Repsol ha instalado ya en la futura unidad de hidrotratamiento de la planta de biocombustibles avanzados, que construye en el Valle de Escombreras en Cartagena, cuatro grandes equipos que conformarán el ‘corazón’ del proceso, para lo que se ha necesitado dos grúas especiales, una de ellas la única que existe en España con 84 metros de pluma.
En concreto, la unidad de hidrotratamiento cuenta con la pieza de mayor envergadura de nueva planta de biocombustibles avanzados, un gran reactor de 35 metros de altura y 180 toneladas de peso. También incluye un reactor “gemelo”, aunque de menor tamaño, ya que tiene una altura de 19 metros y un peso de 64 toneladas. Ambos han sido trasladados desde Gijón.
La infraestructura de Repsol
Los otros dos grandes equipos de la unidad de hidrotratamiento son dos columnas, una de 30 metros y otra de 39 metros (equivalente a un edificio de 15 plantas), que han sido transportadas hasta Cartagena en una sola pieza desde Tarragona.
Para situar los cuatro equipos en sus emplazamientos, se han utilizado dos grúas especiales. Una de ellas, única en España para este tipo de maniobras, es más pesada que alguno de los equipos que se van a instalar en la nueva planta.
Las piezas de esta grúa llegaron al complejo industrial en 28 camiones, y para su montaje se han necesitado cinco días. Sólo sus cadenas, de 2,4 metros de altura y 12,5 metros de largo, pesan 60 toneladas.
El traslado del gran reactor hasta el complejo industrial de Cartagena se ha realizado en horario nocturno para interferir lo menos posible en el tráfico de la zona. Además, ha sido necesario el acondicionamiento de las rotondas de acceso a las instalaciones del Valle de Escombreras.
La precisión del proceso
Una vez en el interior, la pieza ha sido izada desde la ‘cuna’ en la que había sido depositada, en una maniobra “de gran precisión y que se ha realizado entre grandes medidas de seguridad”, según han apuntado fuentes de la compañía multienergética.
El director del complejo industrial de Repsol Cartagena, Antonio Mestre, ha destacado este miércoles que “la particularidad de estos equipos, además de su importancia para el futuro funcionamiento de la planta, tiene que ver con sus grandes dimensiones”.
El equipo de Repsol dedicado al proyecto, y las empresas auxiliares que están participando en los trabajos de ingeniería y construcción, han trabajado durante dos años en el diseño de los equipos, su fabricación y la logística para el traslado hasta el complejo industrial del Valle de Escombreras.
En la actualidad, en las obras de construcción de las nuevas instalaciones, en las que se invertirán 200 millones de euros, están participando unos 60 profesionales de Repsol y más de 400 empleados de 125 empresas auxiliares.
Los trabajos, que comenzaron en el primer trimestre de este año, se desarrollan en cuatro áreas diferentes. Tres de ellas se ubican en el interior del complejo industrial y se corresponden con la unidad de producción de hidrógeno, el área de depósitos para el almacenamiento de los biocombustibles y la unidad de hidrotratamiento.
En el caso concreto de la planta de hidrotratamiento, durante cinco días consecutivos se ha llevado a cabo el relleno en el terreno, con más de 300 m3 de material, para su compactado antes del montaje de las grúas. Otro elemento significativo ha sido la necesidad de adquirir un grillete especial, de 200 toneladas de peso, para poder realizar las maniobras de izado.
La nueva planta de biocombustibles avanzados, la primera que construye Repsol en España, tendrá capacidad para producir 250.000 toneladas al año de biodiésel, biojet, bionafta y biopropano, que se podrán usar en aviones, barcos, camiones o coches, y que permitirán reducir 900.000 toneladas de CO2 al año.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios