Está el Gobierno de nuevo en batallitas entre sus miembros del PSOE y de Unidas Podemos. Y de nuevo con el foco puesto en el sector eléctrico, más concretamente en las grandes compañías eléctricas y su fiscalidad.
Es curioso que nazca este debate ahora justo que hay elecciones en Andalucía el domingo y que haya nacido de boca de Unidas Podemos. El PSOE no quiere oír hablar de más impuestos a las eléctricas mientras que Unidas Podemos quiere seguir restando beneficios a las compañías.
Pero, ¿por qué? ¿Quién se beneficia de ello? ¿Quién se ve perjudicado? Para poder analizarlo con profundidad lo mejor es echar un vistazo atrás y ver cuál es el resultado de una mayor fiscalidad a las compañías eléctricas.
La historia demuestra que cualquier impuesto a las eléctricas acaba trasladándose al precio de la luz y por tanto haría que aumentase el precio de la electricidad y la factura de todos los españoles, tanto consumidores domésticos como pymes, comercios, grandes empresas o industrias. Todos, sin excepción.
En un contexto de altos precios energéticos, más que aumentar la fiscalidad, el Gobierno ha promovido bajar los impuestos para que repercuta lo menos posible en el bolsillo de todos. Ha reducido el IVA al 10% a los consumidores domésticos, ha eliminado el Impuesto al Valor de la Producción de Energía Eléctrica (IVPEE), ha reducido al 0,5% el Impuesto Especial a la Electricidad.
Además, ha creado un impuesto contra los beneficios caídos del cielo de las eléctricas y ha generado un mecanismo de ajuste por el que sus plantas renovables, nucleares, etc verán recortados sus ingresos al hacer bajar el precio del pool.
Numerosos impuestos
A las eléctricas se le han cargado a lo largo de los años distintos impuestos, además del IVA y el IEE. El Impuesto a la generación eléctrica, el canon hidráulico, la tasa Enresa, la tasa municipal, los cánones eólicos en algunas CCAA, el céntimo verde, el impuesto al carbón, etc.
Las compañías, para no entrar en absolutas pérdidas, acaban repercutiendo los impuestos en sus precios de venta y al final es el consumidor quien acaba pagando.
Ha habido numerosos impuestos porque entre otras cosas los señores políticos se han puesto a cargar los costes del sistema eléctrico con medidas que no tienen nada que ver con el funcionamiento del propio sistema eléctrico. Los conocidos como cargos del sistema, como las primas a las renovables, la deuda del sistema eléctrico, los costes extrapeninsulares, etc.
Para poder contrarrestar ello, había que generar más ingresos y por ello se aumentó la fiscalidad. Y al aumentarse los impuestos a las eléctricas, los principales perjudicados de todo esto fueron los consumidores con fuertes incrementos en la factura de la luz. Entre otras cosas, porque las cosas hay que pagarlas.
En definitiva, parece contraproducente que se quiera aumentar la presión fiscal a las eléctricas si con ello se va a perjudicar a los consumidores. Todos y cada uno de los impuestos los acaba pagando el consumidor. Esto debería, al menos, hacer reflexionar a los miembros del Gobierno, porque no se puede estar en Misa y repicando. No se puede querer bajar la luz a los españoles y aumentar la fiscalidad a las eléctricas a la vez.
Un análisis de Ramón Roca, director de El Periódico de la Energía.
ANTONI
17/06/2022