De todos es sabido que la basura puede ser aprovechada para producir energía. Lo que no es tan conocido es que el calor que sale de las rejillas del Metro o el agua que entra por una alcantarilla también podría utilizarse para mejorar nuestros recursos energéticos, siempre escasos.
Este es el objetivo de la Asociación público-privada ‘Madrid Subterra’ que se ha propuesto explorar y explotar el potencial energético que hay debajo de nuestros pies. Junto al calor natural del subsuelo, las infraestructuras y servicios subterráneos también constituyen importantes fuentes de energía. Así ocurre, por ejemplo, con la ‘metrolinera’ empleada en la recarga de vehículos eléctricos gracias a la energía de frenado en los convoyes de Metro.
Un proyecto “osado”, “valiente”, e incluso “utópico”, según lo ha definido la alcaldesa, Ana Botella, en el que se viene trabajando desde hace un par de años. La asociación hará una convocatoria anual de ideas para la selección de 10 propuestas y escogerá dos proyectos.
Universidades, colegios de Ingenieros, profesionales y empresas como Gas Natural, Acciona, Cepsa, OHL o Sacyr, además del Ayuntamiento de Madrid, forman parte de esta plataforma empeñada en la búsqueda de toda esa energía limpia y renovable que encierra el subsuelo de la capital. Nueva York, Viena o Helsinki también se han interesado ya por este gran potencial energético que no se aprovecha y se desperdicia.