La producción de petróleo de Libia superó el millón de barriles diarios por primera vez desde que, en 2014, una oleada de ataques e inestabilidad hiciera que descendiera hasta los 350.000, su nivel mínimo desde que en 2011 los rebeles acabaran con la dictadura de Muamar al Gadafi.
El ascenso ha sido posible gracias a la estabilidad lograda en los yacimientos del oeste del país, escenario de sabotajes en los últimos meses, y la progresión de los trabajos de reparación en el este, explicó a Efe una fuente de la Compañía Nacional de Petróleo (NOC).
Uno de esos avances es la reapertura, a partir de esta semana, del yacimiento de Al Majid, inactivo durante los últimos ocho meses debido a un problema eléctrico que impedía que pudiera bombear el crudo a la terminal portuaria de Zueitina.
Además, ha favorecido el acuerdo interino alcanzado con la alemana Wintershall para reanudar la producción, a pesar del pleito aún abierto.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y de la guerra civil, desde que, en 2011, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contribuyera a la victoria de los rebeldes frente a la larga dictadura de Al Gadafi (desde el 1 de septiembre de 1969 hasta su fallecimiento, el 25 de octubre de 2011).
En la actualidad, dos gobiernos se disputan el poder apoyados por distintas milicias: uno sostenido por la ONU en Trípoli y otro en el este, bajo la ascendencia militar de Hafter, que domina cerca del 60 por ciento del territorio nacional.
De la anarquía sacan beneficio los grupos yihadistas y las mafias dedicadas al contrabando de combustible, armas y personas.
Antes de la revolución, Libia producía en torno a 1,6 millones de barriles de crudo diarios.
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