El consejero delegado de Volkswagen y presidente del consejo de administración de Seat, Thomas Schäfer, ha reclamado "un marco propicio y estable para la inversión y para que la infraestructura salga adelante" en materia de electromovilidad en España y en Europa.
"Sólo podremos ir a la par de China y Estados Unidos a través de la innovación", ha advertido en la visita institucional del Rey Felipe VI --quien ha dicho que cree firmemente en la transición de la automovilidad-- a las obras de construcción de la nueva planta de ensamblaje de baterías de la compañía en Martorell (Barcelona), junto al presidente de Seat, Wayne Griffiths.
Han acudido al acto el ministro de Industria del Gobierno, Jordi Hereu; el presidente de la Generalitat**, Pere Aragonès;** el delegado del Ejecutivo central en Cataluña**, Carlos Priet**o; el conseller de Economía y Trabajo, Roger Torrent; el primer secretario del PSC y líder de la oposición, Salvador Illa; y los alcaldes de Sant Esteve Sesrovires y Abrera (Barcelona), Enric Carbonell y Jesús Naharro.
Y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi; el de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre; el de Sernauto, Francisco J. Riberas; el del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó; el de Fira de Barcelona, Pau Relat; y los secretarios generales de UGT de Cataluña y CC.OO. de Catalunya, Camil Ros y Javier Pacheco.
Apuesta por la electromovilidad de Volkswagen y Seat
En la misma línea que Schäfer, Griffiths ha exigido al Gobierno que haga "la misma apuesta" que a su juicio ha realizado la empresa en la electrificación de la movilidad, que ha dicho que es clara y que requiere de colaboración público-privada.
Ha advertido que el Estado "está quedándose atrás en ventas de coches de vehículos eléctricos" y lo ha situado --textualmente-- muy lejos de países europeos como Alemania, Francia o Portugal, ha enumerado.
La planta de Seat
Seat estima que estará operativa a finales de 2025: ha cifrado la inversión en la nueva planta en 300 millones de euros y prevé un impacto de más de 500 empleos, a través de un plan de formación de 350.000 horas de enseñanza a 14.000 trabajadores, el "más grande de la historia" de la compañía.
Ha ubicado el ensamblaje de baterías en Martorell para poder entregarlas "directamente al punto de montaje" de los vehículos de manera secuenciada y sin intervención humana a través de un puente de 600 metros de longitud, ha explicado la directora en ingeniería de procesos Alicia Molina a los periodistas.
Prevé que cada 39 segundos una batería salga de la línea, llegando a elaborar 1.400 conjuntos diarios en "procesos productivos superrápidos", y a abastecer así a los vehículos producidos en las instalaciones de Martorell a partir de finales de 2025, cuya capacidad es de 350.000 anuales.
En concreto, estima empezar por la elaboración de su urbano 100% eléctrico, el Cupra Raval, y continuar en los meses siguientes con el modelo Volkswagen ID 2.all, y con el SUV basado en el ID.2all y el Skoda Epiq en Navarra.
La planta
La planta de ensamblaje de baterías sumará 64.000 metros cuadrados: la zona central productiva tendrá 40.000 metros cuadrados y los 14.000 restantes conformarán un área perimetral dedicada a aspectos logísticos.
Ubicada en uno de los puntos más elevados de las instalaciones, su construcción ha requerido la retirada de una colina, con lo que las obras han movido unos 300.000 metros cúbicos de tierra, equiparable a llenar 90 piscinas olímpicas, y la estructura está formada por 7.500 toneladas de acero, lo que representa el peso de la Torre Eiffel en hierro.
Contará con 11.000 placas solares que la dotarán de un 70% de autosuficiencia y un depósito de 7.500 metros cúbicos para el aprovechamiento de aguas pluviales, así como de un sistema de aguas grises para dar diversos usos a un mismo tipo de agua.
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