El Gobierno de Rusia ha anunciado medidas de apoyo a la industria del carbón, que atraviesa su peor crisis desde la década de 1990 debido a las sanciones de Occidente, con el otorgamiento de subsidios, limitaciones a los dividendos y optimización de gastos.
"El sector enfrenta en los últimos años nuevos graves retos (...) Para compensar la situación se ha concebido toda una serie de acciones. Es necesario ayudar a las empresas que enfrentan dificultades temporales", afirmó el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, en una reunión del Gobierno dedicada a esta rama.
El jefe del Gobierno ruso reconoció que "este año, lamentablemente, la coyuntura continúa empeorando" y subrayó que en los primeros cuatro meses de 2025 los precios de exportación del carbón cayeron casi un 25%.
La Unión Europea embargó las importaciones de carbón ruso en agosto de 2022, con lo que afectó la cuarta parte de las exportaciones rusas de este rubro, lo que significa para Rusia la pérdida de ingresos de 8.000 millones de euros anuales.
Según Mishustin, el cierre de los mercados europeos a Rusia le obligó a redirigir sus exportaciones a "China, la India, Turquía, Corea y otros países del sudeste asiático y África".
El carbón de Rusia
Según datos ofrecidos por los servicios estadísticos rusos en 2024, la producción de carbón cayó alrededor del 7% respecto al año anterior y cayó a 31,5 millones de toneladas, mientras que el número de empresas deficitarias ascendió en casi un 20 %, hasta más de la mitad (57,6%), lo que amenaza con hundir el sector ruso del carbón.
Rusia es el tercer exportador mundial de este combustible (tras Indonesia y Australia) y emplea en este sector a cerca de 650.000 personas, por lo que su derrumbe amenaza con graves consecuencias.
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