El Grupo Lockheed Martin está aumentando su perfil energético en un intento de entrar en el mercado de almacenamiento de energía con una oferta de sistemas de baterías de litio-ion, además de sus baterías químicas de flujo.
El mercado de almacenamiento de energía es bastante complicado, pero es creciente. Los grandes conglomerados internacionales y proveedores de equipos se han dado cuenta del cambio que se está produciendo en las arquitecturas de la red y están tomando posiciones en este frente de batalla. AES Energy Storage, Panasonic , LG Chem, Samsung, Saft, S & C Corporation, ABB y GE están todas metidas de lleno en el fregado, así como los recién llegados, entre los que se incluyen Tesla, Stem, Alevo y Green Charge Networks.
Lockheed Martin llega a la batalla con más de 100.000 empleados en todo el mundo, una capitalización bursátil de 69.100 millones de dólares y siendo la destinataria de casi el 10% de los fondos pagados por el Pentágono en 2013.
Todas estas empresas se han visto ‘obligadas’ a entrar en un dinámico y creciente mercado de almacenamiento en todos sus segmentos, tanto el de las compañías eléctricas, como el residencial y el no residencial, que incluye las instalaciones comerciales e industriales, cuya evolución en el mercado estadounidense se puede ver en este gráfico:
Richard Brody, director de Ventas y Marketing de la división de almacenamiento energético en Lockheed Martin Advanced Energy, y Brad Fiebig, director de producto, han explicado que la compañía va a por el negocio del almacenamiento a través de dos vías que caminan en paralelo. La primera es la integración de los sistemas de litio-ion. Brody señala que mientras que los precios de las baterías de litio-ion están cayendo, “no hemos visto ninguna innovación valiosa ni reducción de coste en la balanza de sistema”.
“Hemos diseñado un sistema completo e integrado de CA (corriente alterna) de litio-ion”, dijo Brody, y agregó: “Todo está ahí: la batería, gestión de la batería, gestión térmica, las interconexiones de corriente alterna, todo por ingeniería para acceso único”. El sistema está dimensionado para 250 kilovatios / 500 kilovatios hora, pero se puede configurar para implementaciones más pequeñas o más grandes en aplicaciones de C + I y para proyectos de eléctricas de tamaño pequeño o mediano.
“Nosotros trabajamos con proveedores de primer nivel”, dijo Brody, señalando que algunas empresas están en el negocio de integración “como mecanismo de arrastre para vender sus propios componentes. Nosotros, por el contrario, tenemos libertad para seleccionar los mejores componentes”.
“Creemos que el litio-ion puede hacer frente a la mayor parte de las aplicaciones en la red”, con las limitaciones consabidas en el ciclo de vida, profundidad de descarga y escalabilidad, dijo Fiebig, “pero para mayores duraciones, creemos que las baterías de flujo son la mejor solución”.
La otra línea de trabajo de Lockheed Martin en almacenamiento de energía es la comercialización de una nueva tecnología de baterías de flujo. En 2014, el gigante aeroespacial adquirió “todos los activos de Sun Catalytix Corporation” por un monto no revelado. Aproximadamente 25 empleados fueron transferidos a Lockheed Martin como parte del trato.
Cuando hablamos con los inversores y el consejero de Sun Catalytix, Bob Metcalfe, en 2010, nos dijo que Sun Catalytix iba a comercializar un nuevo catalizador, muy asequible, que divide el agua en oxígeno e hidrógeno. Según Metcalfe, el profesor del MIT, Daniel Nocera, había descubierto un proceso que “imita la fotosíntesis con la química inorgánica”. La ciencia que sustenta Sun Catalytix fue un catalizador amorfo de fosfato de cobalto en solución con un pH neutro a 1 atmósfera que puede mediante la electrolisis del agua obtener hidrógeno y oxígeno. Metcalfe dijo que los materiales que se utilizan no eran tóxicos, “son muy baratos” y muy abundantes en la tierra y “se pueden comprar en Home Depot”.
La startup con sede en Cambridge, Massachusetts, cambio más tarde su tecnología y el plan de negocio de una hidrólisis difícil de comercializar por una tecnología de baterías de flujo para almacenamiento de energía, que es la tecnología que Lockheed Martin está tratando de introducir en el mercado.
Las baterías de flujo han hecho algunos progresos recientemente en su comercialización, pero el desarrollo de nuevas tecnologías de almacenamiento de energía sigue siendo un esfuerzo que requiere tiempo y capital intensivo. Y esa es, precisamente, la ventaja de Lockheed Martin, que tiene la cartera y la paciencia para llevar esta tecnología al mercado.