Política energética

Miguel Arias Cañete: "El PNIEC español necesitará partidas presupuestarias de apoyo para cumplir sus objetivos de renovables y eficiencia"

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Tras cinco años al frente de la Comisaría de Acción por el Clima y Energía de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete puede presumir de haber sido uno de los artífices de haber puesto en marcha una de las legislaciones más ambiciosas en materia energética y climática. El paquete de Energía Limpia (también conocido como “paquete de invierno”) sienta las bases de la transición hacia una descarbonización de la economía con el horizonte 2030 en prácticamente todos los sectores productivos.

En noviembre dejará su cargo en Europa al renovarse toda la Comisión Europea tras ser elegida por el recién creado Parlamento Europeo. El Periódico de la Energía ha habido en exclusiva con Miguel Arias Cañete sobre los principales temas de actualidad.

Usted ha sido uno de los artífices del Paquete de Invierno. ¿Han sido lo suficientemente ambiciosos los objetivos alcanzados?

Probablemente el ‘paquete de energía limpia para todos los ciudadanos’ haya sido el paquete legislativo más grande y ambicioso adoptado por la Comisión en materia de energía, con ocho propuestas legislativas y más de 1.000 páginas de legislación que además ha habido que tramitar en tan solo 31 meses.

El esfuerzo ha sido enorme: desde la concepción técnica de las propuestas, con el apoyo mayoritario de la mayoría del colegio de comisarios, hasta tener un diálogo con el Consejo de Ministros de la UE para buscar un consenso básico de los Estados miembros hasta poner en marcha los informes del Parlamento Europeo, conseguir las votaciones en el Pleno y empezar los llamados trilogos, es decir, las negociaciones a tres bandas entre el Consejo y el Parlamento en el que la Comisión interviene como amigable componedor.

En esta legislatura he estado presente en todos los trílogos desde el principio hasta el fin poniendo en marcha propuestas de compromiso. Y por eso tengo la satisfacción de haber conseguido un nivel de apoyo a este paquete que en el Consejo y el Parlamento ha sido muy superior al 80%. Un objetivo muy complicado al tener un Parlamento que ha estado muy fragmentado, con algunos enfrentamientos políticos entre muchas fuerzas políticas. Finalmente ha habido escasas abstenciones de los Estados miembros, y muy pocos votos en contra en el Parlamento Europea. Por lo tanto es un paquete que nace con una enorme legitimidad democrática.

Es posible un plan voluntario de certificados de origen con Marruecos para promover el comercio de electricidad renovable.

¿Cómo fueron las negociaciones?

Han sido muy complicadas porque siempre hay problemas particulares. Tres en concreto: el primero el de los precios regulados. Muchos países se resisten a perder la capacidad de fijar los precios de la energía a todos los niveles, sobre todo en los mercados minoristas. También ha habido problemas para poner límite a las emisIones de CO2 a las centrales de carbón, porque hay muchos países que todavía dependen de una generación térmica. Me refiero a determinadas zonas en Alemania al no tener interconexiones norte-sur y por tanto los flujos de energía pasan a través de los países vecinos complicando las redes de transporte y distribución.

Luego hemos tenido grandes debates en materia de renovables y eficiencia energética donde el Parlamento ha tenido unos niveles de ambición muy altos, el Consejo más bajos, y la Comisión ha tenido que mediar. Pero al final el resultado ha sido enormemente positivo.

¿Qué balance hace de su gestión?

A mí no me gusta la falsa modestia pero sí me gusta analizar lo que ha pasado en este periodo. En primer lugar la Unión Europea tuvo un liderazgo muy claro para conseguir un Acuerdo de París ambicioso, para mantener el incremento de las temperaturas muy por debajo de los 2ºC e incluso aspirar a 1,5ºC.

Pero además ésta es la legislatura en la que desde el principio pusimos encima de la mesa la creación de la Unión de la Energía con más de 40 medidas y todas ellas están ya en la legislación europea. Por lo tanto, nos hemos equipado de un arsenal de legislación climática y energética suficiente para hacer frente a los objetivos de París.

