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No hay una sola sino muchas transiciones energéticas, pero los frenos de mano ponen en riesgo el progreso

Un informe de EY afirma que de aquí a 2050 se necesitarán inversiones anuales de 4,1 billones de dólares en tecnologías de transición con bajas emisiones de carbono, cuatro veces los niveles actuales.

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Los cambios en el sistema energético han alcanzado un impulso crítico y continuarán acelerándose durante la próxima década, pero varios frenos de mano representan un riesgo grave y podrían detener el progreso, según el nuevo informe de EY Si cada transición energética es diferente, ¿qué rumbo acelerará la tuya?

El modelado de EY de cuatro palancas clave (avance tecnológico, suministro de productos básicos, participación del consumidor y política gubernamental) y su impacto en 52 tecnologías resalta la complejidad y diversidad de los cambios que se avecinan. No hay una única transición energética, sino múltiples, que se desarrollan a diferentes ritmos y de diferentes maneras en todo el mundo.

La transición a las energías renovables también se está produciendo a un ritmo mucho más rápido de lo previsto. El informe de EY predice que, a nivel mundial, la energía verde dominará la generación de electricidad en 2038 y representará el 62% del mix energético en 2050. Sin embargo, la velocidad actual del cambio aún no es suficiente para mantener el calentamiento global en el objetivo de 1,5 grados centígrados y se requiere una mayor aceleración.

El uso de combustibles fósiles alcanzará su punto máximo hacia finales de la década; sin embargo, los hidrocarburos seguirán siendo parte del mix energético durante más tiempo de lo previsto como resultado de sectores difíciles de reducir. Por lo tanto, se requieren políticas que mejoren el atractivo para los inversores de las alternativas bajas en carbono. Y como el petróleo y el gas existen por más tiempo, será esencial descarbonizarlos.

Serge Colle, líder global de energía y recursos de EY, dijoe: "Si bien el cambio se está acelerando, fácilmente podría estancarse debido a la enorme complejidad del desafío que tenemos por delante. Lo que hemos logrado hasta ahora en el desarrollo de energías renovables y la electrificación del transporte ha sido relativamente simple en comparación con lo que viene después”.

“Descarbonizar un país impulsado en gran medida por hidrocarburos es mucho más difícil, y nuestra capacidad para abordarlo determinará el éxito final de la transición mundial hacia la energía limpia. Cada mercado necesitará activar una serie de aceleradores para superar la inercia del status quo, mantener el impulso de cambio climático y cumplir los objetivos climáticos", añadió.

El informe de EY pronostica que para 2050 se necesitarán aproximadamente 4,1 billones de dólares de inversión anual en tecnologías de transición bajas en carbono e infraestructura energética habilitadora, cuatro veces los niveles actuales.

Andy Brogan, líder global de energía de EY-Parthenon, agregó: "Estamos tratando de reconfigurar la economía global para cumplir con un imperativo ambiental urgente y no podemos arriesgarnos a retrasarnos. Los retornos actuales no incentivan adecuadamente la inversión donde es necesaria, lo que dificulta que las compañías de energía y recursos aseguren y asignen capital con confianza. Para ir más rápido, debemos soltar los frenos de mano y garantizar que se establezcan los fundamentos económicos para la descarbonización, protegiendo al mismo tiempo el suministro de energía asequible".

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