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Repsol reitera que cumple con el régimen de sanciones impuesto por la administración Trump en Venezuela

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La petrolera española Repsol vuelve a reiterar que "que cumple en su totalidad con el régimen de sanciones impuesto por la administración estadounidense" en Venezuela. La compañía subraya que siempre lo ha hecho así y lo seguirá haciendo en lo sucesivo. Repsol responde así a las informaciones que se han publicado este martes sobre unas posibles sanciones a la petrolera por parte de EEUU si no abandona sus actividades en Venezuela.

Según el director para las Américas del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, Mauricio Claver-Carona, en declaraciones al canal de televisión internacional _NTN24, _compañías como Repsol, ENI o Reliance podrían sufrir "devastadoras sanciones".

"Les hemos mostrado a esas tres empresas lo que ha pasado con Rosneft Trading. Obviamente, sanciones para esas tres empresas serían devastadoras, y no es lo que quisiéramos que ocurra".

Pero estas amenazas no son nuevas. Hace unas semanas fue otro dirigente norteamericano que amenazó con estas sanciones. Ya no solo a Repsol, si no también a compañías norteamericanas como Chevron.

Claver-Carona afirma que "no ha habido excepciones para Chevron, ni para ninguna empresa del mundo". Justo Chevron ha comunicado esta semana que no se mueve de Venezuela. Su CEO, Michael Wirth dijo a la CNBC que la orden del Tesoro solo restringe algunas actividades de Chevron y no le obliga a dejar el país, donde es solo socio en dos proyectos y no opera activos.

“Obviamente, nuestra intención es cumplir con los requisitos del Gobierno (de Estados Unidos), pero no vamos a desescalar ni a irnos del país”, afirmó en la CNBC. “Reduciremos algunas actividades”, aseguró.

Algo parecido le sucede a Repsol. La petrolera española ha proseguido a lo largo de 2019 recortando su exposición patrimonial en Venezuela, situándola a cierre de año en apenas ya 239 millones de euros, lo que supone una reducción de casi el 50% con respecto a los 456 millones de euros a que ascendía a finales de 2018.

Pero Repsol señala que ha adoptado las medidas necesarias para continuar su actividad en Venezuela, incluyendo la recepción periódica de crudo en pago de deudas, «con pleno respeto a la normativa internacional de sanciones» y destaca que está haciendo un seguimiento «constante» de su evolución y, por tanto, de los eventuales efectos que pudieran tener.

A Repsol, que lleva muchos años en Venezuela, ya no le une tanto al país. Según consta en el informe anual de la petrolera, esta exposición al país latinoamericano incluye fundamentalmente la financiación otorgada a sus empresas filiales venezolanas y esta reducción se explica por la existencia a cierre de 2019 de deudas comerciales, así como por la actualización del riesgo de crédito por la pérdida esperada correspondiente a deudas de la estatal PDVSA con entidades del grupo.

De esta manera, el grupo presidido por Antonio Brufau ha mantenido a lo largo del año pasado su estrategia de prudencia con Venezuela. De hecho, desde la exposición de 1.480 millones de euros con que contaba a cierre de 2017, el grupo ha llevado a cabo en los dos últimos ejercicios unos saneamientos de más de 1.240 millones de euros a este respecto.

Otra historia es lo que ha sucedido con la rusa Rosneft. En febrero pasado EEUU anunció sanciones contra Rosneft Trading y su director, Didier Casimiro, por ayudar supuestamente a Venezuela en el comercio internacional de petróleo para eludir las sanciones. Esto, como se puede comprobar, no tiene nada que ver con lo que hace Repsol o Chevron en el país sudamericano.

Para no perder esos activos, Rosneft ha vendido todas sus actividades en Venezuela al propio Gobierno ruso y así no sufrir estas sanciones por parte de EEUU.

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