En 2020 en España se instalaron 596 MW de nueva potencia fotovoltaica en instalaciones de autoconsumo, un incremento del 30% con respecto al año anterior, lo que demuestra la resiliencia del sector. Por sectores, la mayoría de esta nueva potencia, un 56%, se ha instalado en el sector industrial, un 23% en el sector comercial. Pero es en el sector doméstico donde el autoconsumo ha experimentado un crecimiento sin precedentes, aparentemente de forma paradójica. A pesar de ser un año muy complicado por la pandemia, las instalaciones fotovoltaicas residenciales han representado un 19% del total del autoconsumo, multiplicándose prácticamente por dos con respecto a las cifras del año anterior.
Las familias que no se han visto afectadas por la pérdida de empleo o por un ERTE han podido ahorrar -la tasa de ahorro de las familias se ha casi triplicado- y pensar en cómo invertir su dinero de forma que puedan disfrutar de una rebaja importante en la factura de la luz al mismo tiempo que contribuyen a reducir las emisiones de CO2. Los incentivos locales y la eliminación de barreras administrativas que retrasan innecesariamente las instalaciones han jugado un importante papel en este despliegue. Desde UNEF llevamos tiempo trabajando en la eliminación de la licencia de obras en todas las Comunidades Autónomas y, de momento, hemos tenido éxito ya en 10 de ellas.
En relación con el autoconsumo colectivo de una comunidad de vecinos en un mismo edificio, la normativa está muy clara. Sin embargo, aún quedan algunas dificultades en lo relativo al autoconsumo colectivo a través de la red, aquel que se da en edificios de la misma referencia catastral y que no están separados más de 500 metros, y que en UNEF esperamos se solventen próximamente.
Pero aún queda mucho camino por recorrer en España para situarnos a la altura de algunos de nuestros vecinos. En un país como el nuestro, con gran recurso solar y suelo para desplegar esta tecnología, no podemos perder de vista que todas estas dificultades, que vamos superando paulatinamente, tienen repercusiones económicas muy importantes que no nos podemos permitir.
El fenómeno expansivo del autoconsumo está generando una importante creación de empleo muy capilarizada en todas las CCAA, en la mayor parte de los ayuntamientos, donde los ciudadanos atienden a la enorme oferta que llama a sus puertas. Este crecimiento ha provocado un efecto “llamada” de atracción de empresas que no eran del sector hacia la fotovoltaica y en particular hacia el autoconsumo. Por este motivo, UNEF, atendiendo la demanda de sus más de 500 socios, un 90% del sector que ya ocupa a más de 60.000 personas en nuestro país, ha creado el Sello de calidad para instaladores de autoconsumo (#SelloInstaladoresUNEF), para evitar que se den situaciones de intrusismo laboral y para que los consumidores puedan contar con todas las garantías cuando deciden apostar por generar su propia electricidad con energía solar fotovoltaica. La formación de los instaladores de esta tecnología joven en continua innovación y crecimiento debe ir adaptándose para cubrir esas necesidades, para que exista formación reglada adaptada a la realidad del sector fotovoltaico.
Las empresas instaladoras e instaladores que deseen contar con el respaldo de este sello de calidad deberán demostrar el conocimiento de las buenas prácticas técnicas establecidas por un comité de expertos. Tras pasar un examen, unas empresas certificadoras reconocidas serán quienes concedan el certificado si los resultados de las auditorías a las instalaciones demuestran conformidad los requisitos establecidos.
Hay que subrayar que el sector fotovoltaico, en toda su cadena de valor, es muy dinámico y atractivo. Y no sólo se crea empleo en el campo de los instaladores, hacen falta también ingenieros, técnicos de proyectos, expertos financieros, fabricantes de estructuras, seguidores e inversores solares. Hay toda una industria en movimiento que puede y debe ser clave en la recuperación económica de este país.
Con la adopción del sello, UNEF quiere ofrecer un instrumento de confianza para todo el sector. El consumidor final va a tener la tranquilidad de que las cosas se van a hacer de forma adecuada. Será el sello el elemento que finalmente incline la balanza a la hora de elegir quién va hacerle la instalación de autoconsumo en su casa. Y para ello hay que establecer una formación adecuada que garantice a los ciudadanos que van a obtener de esta tecnología la energía barata y limpia prometida.
Rafael Benjumea es presidente de UNEF
Gilabert Miró
06/04/2021