El renovado Gobierno de Luxemburgo del primer ministro Xavier Bettel ha anunciado que aumentará los impuestos sobre el carburante en 2019, una medida que en la vecina Francia sirvió de detonante de la oleada de protestas de los “chalecos amarillos” y de la posterior marcha atrás del presidente Emmanuel Macron al anular una tasa similar.
Se trata de una iniciativa en línea con el programa de la coalición de Gobierno de liberales, socialistas y ecologistas, que cuentan con “adaptar” la imposición a los “productos petroleros” para cumplir con los compromisos suscritos por Luxemburgo en el marco del Acuerdo de París.
El nuevo ministro de Energía del Gran Ducado, Claude Turmes, precisó en declaraciones a la emisora RTL que todavía no existe fecha exacta ni monto para esa medida de fiscalidad ecológica.
“Aún no tenemos cifras precisas, pero podría tratarse de un alza de uno, dos o incluso tres céntimos por litro como máximo”, declaró Turmes, quien agregó que no se aplicará a partir del 1 de enero.
El alza de los carburantes se suma a la intención del Ejecutivo de hacer que todos los transportes públicos del pequeño país centroeuropeo sean gratuitos para el conjunto de la población a partir de 2020.
Desde el pasado agosto, trenes, tranvías y autobuses ya eran gratuitos en Luxemburgo para los menores de 20 años.