Portugal sufre también un histórico apagón que paraliza el país por completo

El lunes fue una jornada negra para Portugal. A las 11:33 de la mañana, el país se quedó sin suministro eléctrico, en un apagón que también afectó de lleno a España y al sur de Francia. Las autoridades lusas esperan que el suministro eléctrico pueda reanudarse de forma generalizada a partir de mañana.

La empresa REN, responsable del transporte de electricidad y gas en Portugal, explicó que el fallo ocurrió tras detectar graves oscilaciones en la red española, de la cual se estaba importando energía. “El problema no se originó en Portugal”, afirmó el primer ministro luso, Luís Montenegro, quien subrayó que trabajan junto al Gobierno español para esclarecer lo sucedido.

Aunque no se descarta un ciberataque, Montenegro aclaró que, por ahora, no hay pruebas que apunten en esa dirección. Mientras tanto, los servicios de inteligencia portugueses han abierto una investigación urgente.

Paralización del país

La falta de electricidad paralizó el país: el metro de Lisboa se detuvo, los semáforos colapsaron causando enormes atascos, y supermercados y tiendas se vieron desbordados por ciudadanos que buscaban baterías, alimentos, radios y agua potable. Ante el temor de interrupciones en el suministro de agua, muchos corrieron a llenar botellas en fuentes públicas.

REN informó que unos 300.000 usuarios —de los 2 millones registrados en el país— ya han recuperado el servicio, gracias a la reactivación de las centrales de Castelo de Bode y Tapada do Outeiro. El plan de recuperación da prioridad a hospitales, aeropuertos, cuerpos de seguridad y principales vías de transporte.

Caos aéreo

El apagón también provocó un caos aéreo. Solo en Lisboa, más de 200 vuelos fueron cancelados o sufrieron retrasos. En el aeropuerto Humberto Delgado, el 17% de las salidas fueron canceladas, y el 22% partieron con demora. La aerolínea TAP recomendó a los pasajeros no acudir a los aeropuertos hasta nuevo aviso.

ANA-Aeroportos activó generadores de emergencia en los aeropuertos de Oporto y Faro, permitiendo operaciones limitadas, mientras que el aeropuerto de Lisboa sigue funcionando con fuertes restricciones.

La Policía de Seguridad Pública y la Guardia Nacional Republicana intensificaron patrullas para garantizar la seguridad en escuelas, hospitales, estaciones de tren y aeropuertos.

Portugal espera ahora que la noche sirva para equilibrar el sistema eléctrico y reanudar mañana, de forma más estable, el suministro general.