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Rafael Mateo (Acciona Energía) afirma que las renovables serán la base de la recuperación económica

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El CEO de Acciona Energía, Rafael Mateo ha asegurado que las renovables “van a ser la base de la neutralidad climática y del crecimiento económico” ante la actual situación de emergencia global, una necesidad que en la actualidad se acompaña de la “alineación única de todas las circunstancias que van a permitir que este desarrollo se despliegue de forma masiva”.

Mateo ha hecho estas afirmaciones durante su participación en un encuentro organizado por _NavarraCapital.e_s, donde ha ofrecido la ponencia "Las renovables como base de la neutralidad climática".

El CEO de la energética ha asegurado que las renovables “van a ser la base de la neutralidad climática y del crecimiento económico” en una situación de emergencia global que “urge una necesaria recuperación”.

Por primera vez, ha señalado, se ha dado “una alineación única de todas las circunstancias que va a permitir que este desarrollo se despliegue de forma masiva”, y es que han confluido un “consenso mundial” sobre la existencia y los riesgos del cambio climático, la “disponibilidad de una tecnología competitiva” y una “clara voluntad política”.

Según ha indicado, a nivel mundial “no hay duda de que hay un calentamiento global derivado de las emisiones de CO2” producidas por el hombre y que este fenómeno produce efectos negativos en la economía como migraciones climáticas o desabastecimiento de alimentos.

A ello se le une a una importantísima reducción del coste de las renovables (en los últimos 10 años en la eólica ha disminuido un 60% y en de la solar un 90%) debido a que “ha habido mucho dinero durante mucho tiempo bien invertido dedicado al desarrollo tecnológico y a la I+D”, un aspecto en el que “Navarra ha tenido mucho que decir”, ha explicado.

En la actualidad las energías renovables son “fáciles, limpias, rápidas, sin riesgo, financiables” y tienen una contribución positiva “muy territorializada al desarrollo económico y al empleo”, ha asegurado, si bien “no siempre producen cuando se quiere” puesto que dependen de fenómenos como el viento o el sol.

Esto, ha puesto en valor, se está solventando con un “vertiginoso” desarrollo tecnológico en aspectos como las baterías o los cargadores eléctricos bidireccionales que “permiten alcanzar una mayor utilización de la energía disponible cuando la hay o de devolución al sistema de energía almacenada cuando no la hay” para masificar así su penetración.

Asimismo, ha apuntado, existe una “clara voluntad política en todos los mercados de forma simultanea” de impulsar la sustitución de energías fósiles por alternativas limpias a través de medidas como el establecimiento de objetivos claros o una tasa al carbono, ya que “la industria no entiende muchas más señales que las económicas” y trabajarán para no hacer frente a este gasto.

En países en desarrollo en los que es necesario instalar nueva capacidad energética esta “solo va a ser renovable”, ha asegurado, pues “nadie hoy en su sano juicio instalaría una planta de carbón o nuclear” y tampoco una de gas debido a que estas últimas están sometidas a “incertidumbres de precio e inestabilidades geopolíticas” que hacen que los riesgos sean “inasumibles”.

Es en los países desarrollados donde esta energía necesita ser impulsada pues “probablemente consumiremos menos” debido a que “lo haremos de forma más eficiente” pero “nadie tiene un interés de sustituir cosas viejas que todavía funcionan”.

En este sentido, ha considerado que las primas a las renovables “tuvieron un valor importante en el desarrollo de la tecnología” para las empresas con visión de largo plazo que se han quedado en la cadena operando los activos, si bien ha reconocido que no todas las compañías que se beneficiaron de ellas las usaron adecuadamente.

Una de las consecuencias de la covid ha sido la creación de una “necesidad urgente de recuperación económica en todos los países a la vez” tras un periodo de parón simultáneo, lo que ha traído consigo un incremento de los costes de las materias primas de un 40% que, según ha vaticinado, tardará un par de años en normalizarse.

Se ha referido también a la importancia de que las subastas públicas cuenten con criterios estrictos y requisitos de solvencia, ya que su éxito “no se mide por el precio de la oferta más barata, sino por el porcentaje de ejecución de los proyectos adjudicados”.

A su parecer, esto es algo que se ha ido depurando con los años, pero ha criticado que en sus comienzos fue “un proceso muy competitivo que hizo que los precios bajasen dramáticamente”, tanto que en ocasiones ni siquiera estaban respaldados por los parámetros económicos del negocio.

También ha hecho una leve mención a la situación de la compañía, que se encuentra inmersa en un proceso de salida a bolsa y “tiene planes de doblar el tamaño en el mundo”, un crecimiento que en “no menos de un 20%” se producirá en España y “siempre poniendo por bandera la capacidad de innovación como punta de lanza”.

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