El Öko-Institut y el DWI de Berlin han producido un nuevo indicador de costes energéticos de la industria alemana y los investigadores han encontrado que las facturas de la industria germana se han reducido en un 10% con relación a 2010, un año antes que el gobierno de la canciller Angela Merkel decidió poner fin a la energía nuclear de una manera escalonada.
Para ser justos, uno de los principales efectos sólo se inició a mediados de 2015, cuando el precio de los combustibles fósiles comenzó a caer en picado en los mercados mundiales. Y en el índice de costes que se puede ver en el siguiente gráfico, la caída en picado de 2010 también fue el resultado de la fuerte caída de los precios de los combustibles fósiles desencadenada tras la crisis financiera.
El índice está, pues, un 21% por debajo del nivel de base de mediados de 2010. Los costes mensuales de la energía en un promedio de seis meses se situaron en 2,72 millones de euros en el primer trimestre de 2016, 280 millones de euros menos que en 2010, lo que equivale a una reducción del 10 por ciento.
El estudio divide a la industria en diferentes categorías (en este caso, tres) de acuerdo con la cantidad de energía consumida. Y como era de esperar, a la industria electrointensiva de elevado consumo energético le está yendo bastante bien en este momento, con el índice de costes en poco menos de 67 puntos, lo que supone una reducción del 23%. Hay que tener en cuenta que esta industria no paga la tasa a las renovables en su factura eléctrica, está exenta de ello.
El estudio está disponible en alemán (con un resumen en inglés) en formato PDF. La industria en Alemania dedica más o menos la mitad de sus gastos sólo a la electricidad, seguida de algo más de un tercio por la suma de gas y petróleo. Las compras directas de carbón y otras fuentes de energía en conjunto representan sólo el 13%.
Es importante tener en cuenta estas relaciones cuando hablan sobre el impacto del coste de la Energiewende sobre los precios de la industria. El coste de las energías renovables sólo afecta a la electricidad, que en sí es sólo la mitad de la imagen.
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