El eurodiputado socialista ponente para la reforma del mercado eléctrico, Nicolás González Casares, cree que hay que ir a una mayor homogeneidad en la Unión Europea (UE) en este terreno e incorporar instrumentos para actuar en futuras crisis, ya que los propuestos por la Comisión Europea (CE) son insuficientes y pueden crear diferencias.
González Casares, que ha intervenido este jueves en una nueva edición de EFE Fórum sobre la “Reforma del Mercado Eléctrico europeo: Un paso adelante hacia una Europa más comunitaria”, ha recordado que la propuesta de reforma del mercado eléctrico que ha hecho la Comisión se deriva de la reciente crisis de precios.
Ha indicado que la CE tuvo que tomar medidas de urgencia, que evitaron la recesión en muchos países, aunque no en toda la eurozona, contribuyeron a rebajar la inflación y aseguraron el suministro eléctrico.
Sin embargo, esas medidas de emergencia se adoptaron sin el necesario debate y han sido heterogéneas entre los países miembros, según González Casares, que entiende que por eso es necesaria la reforma del mercado eléctrico para adaptar la regulación actual.
En su opinión, la propuesta de la CE sobre la que está trabajando el Parlamento Europeo (PE) es buena, al fortalecer los mercados a plazo, los contratos de compraventa de energía a plazo (PPA) o los contratos por diferencia (CfD).
No obstante, cree que hay que hacer más transparentes los PPA y aumentar su disponibilidad. En el caso de los CfD al PSOE le preocupan más los costes que el destino de los beneficios que se obtengan con ellos.
González Casares ve en otros aspectos de la propuesta de la CE puntos de vaguedad, como en las herramientas para hacer frente a la crisis, al basarse en ayudas de los estados.
Para el eurodiputado, no se puede fiar todo a la capacidad financiera de cada estado miembro, pues desestabiliza el mercado interno, y además, ha recordado que en estos momentos se quiere recortar el gasto de los estados europeos tras la pandemia, lo que reduce su capacidad para dar ayudas de estado.
En este sentido, cree que los instrumentos que se proponen son insuficientes y crean diferencias.
Además, considera que hay que buscar más homogeneidad y menos heterogeneidad en los techos a los precios de las energías inframarginales (hidráulica, nuclear, renovables).
Ha defendido la necesidad de contar con un marco estable “a prueba de crisis”, especialmente para el consumidor, que debe tener certeza para invertir en electrificar sus hogares o su transporte.
También considera que la reforma del mercado eléctrico debe dar seguridad a los consumidores vulnerables o en situación de pobreza energética (unos 40 millones de personas en la UE) de que no se les retirará un mínimo consumo eléctrico en caso de impago.
En cuanto a los mecanismos de capacidad para garantizar la disponibilidad de tecnologías que den respaldo a las renovables, ha indicado que lo que han propuesto en el Parlamento Europeo es que no sean herramientas de último recurso, sino que “estén en el arsenal de los estados miembros” para cuando se precisen.
Respecto al calendario para aprobar la reforma del mercado eléctrico, ha dicho que ve posible llevarla al primer pleno del PE en septiembre, y abrir la negociación con el Consejo y la Comisión Europea para que se pueda concluir a final de año, pues los grupos están mostrando una “voluntad firme” en ese sentido.