Las petroleras estaban que ni se lo creían hace solo unos seis u ocho meses. Estaban registrando unos márgenes de refino históricos, en muchos casos por encima de los ocho o nueve dólares por barril.
Pero en cuestión de meses, en este 2016 los márgenes de refino, una de las pocas áreas de negocio que estaban salvando un poco las cuentas de las grandes petroleras, se han desplomado hasta niveles precrisis, es decir, hasta los cuatro dólares por barril, en algunos casos del Viejo Continente. Han caído a la mitad.
Todo el sector sabía que la fiesta de los márgenes altos no iba a durar toda la vida. La competencia es muy dura, pero claro, cuando el crudo está muy barato, es más fácil rentabilizar los productos refinados en las instalaciones petrolíferas.
Ahora es cuando de verdad se va a ver la capacidad de las compañías petroleras para aguantar el chaparrón. La caída de los márgenes se ha adelantado unos meses a lo que preveía el sector, y las empresas tienen que agudizar el ingenio para cuadrar las cuentas.
Hasta el año pasado todo iba viento en popa para el negocio de downstream, incluso era capaz de tapar el agujero creado por el upstream ante el parón de las operaciones de extracción y producción de crudo por todo el mundo.
Las petroleras no habían conseguido esos ratios prácticamente en su vida. Por ejemplo, casi tres cuartas partes del beneficio subyacente de BP antes de intereses e impuestos en base al coste de reemplazo, un indicador de los beneficios ajustados que emplea la compañía, derivó de sus operaciones de refino y comercialización durante 2015, frente a menos de una quinta parte en 2013.
En Shell, que desglosa sus flujos de caja por negocio, la mitad del flujo de caja operativo de 2015 procedía del refino y la comercialización, frente al 20% en 2013.
Ahora tienes el ejemplo de las dos grandes petroleras que operan en España reflejado en el resultado de sus cuentas del primer trimestre. Repsol, su margen de refino en España se situó en el primer trimestre en 6,3 dólares por barril, un 27,6% menos que los 8,7 dólares por barril del mismo periodo de 2015.
En el caso de Cepsa, el margen de refino se situó en 5,8 dólares por barril, frente a los 7,3 dólares de un año antes. Y eso que las petroleras españolas son de las mejores. Ambas compañías, junto a BP, han realizado fuertes inversiones en sus refinerías y han conseguido aumentar su competitividad en plena crisis mientras que sus homólogas europeas no lo han pasado tan bien aunque también se beneficiaran de un crudo barato.
Ahora, las compañías tienen un nuevo caballo de batalla. La lucha ya no está en ser eficientes, o en tratar de producir más a pesar de los precios actuales del petróleo. Donde se ve que una compañía hace bien las cosas es en el refino, y ahora todo el sector se ha puesto a competir y quien sea más fuerte aguantará.
Llegan las vacas flacas, los problemas. Es la hora de la verdad.
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