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El NO2, un gas generado en las reacciones de combustión a altas temperaturas que se producen principalmente en los vehículos motorizados, que además de la contaminación afecta especialmente al ser humano.

Ya es visiblemente apreciable en estas ciudades, la ausencia de las conocidas sombreros de contaminación visibles principalmente en los días laborables durante  prácticamente todo el año.

Sin lugar a dudas, la situación actual del medio ambiente podemos considerarlo como una de las escasas noticias positivas que nos deja esta terrible situación provocada por la expansión del Covid-19 y que está poniendo a prueba nuestro sistema sanitario, nuestra capacidad de gestión y toma de decisiones, y en breve nuestra economía.

Habrá tiempo para analizar cuando se vuelva gradualmente a la normalidad, si este efecto tiene un impacto positivo en frenar los efectos progresivos del cambio climático que tienen como principales consecuencias el aumento de las temperaturas en todas las épocas del año y la frecuencia cada vez más habituales de inundaciones y olas de calor que también tiene consecuencias directas en la curva de la demanda energética por el elevado uso de los equipos de aire acondicionado, y en el aumento de enfermedades respiratorias, circulatorias y de cáncer de pulmón que disminuyen nuestra calidad de vida.

Como sociedad necesitaremos reflexionar, también en clave energética, si es conveniente acelerar todavía más,  las medidas enfocadas a la disminución de vehículos a motor de combustión y su sustitución por vehículos más sostenibles y en la incentivación de la generación de energía alternativa para disminuir la contaminación.

Por este motivo, siendo la prioridad indiscutible la lucha contra la pandemia,   actividades que deberían promoverse y recibir incentivos financieros por las administraciones cuando pase todo esto, aquellas directamente relacionadas la reducción de emisiones, como la rehabilitación de edificios, los equipos eficientes o la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos.

Si alguna lección podemos extraer de la actual situación es que la naturaleza no negocia y hay experiencias como la actual imprevisible y no deseada que nos marcan el camino.

Alejandro Valdovinos es miembro del Cluster de l'Energia de Catalunya y responsable de Nuevos Negocios en Simon SA.

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3 comentarios

  • Miguel

    12/05/2020

    La muestra se ha de tomar de un periodo más largo, por ejemplo, de estos dos últimos meses.
    Lo primero que hay que analizar es la diferencia de viento y lluvia de ambos periodos para saber si la comparativa es homogénea o no.

    En cualquier caso, con la renovación continua de la flota automovilística, las partículas NOx van a seguir reduciéndose en los próximos años, sobretodo por la renovación de vehículos antiguos diesel sin distintivo ambiental y los anteriores a normativa euro6, por vehículos euro6 o euro 6+, añadido a la sustitución de algunas calderas como las de carbón y algunas de gasoil. Sólo con esto, la mejora en la atmósfera será notable y el nivel de NOx de estas ciudades se reducirá en más del 50%. Si a eso le añadimos que parte de los vehículos serán sustituidos por eléctricos o híbridos enchufables, la reducción de contaminación será aún mayor.

    La Covid-19 solo nos ha mostrado cómo será la contaminación de las ciudades con unos años de adelanto.
  • Turbomotor2000

    12/05/2020

    Sí, estamos alterando las condiciones idóneas para el desarrollo y mantenimiento de la vida en nuestro planeta. Hay que hacer algo, porque poder, se puede.
  • JELorenzo

    13/05/2020

    Un articulo interesante. Efectivamente habrá que reflexionar sobre el futuro energético pero antes de nada habría que comprender que contaminación por quema de hidrocarburos (partículas finas, NOx, SO2, etc) y cambio climático por emisiones de gases a efecto invernadero (CO2 y metano, principalmente) son dos cosas diferentes. Mientras que se haga esta amalgama no pensaremos correctamente y nos equivocaremos a la hora de aplicar las medidas necesarias. Por el momento no se ve un efecto del confinamiento mundial en las emisiones de CO2, si lo hay es un efecto muy pequeño que puede quedar en la barra de error. Para estar seguros de ésto habrá que esperar al menos 1 año, puede que más. También recomendaría al autor y a la gente interesada que leyera los informes del IPCC donde se dice que en promedio no han habido más inundaciones, ni el nivel del océano ha subido de manera alarmante (no natural), ni que haya más olas de calor ni, en general, más fenómenos climáticos extremos. Quitar el grano de la paja, dejar de hablar de oidas forma parte de esa reeducación/reflexión que hay que hacer para comprender lo que está en juego que no es sólo los intereses comerciales de algunas empresas.

    Volviendo al tema de la contaminación, y en particular al NO2, también recomiendo que lean el informe de la OMS sobre "el consenso" en la definición de valores umbrales: 40 microgramos/m^3 en promedio y 200 microgramos/m^3 para los picos. Los datos de Madrid los pueden encontrar en este enlace http://www.mambiente.munimadrid.es/sica/scripts/index.php?lang=es

    Un resumen del año 2019 está en este enlace http://www.mambiente.madrid.es/opencms/export/sites/default/calaire/Anexos/Memorias/Memoria_2019.pdf

    páginas 22-35 para el NO2. Y hay resúmenes que cubren el periodo 2007-2019. Los datos dicen:

    - Entre 2000 - 2019 el nivel promedio de NO2 en Madrid ha caído de un 30-40%, aunque con gran variabilidad en función de los años (leer condiciones meteorológicas)
    - El nivel alto promedio lo registran los meses de Nov-Dic-Ene. Las condiciones meteorológicas no favorecen la dispersión de los contaminantes.

    Estos son los datos, que cada uno extraiga las conclusiones. Imagino que hay informes come éstos para Barcelona. No me queda claro porque hay que ir a ver los gráficos de GreenPeace y no directamente los que proporcionan los municipios de Madrid y Barcelona.

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