Renovables

Reciclaje de palas: uno de los grandes retos a los que se enfrenta el sector eólico

Más de 34.000 aerogeneradores instalados en Europa tienen 15 o más años
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Los primeros aerogeneradores de “tecnología moderna” se empezaron a instalar en la década de los 90. La eólica ya no puede considerarse como una tecnología nueva, sino como una industria madura. Tan madura que hay un gran número de parques eólicos que está empezando a acercarse al final de su vida útil.

Según datos de Wind Europe a fecha de 2020, 34.000 aerogeneradores instalados en las fronteras europeas tienen 15 o más años, de los cuales alrededor de 9 GW tienen entre 20 y 24 años, y 1GW tiene 25 años o más. Teniendo en cuenta que la vida útil de diseño de un aerogenerador es de entre 20 y 25 años (aunque con programas de extensión de vida útil se puede llegar hasta los 35), nos acercamos a un horizonte no muy lejano en el que tendremos que desmantelar cientos de estas máquinas.

Esto no es algo malo per se, al contrario, incluso puede llegar convertirse en una gran oportunidad. Hay que tener en cuenta que la mayoría de estos parques antiguos están ubicados en lugares privilegiados en lo que a recurso eólico se refiere. Y esos mismos lugares equipados con turbinas de última tecnología mejorarán notablemente la producción.

Aerogeneradores antiguos

La mayoría de estos veteranos aerogeneradores se encuentran en Alemania, España, Italia o Francia, aunque el país con mayor porcentaje de aerogeneradores más antiguos respecto al total instalado es Dinamarca, la cuna de la industria eólica. El siguiente gráfico muestra la antigüedad de los parques de los principales países de Europa.

Como se puede comprobar, el reto es de dimensiones mayúsculas. Y ante este horizonte, en los últimos años la industria ha acelerado el paso en busca de soluciones.

El desmantelamiento y reciclaje de aerogeneradores es un tema que comenzó a coger relevancia y a entrar en el debato público desde que Bloomberg publicara las imágenes de un vertedero lleno de palas de aerogeneradores.

Aquellas fotos tuvieron un gran impacto mediático, dieron la vuelta al mundo y aparecieron en multitud de medios generalistas. Salvo excepciones, la mayoría lo hicieron desde un punto de vista sensacionalista más allá de intentar hacer un análisis en profundidad: “parece ser que la industria renovable no era tan verde después de todo”.

Actualmente el 80-90% de un aerogenerador es reciclable, pero el reto está en las palas

Antes de llevarnos las manos a la cabeza, es importante saber que actualmente un aerogenerador es reciclable la 80-90%. La mayoría de los componentes están hechos de materiales como acero, cobre, aluminio, hierro fundido, hormigón y plásticos que ya cuentan con cadenas de reciclaje totalmente establecidas.

Las palas, en cambio, son un elemento mucho más complicado de reciclar, ya que están fabricadas con materiales compuestos como fibra de vidrio, fibra de carbono, resinas y otros polímeros. Pero este problema no es exclusivo de la industria eólica. Estos materiales compuestos no sólo se utilizan en las palas de los aerogeneradores, sino que son materiales importantes en sectores como la automoción, el transporte marítimo, la aeronáutica o la construcción.

Es cierto que este tipo de materiales no son considerados como residuos tóxicos y que técnicamente son seguros para los vertederos. Sin embargo, se trata de un desperdicio de recursos valiosos e incompatible con el compromiso de la industria eólica con la economía circular.

Métodos

Actualmente el método de reciclaje más utilizado es el mecánico, que consiste en triturar las palas para después utilizar el material resultante en cementos, hormigones o aislamientos para construcción. Se trata de uno de los métodos más sencillos ya que no requiere de procesos complicados y costosos a nivel industrial.

El segundo método de reciclaje es el químico o térmico, que permite un mejor reaprovechamiento del material de las palas. En este caso, a través de procesos químicos es posible recuperar la mayor parte de las fibras, que pueden ser reutilizadas en otras aplicaciones. El problema es que a nivel de costes es todavía una tecnología cara que necesita ser escalada a nivel comercial para que bajen los costes y sea más atractiva.

A nivel europeo existe el proyecto DecomBlades, que reúne a actores de toda la cadena de valor con el objetivo de sentar las bases para conseguir un reciclaje de palas sostenible y viable comercialmente.

Las palas 100% reciclables ya están aquí

El problema con las palas actuales es que los procesos de recuperación de materiales son complejos y a veces costosos. Además, los materiales no pueden recuperarse totalmente, ya que no fueron diseñadas pensando en su reciclaje desde el principio. Por ese motivo, los fabricantes de aerogeneradores se han puesto manos a la obra para diseñar palas que sean 100% reciclables mediante procesos más sencillos.

Tanto Siemens Gamesa como LM Wind Power (filial de General Electrical Renovable Energy) ya han presentado sus soluciones de palas 100% reciclables. En el caso de Siemens Gamesa ya se han fabricado varias palas de este tipo e incluso ha llegado a un acuerdo con el promotor alemán RWE para instalarlas en el primer parque comercial en Alemania. Mientras, LM ya ha fabricado el primer prototipo y forma parte del consorcio ZEBRA para continuar investigando.

Investigadores alemanes desarrollan avances para mejorar el reciclaje de palas eólicas

El principal problema es que por el momento no hay un incentivo al reciclaje de palas. Por un lado, porque la legislación es muy laxa: sólo cuatro países de Europa (Alemania, Austria, Países Bajos y Finlandia) han prohibido el envío de palas a vertederos. Y por el otro, porque el volumen de palas desmanteladas todavía no es suficiente como para establecer un modelo de negocio rentable. En cualquier caso, es importante resaltar que la asociación Wind Europe ha solicitado que se prohíba el vertido en toda Europa para 2025.

La situación de España

En lo que a España respecta, por el momento no existe un marco normativo para el desmantelamiento de parques eólicos. Los requisitos de desmantelamiento, si los hubiera, se incluyen en el estudio de evaluación de impacto ambiental específico de cada proyecto.

En el año 2020 se aprobó la Estrategia Española de Economía Circular, dentro de la cual se establecen dos medidas específicas para la eólica: una guía de criterios ambientales para el desmantelamiento y la promoción de proyectos de I+D que busquen soluciones de economía circular para las palas.

Este contexto ha llevado a que en los últimos tiempos también ha crecido el interés comercial por el reciclaje de palas en nuestro país. El ejemplo más claro es el proyecto de Endesa y PreZero de construir la primera planta de reciclaje de palas de España. El proyecto forma parte del plan de Endesa para el complejo industrial de la antigua Central Térmica de Compostilla y consiste en la construcción de una planta de reciclaje palas capaz de tratar más de 6.000 toneladas anuales, dando una segunda vida a los materiales aplicando criterios de economía circular.

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