España ya dispone de un plan para su transición energética con el horizonte 2030. Todavía no es definitivo y hasta el 31 de diciembre estará en trámite de consulta pública, por eso, es la hora de que el sector energético haga su valoración y exponga su punto de vista. Eso es lo que han hecho Acciona, EDP, Endesa, Iberdrola, Naturgy y Repsol en la jornada "Una valoración económica del PNIEC" organizado por Enerclub. Aunque el PNIEC ha conseguido aunar una visión unánime y positiva desde energéticas tan diversas, también ha recibido sus críticas.
"España está de vuelta, con el PNIEC se pone de nuevo el foco de las inversiones en nuestro país", señalaba José López-Tafall, director de regulación de Acciona, "es una tendencia que veíamos como una oportunidad para el sector renovable, hemos conseguido una reducción de costes y aportamos beneficios a la sociedad".
"Sin embargo, aunque se diversifique el campo de actuación, el PNIEC debería recoger cierta priorización de unas tecnologías sobre otras, también debería reconocer que hay oportunidades en optimización de parques eólicos o aumentar la participación del almacenamiento. Si se hace así, seremos unos campeones en la generación y gestión de renovables más almacenamiento".
Para López Tafall, al sector de las renovables se le abre un gran abanico de oportunidades de negocio donde invertir: movilidad, digitalización, el ámbito de la gestión de la demanda o en el de la industria, entre otros. "El sector renovable puede convertirse en un nuevo bicho, en un nuevo animal si amplía sus nichos de mercado".
"Me gustaría que a la Transición Justa se la llamara la 'Transición Sensata'", decía por su parte José Luis Gil, director de Clientes y Mercados de Naturgy, "porque la electrificación no es un fin es un medio. Sabemos que las renovables son imparables, sus costes están por debajo de cualquier tecnología, incluso de la nuclear. Además, se le suma la sostenibilidad ambiental. Pero el problema es que si España necesita movilizar inversiones de más de 200.000 millones de euros en la próxima década, ¿quién pagará esta transición? ¿el de siempre, el consumidor? ¿cómo lo vamos a financiar".
En el caso de Repsol, Alejandro Oliva, director de Estrategia y Planificación, reconocía que "hay una buena noticia, las curvas de abatimiento de costes (curvas McKinsey) de hace diez años no están actualizadas, pero nosotros sí lo hemos hecho. La nueva curva genera 150.000 millones de euros en ahorros al consumidor con dos palancas: la eficiencia energética y la penetración renovable, con todas las tecnologías progresando paralelamente, además de contar con la generación distribuida, el CCS (almacenamiento y captura de CO2) y las baterías".
"Lo que nos preocupa es que España quiera liderar esa transición energética y luego lo vamos a pagar en la factura. El carburante paga ya 15 euros más en impuestos que la electricidad. Con la electrificación del transporte habrá que empezar a buscar cómo evitar entrar en déficit de tarifa. Por eso, decimos sí a la fiscalidad pero teniendo en cuenta que ya se está pagando más en el sector del carburante, con el Impuesto Especial de Hidrocarburos".
"También echamos en falta en el PNIEC un plan tecnológico que son las que solucionarán los problemas. No nos gustaría, como hasta ahora, que EEUU sea quien innove, China no solo el que copia sino el que desarrolle también y Europa se quede atrás. Esto tendría una repercusión directa en el empleo, porque ¿se van a fabricar las baterías en España? Hasta el momento nuestra industria produce motores y es puntero a nivel mundial, ¿y los paneles solares? ¿también los fabricaríamos en nuestro país? Y por último, ¿hay una política transversal para el desarrollo del CCS?".
"Sabemos que tenemos que reducir las emisiones de CO2, pero es un desafío mundial, es un problema global, y debería estar en la agenda internacional, no solo quedarse en un debate de nuestro sector en España", concluyó Alejandro Oliva.
"El esfuerzo de electrificación que hay en este plan es muy positivo", añadió Rafael del Río, director de regulación de Iberdrola, "pero echo en falta aún más objetivos de electrificación como objetivos de movilidad compatible con lo que dicen los fabricantes. También se puede ser más ambicioso en otros sectores como la industria o la tecnología de baja temperatura (entalpía), y es importe hablar de las señales económicas".
En su opinión, "si los consumidores no reciben esas señales, no van a cambiar sus modos de consumo". También coincide con la necesidad de una reforma fiscal, "pero no recaudatoria". Por eso, recomienda "acudir al informe del Comité de Expertos de hace un año, que hay mucho trabajo que se podría rescatar".
"Lo que no tiene sentido es que queramos aumentar las interconexiones y paradójicamente sirven para que cerremos el carbón en España mientras importamos la energía que produce una central térmica en Marruecos, o queremos cerrar nuclear mientras importamos la que se genera en Francia", apuntilla Ramón Bobers, jefe de Estudios de EDP, "el PNIEC debe tener en cuenta el cambio de la distribución de la riqueza de la transición justa que no acabamos de ver con las medidas que se proponen. La descarbonización exprés lleva a aumentar la deslocalización y a la pobreza de determinados territorios. No se puede hacer una transición sin el consenso de todos".
"La clave es la fiscalidad", concluyó el responsable de Acciona, "el informe se centra demasiado en la oferta pero la demanda también importa, y la fiscalidad en ese lado del sistema hay que reformarla si queremos cambiar las cosas. No solo hay que hablar del impuesto del 7% de generación, también del 4% del impuesto eléctrico, (eso aparte del IVA)".
"Además de la fiscalidad, echo de menos que el PNIEC no de la importancia que merece a la movilidad profesional, que principalmente encaja para los combustibles a gas o GLP", finalizó el responsable de Naturgy, "y según mi punto de vista, más mercado, más competencia y menos regulación, vamos a un mix con tecnologías que tienden a cero en costes variables pero todos los costes fijos. Y lo que puede ocurrir con ello es un poco lo que ha pasado en el sector de las telecomunicaciones: cuando se aplicaron los costes fijos y se implantó la tarifa plana, se disparó el tiempo de uso de la telefonía, algo así podría ocurrir en el sector energético".
Elena Pérez
20/03/2019