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Desde hace décadas se cree que, más pronto que tarde, nos vamos a quedar sin petróleo. Se entiende por peak oil como el momento en el que las reservas mundiales de petróleo y gas van a comenzar a reducirse sin posibilidad de recuperarse. Un punto de inflexión que ha ido retrasándose en el tiempo en innumerables ocasiones.

No es que las predicciones sean erróneas, pero posiblemente haya factores que afectan a esa ratio de recuperación de las reservas que no se están teniendo en cuenta. Cuestiones como la innovación tecnológica y o el cambio climático pueden ser dos de los causantes más importantes para el crecimiento de las reservas probadas a nivel mundial. Avances como el Ultradeepwater permiten extraer recursos naturales de aguas super profundas, por ejemplo.

¿Y qué sucede con el cambio climático? ¿De qué forma puede afectar esto a las reservas petrolíferas? Aunque nos autoengañemos como sociedad, y no sepamos asimilar lo que está sucediendo, el calentamiento global está suponiendo la reducción sin precedentes de hielo en el Circulo Polar Ártico. Aunque a priori solo se nos venga a la cabeza consecuencias negativas respecto a este fenómeno, multitud de países y compañías se están frotando las manos esperando la oportunidad de hacer negocios en los confines de la Tierra.

Y aunque la hipocresía de la sociedad impida decirlo, para nosotros también será beneficioso este deshielo. Pero…¿Por qué dices semejante osadía, Antonio? Muy sencillo. Se estima que el Círculo Polar Ártico alberga hasta 385.000 millones de barriles de petróleo y gas. Si quieres seguir pagando lo que pagas hoy por llenar el tanque de tu coche, comprar medicamentos, o llenar tu cesta de la compra a precios actuales, esto te interesa. Al igual que te interesa a ti, le interesa a todo el mundo.

Una zona rica sin explorar

¿Os habéis preguntado por qué Trump está tan obcecado en “conquistar” Groenlandia? ¿O por qué Estados Unidos ha sancionado con tal severidad los proyectos de Gas Natural Licuado (GNL) que tiene Rusia en el Ártico? ¿O por qué China quiere estar presente en la península de Yamal y hacer acuerdos comerciales con Rusia? La respuesta es clara: aunque en silencio (ya no tanto), se está produciendo una carrera por conseguir el mayor trozo del pastel, que es el Ártico.

Se estima que el 25% de los recursos no descubiertos a nivel global se encuentran en el Ártico. Unos recursos que, hasta el momento, no pueden extraerse en su totalidad. ¿Cuál es el principal obstáculo? El hielo, por supuesto. ¿Y sí ese hielo desaparece dentro de unos años a causa del calentamiento global? Me aventuro a decir que supondrá un evento sin precedentes en el terreno geopolítico que ocasionará grandes conflictos. No solo se trata de los recursos, sino también de las rutas marítimas. Poder transportar mercancías por las aguas que rodean al Ártico supondría una reducción de costes y tiempo que muchas potencias mundiales mirarán con buenos ojos. Esta carrera, si bien se encuentra en un estado incipiente, ya puede vislumbrarse ligeramente si echamos un vistazo a determinados puntos del globo.

Es el caso de Noruega, en donde compañías como Var Energi están tratando de buscar petróleo y gas natural en el Mar de Barents. Johan Castberg, uno de los yacimientos más amplios ubicado en esta zona tiene un volumen estimado de entre 450 y 650 millones de barriles de petróleo crudo. Debido a la reducción de las reservas del país, este yacimiento puede ser el sustento para que Noruega continue siendo un jugador fundamental en el panorama global.

También, este asunto puede llegar a resultar clave si echamos un vistazo al problema de dependencia energética que actualmente tiene Europa. El Mar del Norte, en donde en la actualidad vemos infinidad de trabas para la extracción de petróleo, está viendo reducida su capacidad para hacer frente a la demanda europea de energía.

Alaska, Groenlandia y Rusia

El estado de Alaska, junto con el resto de Estados Unidos y Canada, también es otro foco de atención cuando hablamos de la importancia de recursos en el Ártico. Con la entrada de Trump a la Casa Blanca, Alaska ahora disfruta de carta blanca para dar comienzo a todos los proyectos de exploración y extracción que durante la Administración Biden quedaron suspendidos debido al alto impacto medioambiental. También, no es casualidad que nuestro querido presidente esté ansioso por hacerse con Groenlandia.

Finalmente, uno de los puntos calientes del Ártico es Rusia, y más concretamente la península de Gydan. Esta ubicación está siendo testigo de las fuertes sanciones impuestas por Estados Unidos a las exportaciones de GNL ruso. Estas sanciones, y el posible distanciamiento de Estados Unidos con Rusia, puede ser aprovechado por otro gigante, China. Actualmente, China esta tratando de participar en el proyecto ruso Artic LNG 2. También las rutas árticas entre Asia y Europa que podrían abrirse debido al deshielo pueden resultar menos costosas y duraderas respecto a otras rutas actuales como el Canal de Suez.

En definitiva, el Círculo Polar Ártico se postula como una de las zonas de interés geopolítico más importantes del Siglo XXI. Sus bastos recursos naturales, y los nuevas vías comerciales que puedan abrirse tras el deshielo de sus aguas, harán del Ártico un lugar preciado en donde estar presente. Algunos ya se están dando mucha prisa…

Antonio García-Amate es Lecturer in Finance - PhD in O&G Industry & Sustainable Finance y profesor en la Universidad Pública de Navarra.

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