Política energética

Ribera llega tarde a (casi) todo

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La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha encabezado la transición energética en España, pero de momento lo de cumplir los plazos no se le está dando bien.

A pesar de tirar de Reales Decretos Leyes para ir aprobando algunas medidas urgentes en materia energética, los verdaderos cambios aún se hacen esperar y más cuando la ministra del ramo anunció a bombo y platillo que estaría antes de que finalizara el año.

Por ejemplo, el borrador del Plan Nacional de Energía y Clima. Este documento tenía que estar presentado ante la Comisión Europea el pasado 31 de diciembre, pero no se ha realizado todavía. Se está en ello. Todo indica que el asunto del cierre o no de las centrales nucleares ha sido la causa del retraso.

Tal y como adelantó este diario, el Gobierno ha formado un grupo de expertos para tratar el desmantelamiento nuclear y la gestión de los residuos, en definitiva, saber si es necesario que las nucleares se mantengan más años para no aumentar las emisiones y poder financiarse la gestión de los residuos sin tener que echar mano de la factura de la luz.

Otro asunto que anunció hasta el mismísimo presidente Pedro Sánchez es la esperadísima Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Se va a aprobar en diciembre, antes de que acabe el año. Aún se sigue esperando el texto. Lo que ha hecho el Gobierno es filtrar un borrador para tantear a los sectores del petróleo y del automóvil. Su pretensión de decir adiós al diésel en 2040 ha puesto nervioso a todo el sector petrolero y del autómovil y ha creado un cisma dentro del propio Gobierno con diferencias entre ministerios como Hacienda, Industria o Transición Ecológica.

Más. El bono social de la luz y el de nueva creación del bono térmico ha sido un caos en toda regla. Tanto que más de un millón de afectados aún siguen sin poder darse de alta en el nuevo bono y beneficiarse de esta ayuda que pagan todos los consumidores a través de la factura de la luz. Al final ha tenido que estirar los plazos que se acababan el 31 de diciembre porque no se ha realizado bien el trabajo entre administraciones y eléctricas para poder solicitar esta ayuda.

Otro cambio esperadísimo en el Gobierno y sobre todo en Bruselas es la devolución de distintas funciones a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). La más importante, la metodología para fijar los peajes de la electricidad y el gas cada año. Ribera anunció hace meses, desde el verano, que iba a estar todo antes de que acabara el año para poder contentar a Bruselas y así no recibir la multa por tratar de controlar desde el Gobierno las tarifas energéticas.

Pero tampoco se ha llegado a tiempo. Al final ha tenido que ser el Gobierno el que fije los peajes de nuevo para 2019, y ha sido el Gobierno el que decidido la retribución a las renovables y a la distribución y transporte de electricidad y gas natural para el periodo 2020-2025. Así se apunta dos tantos. Por un lado, no hace aumentar los peajes por lo que no subirá la luz por su parte y por otro mantiene una retribución a las renovables totalmente inesperada para contentar a sus propietarios, que en su amplia mayoría ya son fondos de inversión.

También es cierto que gracias a esos Reales Decretos Leyes de Ribera se ha podido meter mano a asuntos que necesitaban ya una solución como algunas de las medidas adoptadas en el primer bloque contra la subida de las tarifas de la electricidad. La suspensión del IVPEE y la eliminación del impuesto al sol han sido dos puntos a favor de la ministra que sí ha sido capaz de resolver aunque tampoco haya sido con demasiado brillo.

Todavía se está esperando el Real Decreto de Acceso y Conexión a la red eléctrica. El Gobierno debería haberlo tenido aprobado antes de que finalizara el año pero tampoco le ha dado tiempo a aprobarlo y ha hecho retrasar la medida para que los proyectos de renovables no pierdan sus avales que caducaban a finales del año pasado.

Se esperaba para ese RD las medidas para mejorar el trámite para las instalaciones de autoconsumo pero el Gobierno prefirió sacarlo adelante y que estuviera aprobado antes de que acabara el año y así agilizar el autoconsumo en España.

Es cierto que son muchas cosas, que el Ministerio está trabajando a destajo para tratar de resolverlo de la mejor manera, pero probablemente sea mejor no anunciar nada, no lanzar globos sonda y dedicarse solo a actuar y no a anunciar lo que se va a hacer si luego no se llega a los plazos prometidos.

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2 comentarios

  • Victor

    08/01/2019

    El final de la historia ya lo sabemos (spoiler para los que quieran ahorrarse la película):

    - Se aprobarán locuras insostenibles que quedan muy bien pero arruinan un país en pocos años y no tienen sentido.
    - Cuando le toque el turno a otros partidos tendrán que deshacerlas como buenamente puedan.
    - Desde el sector cogeremos una pataleta y los acusaremos de inestabilidad jurídica.
    - Los fondos extrangeros que habían venido a trincar su parte se enfadarán y presentarán algunas demandas.
    - Las cosas volverán a la normalidad poco a poco.
    - Cerrará alguna fábrica de menos de 200 trabajadores y estaremos durante meses despellejando a la empresa.
    - Olvidaremos todo lo aprendido y volvemos a repetir el ciclo completo.
  • Dabama

    08/01/2019

    Supongo que las presiones que está recibiendo son enormes.

    "y la eliminación del impuesto al sol han sido dos puntos a favor de la ministra que sí ha sido capaz de resolver" Mientras no se sepa la retribución por la energía vertida a red, es un asunto inconcluido.

    Esperemos que su paso por el gobierno no acabe como en Francia y su dimitido ministro.

    PD Tiene guasa las presiones del automóvil, cuando para 2040 no se fabricarán turismos petroleros, salvo que nuestro fabricantes se dedique a diseñarlos.

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