La interminable espera para que el Gobierno desvele cuál va a ser el futuro de las nucleares está pasando factura a los trabajadores de la central nuclear de Almaraz, la primera señalada por el dedo del cierre. Las negociaciones entre Gobierno y las eléctricas propietarias (Iberdrola, Endesa y Naturgy) se han alargado tanto que, según ha podido saber El Periódico de la Energía, cunde el pesimismo y se prevé un final muy próximo para la central.
"Todo indica que Almaraz sea la primera en cerrar, que sus propietarios anuncien la fecha de su final para 2025, y no es porque sea la más antigua", señalan fuentes sindicales a este diario, "sino porque consideran que somos menos problemáticos que otras centrales".
Los sindicatos ponen como ejemplo que "si una empresa tiene que cerrar uno de sus centros, elegirá aquel que sea menos conflictivo o donde haya menos problemas para ello, y eso es lo que pasa con Almaraz, que sus trabajadores no quieren creerse que la planta dejará de funcionar dentro de unos cuatro o cinco años".
Por el momento, algunos trabajadores han creado la Plataforma Ciudadana Vida, que no quiere significarse ni política ni sindicalmente, solo luchar por el futuro de su comarca y de Extremadura en general. "La realidad es que es un sinsentido porque ni cuenta con el respaldo de los sindicatos, ni tiene unas reinvindicaciones claras, además tiene el beneplácito de la empresa y su líder es de una subcontrata", advierten los sindicatos, "ya me dirás qué fuerza va a tener de negociación el día que les digan que esto se acaba".
Mientras tanto, los sindicatos se están moviendo y están hablando con todos los que pueden influir en las negociaciones, no solo los gobiernos municipales de la comarca y la Junta de Extremadura, sino también Enresa, las empresas propietarias de la CNA e incluso con el presidente del Foro Nuclear, Ignacio Araluce.
A finales de enero, CCOO y UGT se reunieron con el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, donde le trasladaron su preocupación por el futuro de los puestos de trabajo directos e indirectos, "más aún le preguntamos si el gobierno extremeño tenía la suficiente fuerza como para imponerse al gobierno central, y lo que nos dijo es que si cierra la central, no se va a notar en el empleo, o sea que ya lo daba por hecho".
Esta conversación contrasta con las declaraciones que hizo públicamente el 5 de febrero cuando aseguró que "la central seguirá funcionando hasta finales de la década de los veinte”.
https://elperiodicodelaenergia.com/el-presidente-de-extremadura-calcula-que-almaraz-operara-hasta-finales-de-la-decada-de-2020/
"Nuestra conclusión es que la guerra entre Endesa e Iberdrola la van a terminar pagando los trabajadores de Almaraz", explican, "el cierre o no cierre de la central debería ser una cuestión técnica y no únicamente por intereses empresariales, Iberdrola no quiere invertir para los próximos 10 años los entre 700 y 1.000 millones de euros necesarios y prefiere aguantar cinco años más para hundir definitivamente a la central, y ya de paso llevarse por delante a toda una comarca que vive de ella".
Según los datos aportados por el comité de empresa, la CNA cuenta con unos 1.000 trabajadores fijos, 1.500 para las recargas y cerca de 3.000 puestos entre indirectos y trabajadores de sectores varios. Además, el peso de la central en la economía de todo el entorno de la comarca en la que se ubica, Campo Arañuelo, y en gran parte de la provincia de Cáceres es enorme.
La instalación, según los datos de la propia Mancomunidad de Municipios de Campo Arañuelo, genera más de 800 empleos directos (24 millones de euros en salarios) y 2.900 indirectos. Sólo en cada fase de recarga, cada 18 meses, se contratan más de mil trabajadores (5 millones de euros en salarios). Además, deja 15 millones de euros en las arcas municipales de la zona por el pago de los impuestos IAE, IBI y ENRESA; y facilita el acceso al mundo laboral de los jóvenes a través de la formación profesional dual con 30.000 horas para las cinco promociones existentes hasta ahora.
Estos datos los rebate Adenex, la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura, quien señala en un informe que el desmantelamiento de la CNA mantendrá el mismo porcentaje de empleo directo que el actual, al menos durante 20 años, ya que el cierre supone mantener empleo para las gestión de residuos durante los próximos 60 años. Además, existen proyectos renovables a lo largo y ancho de la región que podrían ser una alternativa laboral a la nuclear.
"Las renovables no serán capaces de generar tanta riqueza y tanto empleo como Almaraz. Las inversiones previstas en fotovoltaica, eólica e incluso posibles termosolares no crearán ni el 10% del empleo que actualmente impulsa la central", concluyen las fuentes sindicales.
Javier Rodriguez
08/02/2019