reservas hidroeléctricas de Quebec podrían convertirse en la 'gigabatería' que Nueva York necesita para equilibrar su red

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Las ingentes reservas de agua de Quebec podrían ser la clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de las superpobladas ciudades y suburbios que hay entre Boston y Nueva York, al precio más bajo posible. Todo lo que se necesita es un puñado de nuevas líneas de transmisión, según investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), y la red existente de represas hidroeléctricas desde la Bahía de Hudson hasta el río San Lorenzo podría servir como una batería gigante para el noreste de EEUU.

Las represas de Quebec envían algo de energía al sur a través de la frontera canadiense, suministrando el 15% de la electricidad de Nueva Inglaterra en este momento. Pero la clave para reducir las emisiones de ambas redes eléctricas radica en enviar más electricidad de un lado a otro. Las instalaciones de energía solar y eólicas que se están construyendo en Estados Unidos, ayudarían a alimentar a Quebec en días soleados o ventosos, dando tiempo a los depósitos hidroeléctricos para recargarse. Luego, cuando cae el sol o el viento se calma, las represas canadienses se harían cargo.

Es similar al sistema establecido entre Dinamarca y Noruega, la primera rica en energía eólica y la segunda con el sistema hidroeléctrico más grande de Europa. Dinamarca envía el exceso de energía eólica a Noruega, y esa energía le permite a Noruega rellenar sus depósitos hidroeléctricos. Cuando Dinamarca necesita más electricidad, la energía fluye en sentido contrario. "Dinamarca y Noruega son una postal del futuro", dijo a Bloomberg Emil Dimanchev, uno de los autores del estudio del MIT, titulado Comercio bidireccional de electrones verdes: la profunda descarbonización del noreste de EEUU y el papel de la hidroelectricidad canadiense.

En numerosas ocasiones, los ingentes recursos hidroeléctricos de Quebec se ven como un competidor de las energías renovables del noreste de EEUU. Pero Dimanchev y sus colegas sostienen que **el uso conjunto de las energías renovables del noreste de EEUU y la energía hidroeléctrica canadiense como un sistema integrado podría reducir entre el 17 y el 28% el costo de alcanzar una red eléctrica de cero emisiones para 2050 para Nueva Inglaterra y el estado de Nueva York. **

"Realmente lo estamos viendo como un complemento, una asociación entre la energía hidroeléctrica y las energías renovables en los Estados Unidos", dijo Dimanchev, investigador asociado senior en el Centro de Investigación de Políticas de Energía y Medio Ambiente del MIT (MIT CEEPR). "La respuesta es que debemos usar ambos si queremos descarbonizar rápido y a bajo costo".

La empresa Hydro-Quebec, que cuenta con 63 centrales hidroeléctricas repartidas por la provincia francófona, ha querido desarrollar su negocio hacia el sur. La compañía dijo que descarbonizar la red requerirá todos esos recursos, en ambos lados de la frontera. "Este estudio realmente señala hacia dónde vamos: veamos esto a nivel regional", dijo el portavoz Gary Sutherland.

El futuro previsto en el informe viene con una trampa. Se basa en la construcción de suficientes líneas de transmisión transfronterizas para transportar 4 gigavatios de electricidad, lo que requiere aproximadamente cuatro líneas nuevas, según la estimación de Dimanchev. Pero las líneas de transmisión se encuentran inevitablemente con resistencia.

La Corte Suprema de New Hampshire el año pasado bloqueó la línea de transmisión planificada para el Northern Pass que provocó una feroz oposición dentro del estado. El plan del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, para una línea de transmisión desde Quebec a su ciudad ha provocado críticas tanto de los productores de energía estadounidenses, que dicen que bajaría los precios, como de los ambientalistas preocupados por el impacto en la demanda de más instalaciones eólicas y solares.

La línea propuesta New England Clean Energy Connect que llevaría la energía hidroeléctrica canadiense hacia Massachusetts obtuvo la aprobación de la Comisión de Planificación del Uso de la Tierra de Maine en enero, pero incluso ese desarrollo podría ser revertido por un referéndum estatal este otoño.

Sue Ely, abogada del Consejo de Recursos Naturales de Maine, duda de que funcione de la forma en que los investigadores del MIT lo imaginan. Los clientes estadounidenses ya han firmado acuerdos de compra de energía a largo plazo para toda la capacidad de la línea, dijo Ely, lo que significa que no habría espacio para la electricidad que fluye hacia el norte.

La filial de Iberdrola que propuso la línea, Avangrid Inc., dijo que la mayor parte de su capacidad de 1.200 megavatios se dedicará a las importaciones durante las primeras dos décadas de la línea. "Después de los primeros 20 años, dependiendo de la demanda de energía y los mercados, la línea podría usarse para hacer circular la energía en ambos sentidos'', dijo Thorn Dickinson, vicepresidente de desarrollo comercial de la compañía a Bloomberg. "Es posible que durante este segundo período de 20 años haya suficiente energía intermitente en línea para hacer que este acuerdo valga la pena''.

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