La tercera licitación petrolera abierta a empresas privadas de México cerró con gran éxito al lograrse la adjudicación del 100 % de los contratos para la extracción de hidrocarburos en 25 campos terrestres.
Además, la mayoría de licitadores que se hicieron con alguna de las áreas a explotar tenían bandera mexicana, sobresaliendo el consorcio mexicano Geo Estratos Mxoil Exploración y Producción junto a Geo Estratos.
De los 25 campos, que ya habían estado en producción, se otorgaron 15 a empresas mexicanas que competían individualmente y cinco a consorcios conformados únicamente por firmas del país.
Tres de los cinco campos restantes fueron para la canadiense Renaissance, otro fue para el consorcio encabezado por la holandesa Canamex Dutch junto con las mexicanas Perfolat de México y American Oil Tools, y el último se lo adjudicó el consorcio de Roma Energy (Estados Unidos) junto con GX Geoscience Corporation (Estados Unidos) y Tubular Technology (México).
Se trataba de la primera licitación en tierra y los campos se hallan en los estados de Nuevo León (norte de México), donde se espera extraer gas; Tamaulipas (norte); Veracruz (este); Tabasco (sureste) y Chiapas (sureste), donde hay campos de petróleo y gas.
En primer lugar se llevaron a cabo las licitaciones de los campos tipo 2, aquellos con remanentes superiores a 100 millones de barriles de crudo. Esta etapa incluía cuatro campos y se adjudicaron todos ellos.
La primera área contractual la ganó la mexicana Compañía Petrolera Perseus. En Tajón, estado de Tabasco, se cuenta con una reserva original de aceite 3P (probadas, probables y posibles) de 651,6 millones de barriles y una producción acumulada inferior al 1 % del total, unos 1,4 millones de barriles.
El segundo, Cuichapa-Poniente, en Veracruz, fue adjudicada a Servicios de Extracción Petrolera Lifting de México al presentar la mejor oferta.
El tercer campo, en Veracruz, y el cuarto, en Tamaulipas, fueron para el consorcio operado por la holandesa Canamex Dutch junto a las mexicanas Perfolat de México y American Oil Tools y para la mexicana Diavaz Offshore, respectivamente.
En una segunda etapa se concursaron los 21 campos terrestres restantes, aquellos con un volumen remanente de hidrocarburos líquidos menor a 100 millones de barriles. El primer campo de estas características fue para la canadiense Renaissance, que en total ganó en tres concursos.
Se trata del área contractual Mundo Nuevo, en Chiapas, con una extensión de 28 kilómetros cuadrados, un volumen original de 86 millones de barriles de aceite 3P y 572.000 millones de pies cúbicos de gas, y una producción acumulada de casi 35 millones de barriles al 1 de enero de 2015 y 322.000 millones de pies cúbicos de gas.
Las siguientes adjudicaciones estuvieron muy repartidas, si bien predominó la victoria mexicana. En la mayoría de campos destacó la intensa concurrencia, con un promedio de entre cinco y 10 competidores por concurso. De esta manera, se superaron de largo las expectativas de la Secretaría de Energía.
Este lunes, el titular del ministerio, Pedro Joaquín Coldwell, consideró que lograr la adjudicación de cinco campos sería “excelente”, el equivalente al 20% de los 25 en licitación. En los dos primeros concursos, celebrados en julio y en septiembre, se adjudicaron el 26% de los bloques.
A diferencia de las dos primeras fases de la Ronda Uno de licitaciones, que abrió el sector petrolero a la iniciativa privada tras casi ocho décadas de monopolio estatal, las cuales establecieron contratos de producción compartida, esta tercera fase contempla un contrato de licencia de 25 años prorrogable a dos periodos de cinco años.
El contrato establece que el Estado recibirá una proporción de los ingresos brutos de cada proyecto en la forma de una regalía adicional, que oscila entre 1 y el 10%. Por el volumen de remanentes de petróleo, este concurso se planteó para empresas medianas y pequeñas.