Si además, tenemos en cuenta que hemos trabajado en la seguridad al poner en marcha estrategias de gas natural licuado, modificado las directivas de gas y realizado unas políticas de interconexiones gasísticas para completar los eslabones perdidos y energéticas para aspirar a los objetivos de interconexión mínimos establecidos en la ley, ha sido una legislatura que se han hecho enormes avances.

Eso sin olvidar los límites que hemos puesto a las emisiones de vehículos automóviles y furgonetas, la legislación de emisiones en vehículos pesados, en camiones, que es la primera vez que lo hace la UE.

Y como broche, la directiva de gobernanza y los planes integrados de energía y clima que, por primera vez, los Estados miembros han tenido que poner encima de la mesa, que ahora estamos analizando y que el próximo día 21 de junio trasladaremos a los Estados miembros las recomendaciones de la Comisión.

También culminamos esta legislatura con una estrategia de neutralidad climática 2050.

Así que ha sido una legislatura muy positiva en el que la iniciativa de la Comisión ha llevado a adoptar objetivos muy ambiciosos y que el Parlamento y el Consejo lo han apoyado. Ahora hace falta que esa legislación se ponga en marcha, ejecutarla y cumplir nuestros objetivos climáticos.

A usted le acusaban de estar al servicio del lobby petrolero. ¿Qué tiene que decir a sus detractores tras hacer balance de su gestión al frente de la Comisión de Energía y Acción Climática?

Me remito a que miren en el Diario Oficial de la Unión Europea. Allí se ve cómo se plasma una actuación política. Pero sobre todo una de las mayores satisfacciones que he tenido en mi vida política ha sido cuando en el pleno del Parlamento Europeo se han levantado muchos eurodiputados diciendo “con usted me equivoqué cuando inició su mandato y le damos las gracias por lo que ha hecho”. Eso en política no suele ocurrir porque nadie que se ha equivocado en un juicio de valor lo corrige a posteriori y también traslada ese espíritu de cooperación y de diálogo que ha habido entre la Comisión y el Parlamento para sacar adelante estas propuestas.

A mí me han acusado en mi vida de muchas cosas pero me gusta cumplir lo que prometo y tengo el gusto de haber vivido una de las épocas con la que más satisfecho he estado. También porque he tenido un equipo formidable que me ha apoyado sin el cual no hubiera podido hacer esto.

¿Qué le parece que el Plan Nacional de Energía y Clima de España sea el más ambicioso? ¿Cree que será posible que se lleve a cabo? ¿Cuáles serán las principales recomendaciones (si las puede adelantar)?

Lo que me alegra mucho es que todos los estados de la Unión Europea hayan puesto encima de la mesa sus planes de energía y clima. Ahora cabe preguntarse, ¿por qué hemos puesto en marcha la directiva de gobernanza? Para que los esfuerzos agregados nos permitan alcanzar los objetivos europeos es verdad que los clanes no tienen el mismo nivel de ambición.

Es verdad que hay países más ambiciosos como los países nórdicos, hay menos ambiciosos como los países bálticos, normalmente los mediterráneos no tienen objetivos tan elevados, pero el plan español sí es muy ambicioso. Aunque la preocupación de la Comisión no solo es a qué objetivos aspiran, que lo estamos evaluando ahora, sino si hay medidas suficientes para cumplirlos.

Y eso es así porque somos conscientes de la evolución de lo que ha ocurrido anteriormente, es decir, cuando se fijaron en el Consejo Europeo 2007 los objetivos 20-20-20 y ahora mismo toda la UE tiene dificultades para conseguirlos. Por lo tanto mi preocupación es primero que haya ambición pero no solo en la cifra sino también en las medidas necesarias para conseguir estos objetivos. Y debo decir que tanto el cumplimiento de objetivos de renovables o de eficiencia energética del Plan español van a requerir unas medidas muy importantes y unas políticas presupuestarias de apoyo que es lo que la Comisión querrá que se materialice en el futuro.

Ahora la Comisión Europea lo que mide es si hay ambición suficiente para conseguir los objetivos, pero la próxima lo que tiene que ver es si los Estados miembros cumplen aquello con lo que se han comprometido. Por eso vamos a hacer las recomendaciones que consideremos oportunas para que los Estados miembros cumplan.

