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Sin obras, sin gas, sin cortes: desarrollan una nueva cocina que funciona con su propia batería

Con una inversión reciente de 28 millones de dólares, Copper planea ampliar su producción y licenciar su tecnología a otros fabricantes de electrodomésticos

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Una cocina que no necesita gas, ni instalación especial, ni siquiera estar conectada permanentemente a la red eléctrica. Esa es la propuesta de Copper, una startup tecnológica que promete revolucionar la manera en que cocinamos y consumimos energía en casa.

Su producto estrella es una cocina de inducción con batería integrada, capaz de conectarse a un enchufe convencional. La batería —de litio-ferrofosfato— se carga cuando la electricidad es más barata y limpia, y luego libera energía para cocinar cuando el usuario la necesita. Además, permite seguir utilizándola durante un corte de luz.

El invento surge en un contexto clave: mientras los coches, bicicletas y herramientas eléctricas se popularizan rápidamente, la electrificación de los hogares avanza con mayor lentitud.

“Queremos que cambiar de gas a electricidad sea tan simple como reemplazar un electrodoméstico”, explicó Sam Calisch, fundador de Copper y egresado del MIT. “En casi todas las cocinas a gas hay un enchufe cerca, así que no hace falta tocar la instalación.”

Una solución pensada para edificios y comunidades

La empresa ha entregado alrededor de 1.000 unidades de su cocina a desarrolladores inmobiliarios y firmó un acuerdo con la Autoridad de Vivienda de Nueva York (NYCHA) para instalar al menos 10.000 equipos en apartamentos.

En grandes edificios, donde renovar el cableado completo puede ser inviable económicamente, esta tecnología representa una alternativa concreta para descarbonizar la cocina urbana.

¿Elegir una cocina eléctrica o de gas? Una decisión más importante de lo que parece
Se ha tenido una percepción de que el suministro de gas para la calefacción, el agua caliente y la cocina era la opción más económica.

Pero Copper va más allá del confort doméstico: sus cocinas pueden devolver energía a la red eléctrica, ayudando a estabilizarla en momentos de alta demanda. En un programa piloto en California, los aparatos enviaron electricidad acumulada al sistema cuando se requería evitar el encendido de plantas de gas.

“Cada una de estas cocinas se convierte en una pequeña batería para la red”, detalló Calisch. “Podemos coordinarlas para ofrecer energía firme y apoyar la transición hacia fuentes más limpias.”

Tecnología, sostenibilidad y ahorro

La caída del 97% en el costo de las baterías de ion-litio desde 1991 ha permitido que este tipo de innovación sea viable. Copper busca aprovechar esa tendencia para impulsar la electrificación accesible, reduciendo tanto las emisiones como los costos de instalación.

El modelo de 30 pulgadas de la compañía calienta más rápido que una cocina a gas y permite un control preciso de la temperatura. Además, su batería de 5 kWh garantiza autonomía suficiente para cocinar sin depender de la red.

“Esta es una nueva forma de tener impacto climático: no se trata de renunciar, sino de mejorar la experiencia”, sostiene Calisch.

La visión de Copper encaja en una tendencia global: convertir los hogares en actores activos del sistema energético. Así como el almacenamiento en la nube transformó Internet, las baterías domésticas podrían transformar la electricidad, permitiendo que la energía se almacene y se distribuya de forma más eficiente.

Con una inversión reciente de 28 millones de dólares, Copper planea ampliar su producción y licenciar su tecnología a otros fabricantes de electrodomésticos.

“No somos solo una empresa de cocinas; somos una empresa de energía”, resume Calisch. “Queremos que cada casa deje de ser un simple punto de consumo y se convierta en parte de una red más limpia y resiliente.”

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Un comentario

  • Alberto

    Alberto

    02/11/2025

    Muy interesante pero, alguien revisa lo que contiene el texto después de la traducción?? Eso de enchufe doméstico de 120V, como cualquier otro electrodoméstico... En Europa no tiene nada de sentido, la verdad. Vaya articulista de paripé...

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