Pedro Fresco: "Sabía que me iban a echar pero ya tenía mi carta de dimisión preparada"

Su posición era insostenible para un cargo puesto a dedo por el poder político. Era el reflejo de muchas de las incongruencias que se dan en el mundo de la política y la energía. El señor Fresco, debido al cargo que ostentaba y con su perfil técnico, tenía que dar la cara y explicaciones por estas incongruencias. Aquí, quien lleve la contraria al gobierno de turno ya sabe dónde está la puerta. Los gobiernos marcan unas directrices y por muy equivocados que estén, la gente se tiene que callar si quiere evitar ser cesado, despedido, perseguido o vilipendiado. Pero claro, callarse trae otras consecuencias negativas como pérdida de valor profesional. Hay muchos que callan e incluso les dan la razón y les defienden, perdiendo a partir de entonces toda su credibilidad como profesional.

Por supuesto, los planes de la Comunidad Valenciana aprobados en 2020 para tener 6.000MW de fotovoltaica y no sé cuánta eólica en 2030 sólo es papel mojado. Se vuelve a dar la máxima de que los máximos difusores y defensores de las energías renovables acaban siendo sus mismos detractores.

Los proyectos atascados en una Conselleria dirigida por Compromís en la Comunidad Valenciana y que deben tener respuesta favorable antes del 25 de enero, y que sino perderán los avales de 400 millones ya saben lo que les espera.. acudir a los juzgados. Mucho me temo que nadie va a querer invertir en esa comunidad autónoma.

Lo que más me ha sorprendido son las declaraciones de la Conselleria que indica que de 17.800 instalaciones de autoconsumo, sólo 1.700 se están gestionando y de ellas sólo 30 se han terminado.
Lo de las subvenciones a las instalaciones de autoconsumo parece una zanahoria que están poniendo para que la gente acuda como loca a instalar placas, eso sí con el precio inflado, pues han casi duplicado el precio respecto a dos años antes. Después ya veremos si cobran la subvención o no. Por la experiencia que tengo de otras subvenciones en otras épocas, estas subvenciones, la malloría se acaban dando a los familiares y amigos de quienes las gestionan. El resto se queda esperando con la esperanza de que algún día se lo den.

*mayoría