En cualquier caso, es un reto, es la primera vez que se hace este ejercicio. Yo me felicitó que todos los Estados miembros lo han hecho y que España haya presentado un plan con arquitectura razonable y una ambición suficiente pero ahora hace falta que las medidas de implementación sean igualmente importantes porque hay que recordar dónde estamos. Para pasar del 20% de energía renovable a más del 40% en 7 años se requiere unos ritmos de incrementos anuales muy potentes y consistentes que van a obligar a muchas inversiones, para mejorar mucho la red de distribución, de transporte, a facilitar el autoconsumo, en definitiva, a crear un marco de renovación de edificios en eficiencia energética donde tenemos las mayores dificultades en estos momentos.

La Unión Europea está a favor del comercio transfronterizo de electricidad

España le ha pedido por carta que sea la UE la que imponga una tasa a la electricidad sucia procedente de terceros países (caso Marruecos). ¿Cree que es posible que se apruebe una medida de este calado?

En cuanto al uso de un impuesto de carbono en frontera, porque no es un impuesto en carbono en general sino un ajuste en frontera, el obstáculo mayor es que requeriría una decisión unánime de todos los estados de la Unión Europea. Es un problema complejo que no tiene una solución tan sencilla como decir mañana que ponemos una tasa al carbón.

Lo primero que tenemos que hacer es pasar de unanimidad a mayoría cualificada y entonces podremos hablar de que sea posible hacerlo. Mientras tanto, mientras un solo estado tenga capacidad de veto y dado cómo está el panorama político europeo, pensar en que haya unanimidad en una tasa de ajuste en frontera es complicado.

También habría que corregir sobre el concepto de energía sucia. Es una frase ambigua y difícil de definir porque aunque no tengamos datos específicos sabemos que hay nuevas centrales de carbón en Marruecos que han permitido a un país que era netamente importador a convertirse en exportador. Pero dicho lo cual el mix energético marroquí no es sólo de energía térmica sino que es también renovable y técnicamente es muy difícil saber de qué planta proviene en la generación de electricidad marroquí. La electricidad una vez se genera, tiene muchas fuentes diferentes, y una vez inyectada en la red no es tan fácil rastrear el origen.

Aún así, existe la posibilidad de explorar la viabilidad de un plan voluntario de certificados de origen con Marruecos para promover el comercio de electricidad renovable. Este asunto además podría ser incluido en la agenda de diálogo bilateral sobre energía que hay entre España y Marruecos y también la hoja de ruta del comercio de energía sostenible que existe entre Francia, España, Portugal, Alemania y Marruecos.

Y es que hay que reconocer que descarbonizar el sector energético no es sólo una prioridad de la Unión Europea, es una prioridad a nivel global y por lo tanto es necesario que los países en desarrollo participen en este proceso de descarbonización. Hay varios proyectos de Europa que están apoyando para que se avance en la senda marcada de renovables.

Acaba de publicarse un informe que asegura que para 2030 seguirá habiendo 60 GW de centrales térmicas de carbón en la UE. ¿Puede que algunos países tiren por tierra el trabajo del resto de la UE para descarbonizar sus mix energéticos?

El gran problema que existe en la UE es el artículo 194 del Tratado que establece que el mix energético lo deciden los Estados miembros. La Comisión no tiene esa capacidad, lo que podemos hacer es apoyar los procesos de descarbonizacion y que desde el presupuesto de la Unión Europea se destinen cada vez más cantidades acciones vinculadas a la lucha contra el cambio climático.

Las próximas expectativas financieras señalan que el 25% del presupuesto se va a destinar a acciones de lucha contra el cambio climático y si contemplamos el programa de investigación, el 35% va a ser en innovación tecnológica vinculada a facilitar la implantación de renovables y de tecnologías limpias en emisiones.

Tenemos que conseguir que todos los planes de energía y clima que nuestras emisiones no superen el 40-45%, que las renovables lleguen al 32% en 2030 y que consigamos mayor eficiencia energética. Cierto que hay un grupo de países como Polonia, Alemania, la República Checa, Grecia o Rumanía que dependen en gran medida de. carbón. Son 41 regiones y dos Estados miembros que tienen una industria de extracción activa que emplea a 180.000 personas. Por eso proponemos primero una transición y luego en segundo lugar una transición socialmente justa. Y nosotros trabajamos en todos los frentes.

