Una semana después de la entrada en vigor de las sanciones estadounidenses contra las petroleras rusas Rosneft y Lukoil, las refinerías indias atraviesan un momento decisivo, obligadas a ajustar su relación con el crudo ruso en un escenario marcado por la presión de Washington, las restricciones europeas y la necesidad de mantener el acceso a energía barata en un país que consume cada vez más petróleo.
En agosto, Estados Unidos impuso aranceles de hasta el 50% a productos indios con el argumento de que Nueva Delhi alimentaba, a través de la llamada "laguna de la refinería", una puerta trasera para que el petróleo ruso transformado en la India siguiera llegando a Europa.
El Kremlin confirmó este viernes que el presidente ruso, Vladímir Putin, viajará a Nueva Delhi los días 4 y 5 de diciembre, en su primera visita a la India desde el inicio de la guerra en Ucrania y en medio de las negociaciones entre Donald Trump y Rusia por el conflicto.
Nueva Delhi ha reiterado en las últimas semanas que sus decisiones energéticas están guiadas por la "seguridad energética" de sus 1.400 millones de habitantes y que seguirá buscando "energía asequible de diversas fuentes", según el Ministerio de Exteriores.
India, pieza esencial en el mapa petrolero ruso
India se ha convertido en un comprador imprescindible para Moscú desde que comenzó la guerra en Ucrania, y hoy es el segundo mayor importador mundial de combustibles fósiles rusos —solo por detrás de China— y el destino del 38 % del crudo que Rusia exportó en octubre, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA).
Las enormes refinerías privadas indias de Jamnagar y Vadinar, entre las mayores del planeta, han permitido que el petróleo ruso encuentre una salida estable hacia los mercados internacionales, entre ellos Europa y Oriente Medio, a través de la transformación en productos refinados legalmente en su territorio.
Un pico de compra antes de las sanciones
Según compartió con EFE la consultora Vortexa, las refinerías indias importaron en noviembre unos 1,70 millones de barriles diarios (mbd) de crudo ruso, un 16% más que en octubre, con un repunte evidente en los días previos al 21 de noviembre, la fecha impuesta por Trump para el inicio de las sanciones.
El jefe de análisis de Asia-Pacífico de la firma, Ivan Mathews, dijo a EFE que entre el 1 y el 21 de noviembre las llegadas alcanzaron 1,79 mbd, un reflejo de "cómo los refinadores aceleraron las compras antes del fin del periodo de transición".
Sumit Ritolia, analista jefe de refino del proveedor global de datos Kpler, elevó la cifra alrededor de un 15 % más, con 1,96 millones de barriles diarios (mbd) registrados hasta ahora, impulsada por la fuerte actividad de Nayara Energy, participada por Rosneft.









Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios