El Periódico de la Energía ha querido conocer más sobre qué deparará al país y ha charlado con Santiago Blanco, vicepresidente y director regional del sur de Europa, Oriente Medio, Latinoamérica y África de DNV, quien nos ha dado una visión detallada sobre el estado actual y los desafíos futuros de la transición energética en el país.
El informe señala que España no alcanzará la neutralidad climática para 2050. ¿Diría usted que los objetivos climáticos actuales son realistas o necesitamos un replanteamiento? ¿Cuáles considera que son los principales obstáculos para lograr este objetivo?
Los objetivos, más que ser realistas, son necesarios. Esto es lo que tenemos que lograr y, de aquí a 2050, faltan 25 años. Estamos contentos con la cantidad de actividad y el desarrollo de las renovables, pero también hay que decir con claridad que eso no es suficiente para alcanzar los objetivos del PNIEC, ni mucho menos, los de la neutralidad climática.
España liderará el mercado solar europeo en 2050, pero enfrentamos cuellos de botella en permisos y red eléctrica. ¿Qué parte de la culpa recae en las administraciones públicas?
No me gusta hablar de culpas, pero sí de responsabilidades. España tiene un recurso solar magnífico, el más competitivo de Europa, y la capacidad instalada se va a multiplicar por seis para 2050. Sin embargo, esto requiere acelerar trámites, fortalecer la red eléctrica para que sea capaz de absorber toda esta energía y resolver temas regulatorios relacionados con el almacenamiento, que potencien el despliegue de la energía solar, ya que hoy por hoy, no lo aprovechamos.
“La energía flotante offshore es una gran oportunidad, pero aún no es competitiva"
Dado que España tendrá el coste más bajo de energía renovable en Europa, ¿qué riesgos existen de que esto no se traduzca en una ventaja competitiva real?
Es una grandísima ventaja. España cuenta y contará con una ventaja competitiva significativa por un menor coste de la energía solar. No se me ocurre que esto pueda ser un inconveniente.
Las tecnologías de almacenamiento son clave para la integración de renovables, pero los avances son lentos. ¿Qué frena a España en este sector estratégico?
Hoy por hoy, no existen mecanismos regulatorios ni casos de negocio que justifiquen la inversión en almacenamiento. Esperamos que esto se resuelva pronto, ya que el almacenamiento será clave en los próximos años.
¿Existe interés por parte de las empresas en establecerse o entrar en España?¿Cree que las empresas están haciendo lo suficiente?
Cada empresa es un mundo, pero puedo decir que España es muy atractiva para la inversión de empresas españolas e internacionales. Todos los principales actores energéticos de Europa y buena parte del mundo están presentes y mostrando interés en invertir aquí. Aunque algunas empresas pueden hacer más, el interés del sector privado es evidente. Lo que hay que lograr es una dinámica de mercado que permita concretar las oportunidades de negocio identificadas.
En su opinión, ¿las políticas actuales en España son suficientes para atraer la inversión extranjera en renovables e hidrógeno, o estamos perdiendo oportunidades frente a otros países europeos?
España es un mercado muy atractivo y dinámico en Europa. Sin embargo, para competir con nuestros propios objetivos, hay múltiples actividades que desde la administración deben potenciarse, como la energía eólica offshore, el almacenamiento de energía y el despliegue de tecnologías que favorezcan la electrificación de la demanda.
“Hoy por hoy, no existen mecanismos regulatorios ni casos de negocio que justifiquen la inversión en almacenamiento"
Se prevé que España exporte hidrógeno a Europa a partir de 2040. ¿Qué garantías hay de que esta industria despegue realmente y no se quede en promesas políticas?
Garantías no hay, pero el hidrógeno es fundamental para descarbonizar sectores difíciles como la industria pesada y el transporte. Aunque actualmente no es económicamente ni tecnológicamente maduro, prevemos su despegue a partir de 2035. Aún así, todo apoyo institucional será bienvenido y necesario.
La competencia por liderar el mercado del hidrógeno en Europa es intensa. ¿Estamos a tiempo o España ya está perdiendo terreno frente a países como Alemania o Francia?
En una conferencia en Francia, se mencionaba a España como un gran competidor, en una dirección más fuerte que la francesa. Creo que Alemania y Francia son potenciales consumidores más que competidores. Nuestra competencia real está en otras alternativas de suministro de hidrógeno, como los países nórdicos.
El plan de eliminación progresiva de la energía nuclear plantea riesgos para la seguridad energética. ¿Se está minimizando el impacto que esto tendrá en la transición energética?
Asumimos que la energía nuclear desaparecerá en España para 2034. Creemos que esto tendrá un impacto en emisiones y que parcialmente se compensará con tecnologías de gas. Sin embargo, el despliegue de energías renovables lo va a compensar a largo plazo.
La energía eólica marina flotante presenta una gran oportunidad industrial para España, pero el informe sugiere que estamos rezagados. ¿Qué factores están limitando este desarrollo?
La energía flotante offshore es una gran oportunidad, pero aún no es competitiva. Necesitamos definiciones mucho más claras por parte de la administración para impulsarla.
¿Qué riesgos ve en la dependencia de España de tecnologías extranjeras para alcanzar sus objetivos climáticos?
Nos preocupa que la industria europea no esté lista para proveer todos los insumos necesarios. En fotovoltaica, la oportunidad ya se ha perdido, pero en eólica aún estamos a tiempo de evitarlo.
A 25 años del inicio de las operaciones de DNV en España, ¿diría que el país está mejor preparado para afrontar la transición energética que cuando ustedes comenzaron?
Estos 25 años han demostrado que España es un mercado muy atractivo para DNV. Aunque hay áreas de mejora, comparado con otros mercados, España es muy dinámico y prometedor.
¿Hay algo que le preocupe particularmente del futuro de la transición energética en España que no se esté discutiendo lo suficiente?
Nos centramos demasiado en las renovables en el sector eléctrico y no discutimos suficientemente la necesidad de electrificar y descarbonizar el resto de la demanda, que representa el 80%. La electrificación de la demanda debe ser un objetivo clave para la transición energética.
"El plan de eliminación progresiva de la energía nuclear plantea riesgos para la seguridad energética"... plantea la entrevistadora. Estaría bien que nos informara de esos riesgos.
Cada vez que leo "hidrógeno" pienso en una gran burbuja.
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David B
04/12/2024