No obstante debo decir que el proceso de abandono del carbón es un proceso imparable que ya se ha puesto en marcha. De hecho la Unión Europea quiere ser climáticamente neutral en el año 2050. Es evidente, por tanto, que no financiamos con presupuesto comunitario nueva generación fósil y por eso hemos puesto en marcha la limitación de los pagos por capacidad cuando las centrales superen unas emisiones de 550 gr de CO2/KWh para que no haya posibilidad de ayudas de Estado.

En el futuro, no se podrán modificar los marcos retributivos de apoyo a las renovables preestablecidos

¿Cerraría las nucleares teniendo en cuenta que son fundamentales para la lucha contra el cambio climático según Naciones Unidas?

Vuelvo a remitirme al artículo 194 de la Unión Europea que establece que la Soberanía Nacional fijará el mix energético. Cuando hablamos de la estrategia de neutralidad climática somos muy consciente de esta realidad. Actualmente tenemos 134 reactores nucleares, muchos de ellos están al final de su vida útil pero algunos países van a construir nuevos. Lo que va a pasar es que ahora hasta el 2025 habrá un declive en la capacidad de generación nuclear porque muchos países están tomando decisiones de cierre de centrales nucleares pero la tendencia se revierte a partir de 2030 porque se van a poner en marcha nuevas nucleares y se va a prolongar la vida útil de otras. Como consecuencia, va a haber un aumento de la demanda de electricidad en ese mismo periodo pero la cuota de electricidad de origen nuclear va disminuir respecto a su nivel actual pasando de un 27% hasta aproximadamente un 15-17%.

Así que en nuestros objetivos de neutralidad climática decimos que que entre el 80 y el 85% de la electricidad se va a generar con renovable pero el otro 15% probablemente sea nuclear, o gases renovables. Es decir, las instalaciones nucleares van a seguir existiendo.

Y en esto, el papel de la Comisión es garantizar los más altos niveles de seguridad, de protección, de gestión de residuos, y de no proliferación nuclear a lo largo del ciclo del combustible así como la aplicación de toda la legislación que pusimos en marcha después de Fukushima y de los test de estrés. El rol de la Comisión es que ni abre ni cierra centrales nucleares.

Cambiando de tema, ¿cree que España debería pagar las indemnizaciones a los inversores extranjeros que reclaman miles de millones por el recorte a las renovables?

Cuando analizamos desde el punto de vista de la Comisión la normativa que modificaba el régimen de retribución no encontramos ninguna vulneracion de la legislación europea. Y también hemos visto que cuando los tribunales nacionales se han pronunciado sobre el tema no han establecido ninguna responsabilidad a la administración. Por tanto el Gobierno español ha actuado con arreglo a Derecho comunitario.

Lo que sí que hemos visto es que estos cambios legislación que no solo se han producido en España sino en otros países de la Unión Europea han creado incertidumbre entre los inversores y una reducción posible del ritmo del despliegue de las energías renovables. Por eso en el ‘paquete de energía limpia para todos ciudadanos europeos’ hemos aprobado el principio general de que no se podrán modificar los marcos retributivos de apoyo a las renovables preestablecidos.

Con anterioridad no había ninguna norma comunitaria en que se estableciera la imposibilidad de modificar los regímenes de apoyo a las renovables. A futuro, para garantizar un despliegue de renovables de acorde con el nivel de ambición que tenemos en la Unión Europea, la Comisión ha pensado que era mejor poner un principio general a los 28 estados miembros de que los marcos de apoyo a las renovables no pudieran ser modificados unilateralmente por los gobiernos nacionales y crear inseguridad jurídica en los mercados.

Interconexiones. ¿Veremos algún día una Unión Energética? En el caso español, ¿qué proyectos verán la luz? ¿Quiere Bruselas el MIDCAT o STEP-1?

