En los tiempos que corren mirar cada céntimo en el repostaje de tu coche es clave para conseguir un buen ahorro. Tanto que si sabes dónde repostar podrías ahorrar hasta 24 euros
Vivimos un momento de inestabilidad no solo social sino principalmente económica. Con la inflación en máximos históricos y los precios de algunos bienes de primer nivel por las nubes, muchos siguen poniendo el foco sobre un sector que va a más: el de los combustibles. Y es que si bien fue en el 2022 cuando setocaron máximos históricosen este sentido con precios que llegaron a rozar los 2,5 euros por litro en la gasolina, hoy por hoy vemos cómo el precio vuelve a estar peligrosamente cerca de los 2 euros.
A día de hoy repostar el precio del litro de gasolina Sin Plomo 95 tiene una media de 1,75 euros, la de la gasolina Sin Plomo 98, de 1,93 euros y la del gasóleo, de 1,66 euros que pasa a ser de 1,77 en el caso del gasóleo A+. En contrapunto, el GLP sigue teniendo un coste de 0,94 euros por litro lo que sigue poniendo en liza su elevada rentabilidad por kilómetro, aunque las ventas de este tipo de combustible son residuales en comparación las de los combustibles alternativos.
Ahorro sustancial
Pero como ocurre con muchos aspectos de esta vida, la elección terminará siendo determinante sobre todo si lo que buscas es ahorro. Y es que elegir la gasolinera más barata para repostar durante estas primeras semanas de septiembre puede suponer un ahorro de hasta 24 euros por depósito (para uno de 60 litros de capacidad), según los datos recogidos por la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae) tras comparar el precio más alto y el más bajo que ofrecen las estaciones de servicio en cada provincia.
El análisis se ha realizado a partir de los precios publicados en el Geoportal de gasolineras del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. El ahorro varía en función de los territorios analizados siendo Málaga la provincia de la Península que presenta una mayor diferencia entre la gasolinera más cara y la más barata, con una diferencia de 39 céntimos, lo que supone un ahorro para un depósito de gasolina de 60 litros de 23,40 euros. Tras ella se encuentran Barcelona y Castellón (38 céntimos) y Alicante (37 céntimos) como provincias que presentan una mayor diferencia. Esto supone un ahorro de 22 euros por depósito.
En cambio, en el caso del diésel, la provincia que presenta una mayor diferencia es Madrid con 41 céntimos, lo que supone un ahorro por depósito de 24,6 euros. Tras la capital, están Valencia y Badajoz con una diferencia de 39 y 38 céntimos, respectivamente. En el lado contrario de la tabla, está Pontevedra, donde hay una diferencia de 14 céntimos en gasolina y 15 céntimos en diésel, entre la gasolinera más cara y la más barata.
Mucha competencia
Ahora bien, para encontrar la mayor brecha económica entre provincias hay que irse a las Islas Canarias. Porque tanto Las Palmas de Gran Canaria como Santa Cruz de Tenerife son las provincias que presentan la mayor diferencia entre la gasolinera más barata y la más cara. En gasolina, Las Palmas tiene una diferencia de 48 céntimos, mientras que en Tenerife es de 46 céntimos. Esto supone, para un depósito de 60 litros, un ahorro de casi 28 euros y 27 euros por depósito, respectivamente. En la diferencia del diésel, varían las posiciones. Tenerife es la que presenta una mayor diferencia con 46 céntimos, frente a los 43 céntimos que tiene Las Palmas. El ahorro para un depósito de 60 litros asciende a 27 euros y a 25 euros respectivamente.
Desde la patronal de gasolineras automáticas afirman que el motivo principal de esta diferencia de precios es la menor estructura de costes que tienen las estaciones automáticas frente a las estaciones tradicionales. Además, remarcan que este tipo de gasolineras cuentan con la libertad de elegir el producto al mayorista, homologado por las autoridades, que oferte el mejor precio, trasladando ese ahorro al consumidor. Según el último estudio de las gasolineras automáticas presentado hace unos meses, este tipo de gasolineras (las automáticas) suponen ya casi el 20% del mercado, y gracias a la presión competitiva que generan, ayudan a bajar el precio en las zonas en las que se implantan. Aunque las estaciones automáticas son un modelo que está en auge en España, aún siguen existiendo trabas por parte de la Administración para su implantación. Así, desde la Asociación denuncian que las limitaciones que les ponen son "arbitrarias" y no obedecen al interés general.
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