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Siemens aplica una tecnología pionera para producir hidrógeno con la energía renovable que sobra

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¿Sabías que sin hidrógeno sería imposible realizar un viaje espacial? ¿O que es el elemento químico más versátil y abundante que existe? Y es que el hidrógeno es el negocio del futuro, ya que puede ser almacenado, utilizado como combustible de vehículos o potenciador de gas para el uso doméstico. Sin embargo, este gas depende de otros elementos para su extracción.

Por ello Siemens ha creado una nueva solución capaz de producir en grandes cantidades este elemento incoloro, inodoro y ligero a partir del excedente de la energía renovable de parques eólicos y solares. Se trata del Silyzer 200, una máquina que extrae hidrógeno casi puro a partir del agua y la electricidad como materias primas, con un rendimiento muy alto (75%).

Con esta nueva tecnología, Siemens consigue hacer frente a tres retos actuales: en primer lugar, cumplir con los objetivos de la reducción de CO2 de la UE, que sólo se podrán alcanzar aumentando la producción eléctrica de fuentes renovables. En segundo lugar, poder almacenar energía en grandes cantidades, ya que según el último estudio realizado por Siemens y la Universidad de Munich se prevé un crecimiento de la demanda de electricidad de un 80% en 2030. Y, por último, disponer de unos equipos altamente dinámicos capaces de regular la frecuencia de red para que se mantenga constante, a pesar de los cambios bruscos de carga.

¿Cómo aprovechar la renovable que sobra?

Esta tecnología puede ser utilizada de forma inmediata en plantas de energías renovables para solucionar el problema del desperdicio de energía. Cuando no existe demanda, pero las condiciones de sol y viento son óptimas, la energía que se genera por estos parques se desecha por no poder ser almacenada.

Esto supone una gran pérdida sobre todo para las islas sin conexión a la red general. En este caso, el Silyzer 200 de Siemens puede mejorar el rendimiento de estas instalaciones al conseguir, a través de la técnica de la electrólisis PEM (que emplea agua, electricidad y una membrana de intercambio de protones), producir y almacenar esa energía en forma de hidrógeno y además ejercer como regulador de la corriente.

Para la construcción del Silyzer 200, la compañía se ha decantado por el uso de la tecnología PEM frente a la alcalina, la otra alternativa más extendida para la producción de hidrógeno mediante electrólisis. Para su uso en los parques eólicos y solares, la membrana de protones es más dinámica y permite aprovechar toda la capacidad de energía generada aún en los picos más altos de producción. De hecho, su rendimiento es muy alto incluso cuando trabajan a presiones mayores que la atmosférica.

Del mismo modo, Siemens hace uso de la técnica de la electrólisis para la producción de hidrógeno frente a la de gasificación o de reformado con vapor, actualmente utilizadas por la industria petroquímica y de alimentación, ya que éstas requieren de un combustible fósil y el hidrógeno obtenido mediante estas técnicas puede contener impurezas.

Una vez extraído, además de ser una fuente de energía limpia que puede ser almacenada, el hidrógeno tiene múltiples usos para nuestro día a día. Por ejemplo, en un futuro muy próximo servirá de combustible para surtir a los vehículos de pila de hidrógeno . Y es que actualmente, todas las marcas están desarrollando este tipo de modelos gracias a sus múltiples ventajas, ya que realizan una propulsión 100% limpia y sólo genera H2O que lanza a la atmósfera.

De hecho, la creación de electrogeneras o surtidores será un negocio que resultará muy rentable en pocos años.  Otra de las posibles aplicaciones del hidrógeno a la vida cotidiana es como potenciador de gas de uso doméstico. De esta forma, mediante la inyección de H2 al Gas Natural se consigue aportar una mayor energía.

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