La proliferación de proyectos para construir parques eólicos en muchas zonas de España ha puesto en pie de guerra a ecologistas, agricultores y vecinos, que ven en los nuevos y modernos molinos de viento muchos peligros para la fauna, la biodiversidad, el campo y, sobre todo, un gran impacto visual.
La necesidad de poner en marcha energías renovables topa con las reticencias de muchos vecinos que no se fían de los estudios de impacto ambiental, y hay conflictos abiertos en la Costa Brava, donde hay un proyecto para instalar aerogeneradores en el mar, en el Penedès y La Rioja, para ponerlos entre viñas, o en Galicia, para aprovechar los vientos que llegan del Atlántico.
Según ha señalado a Efe el técnico en conservación de biodiversidad y en cooperación para el desarrollo Luis Bolonio, uno de los impulsores de la organización Alianza Energía y Territorio (Aliente), que agrupa a 135 entidades y colectivos, plataformas, científicos y representantes políticos; los aerogeneradores a gran escala provocan daños irreparables en la fauna, sobre el medio ambiente e impactos visuales.
Por todo ello, propone "un modelo distribuido" y que "las administraciones controlen los estudios de impacto ambiental", que ahora "están en manos de los oligopolios eléctricos y energéticos", dice.
Castilla y León, con 257 parques eólicos, es, según la Asociación Empresarial Eólica (AEE), la comunidad con más presencia de aerogeneradores, sobre todo en Las Merindades (comarca del norte de Burgos), con molinos que superan los 180 metros.
La Mesa Eólica Merindades se opone a la construcción de más parques y pide una integración racional de las energías renovables, mientras que los vecinos de Leoz, en Navarra, provincia en la que hay más de 50 parques eólicos en servicio con una potencia instalada de 1.089 megavatios, han creado una plataforma también para oponerse a la instalación de 18 molinos de viento -que tendrían una altura de 230 metros-.
Los vecinos de Leoz consideran que ya hay una saturación de parques eólicos que suponen un importante impacto ambiental y distorsionan la imagen y el relieve de las montañas.
Otra de las zonas afectadas es La Rioja, que cuenta con 14 parques y 450 aerogeneradores de 448 megavatios; y donde está prevista la instalación de 23 aerogeneradores de 197,5 metros en el Alto Cidacos y otros en los valles de Ocón, Jubera, Ausejo, Aldealobos y Enciso, localidades donde los vecinos creen que estos proyectos van a dañar el patrimonio del medio rural y provocarán una despoblación forzosa.
Bajo el grito "Eólicos sí, pero no así", numerosos colectivos y plataformas ecologistas, vecinales, sociales, culturales y sindicales de toda Galicia se dieron cita el 5 de junio en Santiago de Compostela para denunciar la actual normativa que regula la instalación de parques eólicos.
Los ecologistas de Galicia, territorio con más de 4.000 aerogeneradores distribuidos en 180 parques, de los cuales casi un tercio están en municipios de menos de 5.000 habitantes, denuncia una "invasión eólica", con 130 proyectos pendientes de ser aprobados.
En Cataluña, las comarcas con concentración de parques eólicos y fotovoltaicos exigen un modelo con "más diálogo y más participación del mundo local", ya que se está convirtiendo en un territorio "invadido y sobresaturado de instalaciones eólicas", según unas sesenta plataformas de los territorios afectados: el Alt Pirineu y Aran, Ponent, Cataluña Central, Penedès, Camp de Tarragona y Baix Ebre.
Según los últimos datos de la Generalitat, solo el 16 % de la energía consumida en Cataluña proviene de fuentes renovables, cuando el objetivo es llegar al 50 % en 2030.
Desde Aliente señalan que estos proyectos a gran escala no son suficientes para luchar contra el cambio climático y que el proyecto de ley de cambio climático se queda a la mitad de los objetivos de reducción de emisiones que necesitamos.
Por eso, Luis Bolonio propone abogar por un "modelo distribuido" basado en el autoconsumo, acercando las fuentes de generación de energía a los puntos de consumo "con fotovoltaica en los tejados".
También defiende que las grandes industrias generan mucho menos empleo que los pequeños negocios, "de aquí a 2030, con los megavatios que se quieren instalar, ellos calculan que se generarán 130.000 empleos, pero si fuesen pequeñas instalaciones, de menos de 5 MW serían 830.000 empleos, la diferencia es abismal", según Bolonio.
Por contra, el secretario general de la Asociación de Empresas de Mantenimiento de Energías Renovables (Aemer), Alberto Ceña, ha asegurado a Efe que las instalaciones eólicas generan mucho trabajo en la construcción, operación y mantenimiento y que, además, es un trabajo de larga duración, "hay que tener en cuenta que estamos hablando de 30 años de trabajo".
Según ha expresado a Efe el ingeniero industrial y director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables) José María González Moya, hay que buscar un equilibrio entre la generación distribuida y la centralizada, porque en España "tenemos un gran consumo de energía que no se puede abastecer solo con paneles solares".
González Moya defiende que se tienen que aprovechar las sinergias y los puntos positivos de cada una de las renovables, porque "no siempre hay sol y no siempre hay viento", y pone de ejemplo la generación de energía eléctrica a partir de la biomasa.
Un reportaje de Marta Bieto Massip para la Agencia EFE.
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