Los ministros de Energía de los países de la Unión Europea (UE) se sumergirán este martes en los detalles técnicos del acuerdo para encontrar soluciones inmediatas que abaraten el gas y la electricidad, alcanzado el pasado jueves por los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete.
Basándose en una propuesta de la Comisión Europea y en las líneas pactadas por los líderes, los ministros debatirán en el consejo de Energía programado este martes en Luxemburgo una serie de medidas temporales que contengan el precio del gas y la luz mientras se preparan soluciones estructurales.
Acuerdo de mínimos
Los presidentes y primeros ministros estuvieron negociando más de once horas el jueves, hasta bien entrada la madrugada del viernes, para conseguir un acuerdo de mínimos aceptado por unanimidad por las veintisiete capitales.
Las conclusiones del Consejo Europeo contienen las reclamaciones esenciales del bloque de países que pide más osadía para intervenir los mercados, donde se ubican Francia, Italia o España, pero con suficientes cláusulas y salvaguardas para tranquilizar a los Estados más inmovilistas, donde se encuentran Alemania o Países Bajos.
Pese a que muchas de las medidas del reglamento propuesto por la Comisión podrían acordarse en el Consejo de Ministros por mayoría cualificada (55 % de los Estados miembros que representen al 65 % de la población de la UE), prevalece un "pacto de caballeros" para que no se adopten sin contar con el beneplácito de Alemania, motor económico de la UE.
Si los ministros no consiguen ese amplio consenso que se les reclama, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, convocaría una cumbre extraordinaria para intentar superar los escollos políticos. Si logran un acuerdo holgado, se espera que se celebre otro Consejo de Ministros extraordinario en noviembre para cerrar los detalles.
La solidaridad energética
Los ministros trabajarán con un reglamento presentado por la Comisión que pretende afinar el futuro sistema de compras conjuntas de gas, que será de carácter voluntario y se espera esté operativo tras el invierno.
Además, los países están llamados también a buscar mecanismos de solidaridad en caso de que algún país se quede sin gas y a reducir aún más el consumo energético.
Intentarán avanzar también en el diseño de un nuevo índice que refleje adecuadamente los precios del gas natural licuado (GLN), una referencia alternativa al TTF de Ámsterdam, que era representativo para los precios del gas transportado por tubería pero no responde correctamente a la realidad del hidrocarburo que llega por barco, cada vez más importante en la UE.
Se espera que también den a la Comisión el mandato para que presente, en los próximos días, una propuesta formal para crear un "mecanismo de corrección de mercado" o "corredor de precios dinámico y temporal" para encorsetar el índice TTF al que se vinculan la mayoría de contratos gasísticos en Europa.
Los precios de la energía
Es decir, se progresaría hacia un tope de precio a las importaciones que gusta poco en Berlín, la Haya y algunos países bálticos y nórdicos porque temen que los proveedores no acepten suministrar gas a la UE y que, en todo caso, se aplicaría sólo hasta que a inicios de 2023 entre en funcionamiento el nuevo índice de GLN.
No obstante, los precios en el TTF han caído significativamente desde el récord de 349 euros el megavatio hora (MWh) de agosto a los 100 euros MWh de este lunes, un descenso atribuido en parte a las cálidas temperaturas en una UE con los depósitos de gas llenos, aunque los futuros apuntan a 145 euros/MWh en el primer trimestre de 2023.
En paralelo, se pretende crear también un "freno de emergencia" que permita congelar el TTF cuando arroje picos de volatilidad intradía, como ocurre en los mercados bursátiles, idea que genera menos rechazo en Alemania y Holanda.
Excepción Ibérica
Los ministros también explorarán la extensión al resto de la UE del "mecanismo ibérico", que limita el impacto del gas en la formación de precios de la electricidad mediante un tope a ese hidrocarburo en el sistema marginalista, a expensas de que en 2023 se reforme el mercado eléctrico en profundidad.
Esa idea, que tienen aprobada España y Portugal hasta mayo de 2023 y que abarata la luz en la península sin cargo al erario público, no puede replicarse con idéntico resultado en países con menos energías renovables y más gas en el "mix" eléctrico.
Por ello, los líderes pactaron que antes de implementar el modelo ibérico a nivel europeo se haga un análisis de costes y beneficios, que se den garantías de que no acarreará un incremento del consumo de gas y que se valore si podría conllevar que países de fuera de la UE importen electricidad barata gracias a las subvenciones de los consumidores comunitarios.
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