En concreto, el precio medio de la gasolina se ha situado esta semana en los 1,520 euros, lo que supone un incremento del 1,19% con respecto a hace una semana, alcanzando su nivel máximo desde septiembre de 2012, cuando alcanzó su récord histórico con 1,522 euros, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea recogidos por Europa Press.
De esta manera, el precio de los carburantes, tras la tregua dada en el final de 2021, cuando encadenó hasta cinco semanas de caídas, prosigue con la escalada iniciada con el arranque de 2022.
TRAS LA ESTELA DEL PRECIO DEL CRUDO
Este nuevo encarecimiento en el precio de los combustibles se produce a rebufo de la escalada en el precio del crudo ante la incertidumbre geopolítica alimentada por las tensiones en Ucrania y un bajo nivel de oferta global, que llevó este miércoles al barril de petróleo de calidad Brent, de referencia para Europa, a superar el umbral de los 90 dólares por primera vez desde octubre de 2014.
El petróleo Brent roza los 90 dólares por barril por primera vez desde 2014
Con esta nueva subida, el llenado del depósito esta semana es un 24,18% más caro que hace un año para el caso de la gasolina y un 26,16% superior en el caso del gasóleo.
LLENAR EL DEPÓSITO, MÁS DE 16 EUROS QUE HACE UN AÑO
Así, llenar un depósito medio de gasolina de 55 litros cuesta ahora en torno a 83,6 euros, unos 16,3 euros más que hace un año, mientras que en el caso de repostar con gasóleo asciende a casi 77,16 euros, 16 euros más que en la última semana de enero 2021.
A pesar de estos niveles, el precio de la gasolina sin plomo de 95 está en España por debajo de la media de la Unión Europea, situada en 1,660 euros el litro, y de la zona euro, con un precio medio de 1,724 euros. En el caso del diésel ocurre algo similar, ya que el precio en la UE es de 1,547 y de 1,585 en la zona euro.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.