La petrolera Shell acaba de presentar un nuevo informe sobre la transición energética que va a llevar a cabo en las próximas décadas, el cuarto de su serie de escenarios energéticos futuros para el siglo XXI. Después de presentar los tres escenarios posibles, Mountains, Oceans y Sky Scenario, ha llegado a la conclusión de que todos ellos dan como resultado diferentes perspectivas para la demanda de petróleo, gas y carbón pero todos muestran que la demanda de petróleo y gas es más alta en 2030 que en la actualidad, pero que la proporción de petróleo, gas y carbón en el sistema energético mundial en general disminuye.
El escenario Sky, la transición más rápida, da como resultado la menor demanda global de petróleo, gas y carbón a largo plazo. La demanda de petróleo crece un 1% por año entre 2020-25, llega a su punto máximo alrededor de la mitad de la década y luego disminuye aproximadamente un 1% por año hasta alrededor de 2040.
En 2050, la demanda de petróleo será de 78 millones de barriles por día (mb/d), cerca del 85% de la producción actual de petróleo. Incluso en 2070, el uso del petróleo se mantiene alrededor de 50-60 mb/d, debido a la continua necesidad de petróleo en el transporte pesado, así como a la fabricación de productos químicos.
“Suponiendo que cumplamos las condiciones de nuestros planes operativos, especialmente con respecto a producción y costes, estimamos que hasta 2027, un cambio de 10 dólares por barril en los precios del petróleo tendría un impacto de aproximadamente 6.000 millones de dólares por año en nuestro flujo de efectivo en operaciones. Esta es una estimación indicativa y no una predicción. De acuerdo con esta suposición, si el precio del petróleo cayera de alrededor de los 65 dólares por barril actuales a 40 dólares por barril, esperamos que nuestro flujo de efectivo de las operaciones disminuya en 15.000 millones por año. De manera similar, si el precio del petróleo subiera a 100 dólares por barril, se espera que nuestro flujo de efectivo de las operaciones aumente en 21.000 millones por año”.
En el caso del gas, la demanda en Sky aumenta un 2% anual entre 2020-2025 y un 1,5% entre 2025-2030. Llega a su punto máximo a mediados de la década de 2030 y cae en un 0,5% por año durante el resto de la década.
En los tres escenarios, la inversión en nueva producción de petróleo y gas será esencial para satisfacer la demanda en curso. Esto se debe a que la demanda de petróleo y gas se reduce más lentamente que la disminución natural de la producción de los yacimientos de petróleo y gas existentes en cualquier escenario creíble.
Por eso, su objetivo será hacer crecer su negocio en áreas que serán esenciales en la transición energética, y donde se verá un crecimiento en la demanda durante la próxima década. Esperan que estos incluyan gas natural, químicos, electricidad, energía renovable y nuevos combustibles como biocombustibles e hidrógeno. También están aumentando su negocio petrolero, incluso en aguas profundas y arenas bituminosas, para satisfacer la demanda continua.
Si se quiere cumplir con los Acuerdos de París, la compañía anglo-holandesa considera que los escenarios Mountains y Oceans no deberían producirse, porque conseguirán que las emisiones netas sean cero en el sistema energético pero no antes de fin de siglo. Un objetivo de temperatura que superaría con creces a los objetivos que intentan evitar un calentamiento sin retorno del planeta. En el caso de Sky, asumen que la sociedad toma medidas para cumplir con la meta de París, pero para ello se requiere una colaboración sin precedentes y sostenida en todos los sectores de la sociedad, respaldada por una política gubernamental altamente efectiva. En Sky, el mundo podría alcanzar las emisiones de CO2 netas cero del sistema energético en 2070 y lograr el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de las temperaturas a menos de 2°C.
Para ello, se necesitarán inversiones durante décadas de capital medida en billones de dólares para financiar las nuevas fuentes de energía y para ajustar la infraestructura existente. También será necesario cambiar la forma en que se consume la energía, ya que será necesario adaptar o reemplazar una amplia gama de bienes de capital que consumen energía, desde hogares, electrodomésticos, vehículos, maquinaria e industrias enteras.
Más concretamente, las soluciones variarán según el sector económico. Algunos, como la ropa y la fabricación de alimentos, requerirán procesos de baja temperatura y actividades mecánicas para adecuarlos a la electricidad que necesitarán consumir. De ser así, podrían abastecerse de energías bajas en carbono e incluso cero, como las renovables.
Y para que una petrolera pueda participar y aportar su grano de arena en la lucha contra el cambio climático, Shell asegura que hay formas posibles para lograr esta ambición. Estas incluyen vender más gas natural en comparación con el petróleo, vender más biocombustibles, vender más electricidad renovable, desarrollar más capacidad de captura y almacenamiento de carbono y emplear soluciones basadas en la naturaleza, como plantar bosques o restaurar humedales para actuar como sumideros de carbono.