La Comisión Europea es absolutamente partidaria de las interconexiones gasísticas y eléctricas. Hemos peleado mucho para romper el aislamiento de la Península Ibérica en electricidad y gas. Hemos aprobado más de 578 millones de apoyo en subvenciones al desarrollo de la interconexión del Golfo de Vizcaya (Aquitania) y estamos trabajando intensamente en las conexiones transpirenaicas. También de gas. No tiene sentido depender exclusivamente de suministro de gas natural licuado o de gas que venga de Argelia. Creemos que la interconexión con la red continental europea es fundamental y para eso es el MIDCAT es un proyecto fundamental, y en su primera fase el STEP también.

La Comisión ha hecho todo lo necesario para impulsarlo y ahora tenemos que ver qué pasa con la distribución de costes y beneficios que los reguladores tienen que poner encima de la mesa. Pero es un proyecto de interés comunitario y que se puede beneficiar de las ayudas de la financiación de las interconexiones europeas como se han financiado otras interconexiones.

¿Pese a que los reguladores francés y español hayan concluido que no cumple con las necesidades del mercado?

En una primera instancia ha sido así, pero a día de hoy se siguen hablando. Consideramos que el gas es una energía puente entre las energías fósiles y las renovables, que va a tener un apoyo a la generación como energía de backup y creemos que el mayor nivel de interconexion permitirá acceder a una energía de costes más competitivos. También creemos que, al igual que hemos trabajado en Europa Central y del Norte, es bueno terminar con el aislamiento de la Península Ibérica y por tanto para la Comisión es un proyecto intercomunitario que estamos dispuestos a apoyar y si llega el momento de desarrollar, hemos facilitado estudios para realizarlo. Entiendo que la próxima Comisión considerará que pueda ser acreedor de apoyos europeos comunitarios, porque completa la red gasística europea. También habrá que hacer algunas inversiones adicionales en la red francesa.

¿Y qué opinión le merece la construcción de NordStream II?

Este ha sido uno de los proyectos que ha enfrentado a los europeos. Es un gasoducto que no es necesario porque tenemos capacidad de transporte de gas suficiente en los gasoductos actuales, no aumenta la seguridad de suministro en la UE porque dependemos de un proveedor que tiene una posición casi dominante en el mercado que es Gazprom, y además produce el aislamiento de Ucrania y encarece el costo de transporte hacia muchos países Europa Oriental.

Por todo ello, no es un proyecto de interés comunitario y hemos modificado la legislación europea para que esté sujeto a la normativa europea, y a todas las reglas que establecen cómo se gestionan los gasoductos.

Los precios del comercio de derechos de emisión de CO2 encarecen el precio de la electricidad y ponen en riesgo a la gran industria. En el caso de España, Alcoa y otras empresas cierran y se van. ¿Cree que se están cumpliendo los objetivos para los que se creó? ¿Hay peligro de deslocalización?

El factor diferencial que puede disminuir la competitividad no es el precio del CO2, hay otros muchos más factores que tiene mucho más incidencia. Pero en cuanto al precio del CO2 efectivamente se estableció el mercado de derechos de emisión para dar incentivos a la descarbonizacion de la industria para que se buscaran procesos industriales menos intensivos en emisiones. Además tenemos el Fondo de Innovación que tiene más de 11000 millón de euros para fondo de modernización para estos temas.

Teníamos un precio que estaba por debajo de los 5 euros la Tn de CO2 hace unos años y ahora está por encima de los 25 euros, pero es que dentro del sistema de mercado de emisión, los costes indirectos derivados del incremento del precio de la electricidad los pueden subvencionar los Estados miembros con cargo a los rendimientos obtenidos de las subastas de derechos de emisión. Y además para las industrias que están muy expuestas a la competitividad exterior y para que no haya deslocalizacion les damos derechos de emisión gratuitos.

Sin embargo, una de las quejas de la industria española es que los precios de la electricidad les está minando la competitividad respecto a otros países.

Depende con quien te compares. Si te comparas con China, tienes un diferencial, y si lo haces con Japón, tienes otro. Nuestro objetivo es analizar cuál es la diferencia respecto a China, Japón o EEUU, por ejemplo.

Un comentario

  • MP

    17/06/2019

    FYI, trayectoria del excelentísimo:

    https://www.elespanol.com/social/20160503/121987843_0.html

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