La Secretaría de Energía (SENER) ha publicado el informe de avance en el cumplimiento de las metas de generación de electricidad a partir de energías limpias, donde se señala que a 30 de junio de 2016, México alcanzó una capacidad instalada de generación limpia de 20,1 GW, lo que representa el 28,39% de la capacidad total nacional, lo que supone un crecimiento del 6,29% respecto a la registrada en junio de 2015.
Con la entrada en operación de nuevas centrales en construcción y los proyectos ganadores de la primera y segunda subastas, se espera que en los próximos años la capacidad eólica se triplique, al sumar 2.456 MW en 2018 y otros 3.857 MW en 2019.
Por otra parte, la capacidad instalada de generación fotovoltaica muestra un mayor crecimiento entre las distintas tecnologías. A junio de 2016 el crecimiento fue de 100 MW aproximadamente, y se espera que al cierre del 2019 se asumen 5.400 MW de capacidad -20 veces la capacidad actual, que es de 270 MW-, debido a las adiciones de capacidad de nuevas centrales, y a los proyectos ganadores de la primera y segunda subasta que contribuirán con 1.691 MW y 1.853 MW, respectivamente.
En el primer semestre de 2016 se generaron 30.587 GWh de energía limpia, lo que representó el 19,68% de la generación total. Es destacado el crecimiento mostrado por la cogeneración eficiente, con una mejora del 34,94%, y por la eólica, que se apuntó un aumento del 11,87%.
No obstante, esta generación disminuyó en un 10,38% respecto al mismo periodo de 2015, debido a una disminución en las precipitaciones, lo que afectó a las grandes generadoras hidroeléctricas. Además, la planta nuclear de Laguna Verde tuvo un programa de recarga de combustible en los meses de marzo a mayo.
Cabe señalar que México cuenta con un enorme potencial en recursos renovables, y gracias a las reformas implementadas en el sector energético, se han ido eliminando barreras que impedían el desarrollo de nuevos proyectos y tecnologías, logrando crecimientos importantes en la instalación y desarrollo de nuevos proyectos.
La Ley de Transición Energética fijó como meta una participación mínima de energías limpias en la generación de energía eléctrica del 25% para el año 2018, del 30% para 2021 y del 35% para 2024.
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