La ONG medioambiental Transport & Environment (T&E) ha advertido de que mantener el descuento de 20 céntimos por litro de combustible, en vigor desde el pasado 1 de abril, durante un año entero podría disparar el consumo de petróleo en España hasta un 6,5 % respecto a 2019.
A tenor de los cálculos de la organización, que ha avanzado algunas claves de su próximo estudio, de perpetuarse, la medida puesta en marcha por el Gobierno "no sólo no reduciría el consumo, sino que lo empeoraría".
Teniendo en cuenta que el descuento obligatorio durará, en principio, tres meses, T&E asume un incremento en el consumo del 1,6 % frente a los registros prepandemia.
Si finalmente se extiende hasta el año, en los nueve meses restantes subiría hasta el 4,9 %, por lo que en el total del ejercicio el consumo habría repuntado un 6,5 %.
Esta circunstancia contrasta, por un lado, con el objetivo de emisiones de la Unión Europea, y por otro, con las tensiones surgidas en el mercado a raíz de la guerra en Ucrania, que han obligado a la región a adoptar iniciativas para limitar el impacto sobre los precios.
Las ayudas tienen un coste de 14.000 millones
Según el analista de T&E, Carlos Calvo, "a día de hoy, los incentivos están costando a los gobiernos europeos más de 14.000 millones de euros, que se podrían haber utilizado para otro tipo de medidas más justas".
Aunque España "se encuentra en una situación relativamente privilegiada" al tener una dependencia del petróleo ruso "bastante limitada", la rebaja en el combustible tiene un impacto que la organización cifra en 1.500 millones de euros.
En cualquier caso, esta cuantía no es un desembolso de arcas públicas, sino lo que habrían dejado de ingresar.
Para Calvo, los subsidios directos no son lo más adecuado porque "favorecen a aquella parte de la sociedad más pudiente", de modo que quienes pertenecen a las capas inferiores reciben en Europa "unos 175 euros al año", mientras que para los más agraciados la cuantía "es ocho veces superior".
En su opinión, "hay maneras diferentes de asegurar que los transportistas y los que más lo necesitan reciben ayudas", como "ayudas directas al transporte público" o que se tengan en cuenta los ingresos de cada hogar.
La dependencia del petróleo
T&E se detiene además en las relaciones de las grandes petroleras europeas -BP, Shell y TotalEnergies- con Rusia, con el que "han comenzado a cortar lazos" después de la invasión de Ucrania.
"Desde la anexión de Crimea, en 2014, compraron aproximadamente unos 100.000 millones de euros de petróleo ruso", ha señalado Calvo.
Y avisa de que "estas mismas petroleras están encontrando la manera de mezclar petróleo ruso en un 49,9 % -la llamada mezcla letona- para introducirlo en el mercado europeo", remitiéndose a lo publicado en los últimos días por medios especializados.
Desde la organización creen que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, debería volver de su visita a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski,"con un mandato muy claro para empujar más, a nivel europeo, (en el intento) de acabar con las importaciones de petróleo desde Rusia, la mayor fuente de ingresos de Putin".
En un estudio reciente, T&E, que ya por 2018 dio "la voz de alarma sobre el vinculo de ventas de petróleo por parte de Rusia y su gasto militar para armarse", sostenía que la Unión Europea envía unos 260 millones de euros (285 millones de dólares) al día hacia aquel país por estas importaciones.
Cómo reducir la demanda
La ONG plantea alternativas a fin de reducir la demanda de esta materia prima, una labor en la que será crucial la colaboración de las diferentes Administraciones del Estado dado que las competencias europeas "son bastante limitadas".
A corto plazo propone días sin coches, fomentar el teletrabajo, o modificar los límites de velocidad según la etiqueta, de manera que sólo permanezcan invariables para los vehículos "cero emisiones".
También sugiere no prolongar las "rebajas impositivas", en alusión al descuento al carburante, y que se deje de "quemar comida en nuestros depósitos" con el consumo de biocombustible, cuyas materias primas principales son el aceite de girasol y la soja, en gran medida, procedentes de Ucrania o Rusia.
Estos componentes, que actualmente escasean por la guerra, "son una parte fundamental del alimento en países en vías de desarrollo", ha dicho Calvo, que lamenta que "en Europa estemos quemando unos 15 millones de barras de pan, de trigo, cuando podrían alimentar a países con elevados precios en alimentos".
La recarga para sustituir el carburante
Durante la sesión, T&E ha presentado las conclusiones de su último estudio sobre puntos públicos de recarga.
"No va a ser un obstáculo para unos objetivos ambiciosos de vehículos eléctricos", ha añadido el analista Carlos Rico, que ha explicado que "podrían instalarse hasta 970.000 de estos puntos a 2035", unos niveles muy inferiores a los "2,9 millones de cargadores" que plantea la industria.
"La construcción masiva es innecesaria y tendría un coste muy importante para el contribuyente. España puede disponer de casi 1 millón de cargadores públicos y contar con una red de recarga viable a nivel económico. Son cuestiones compatibles", ha sentenciado.
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