El auge del hidrógeno como vector energético ha traído consigo un desarrollo acelerado de tecnologías destinadas a su producción, almacenamiento y distribución. Entre todos los componentes necesarios para que este ecosistema funcione de forma segura y eficiente, los sistemas de tuberías, tanto rígidos como flexibles, juegan un papel clave; especialmente en aplicaciones como la movilidad con pila de combustible y los electrolizadores.
En ambos casos, la conducción del hidrógeno y otros gases relacionados requiere soluciones altamente fiables, resistentes y adaptadas a entornos exigentes. Aquí es donde entran en juego productos como las mangueras metálicas flexibles, los compensadores de dilatación y las tuberías diseñadas de manera específica para este tipo de aplicaciones.
Hidrógeno en movimiento: coches, trenes y maquinaria
El hidrógeno se está abriendo paso en el transporte, no solo en turismos, sino también en trenes de media distancia, camiones de gran tonelaje e incluso maquinaria industrial. Todos estos vehículos comparten una característica; necesitan sistemas de conducción que puedan soportar altas presiones, vibraciones constantes y entornos térmicos cambiantes.
En este tipo de aplicaciones, las mangueras metálicas flexibles permiten conectar de forma segura los depósitos de hidrógeno a las pilas de combustible, adaptándose a los movimientos del vehículo y absorbiendo vibraciones sin comprometer la estanqueidad. Además, su resistencia a la corrosión y su durabilidad las convierten en una opción de confianza para fabricantes y operadores.
Otro componente esencial en estos sistemas móviles son los compensadores de dilatación, que se utilizan para absorber los efectos de la expansión térmica en los tubos y conductos de gases calientes, evitando tensiones que podrían provocar fugas o fallos estructurales con el tiempo.
Electrolizadores: producción segura a gran escala
En el otro extremo de la cadena del hidrógeno se encuentran los electrolizadores, los equipos encargados de dividir el agua en oxígeno e hidrógeno utilizando electricidad de origen renovable. Son la base del llamado hidrógeno verde y están presentes tanto en instalaciones industriales como en plantas de producción descentralizadas.
Aquí, los sistemas de tuberías tienen la misión de transportar no solo el hidrógeno generado, sino también el oxígeno y otros gases auxiliares. En este entorno, los sistemas de conducción suelen combinar tuberías rígidas, fabricadas generalmente en acero inoxidable u otras aleaciones resistentes; con elementos flexibles que facilitan las conexiones en zonas de difícil acceso o que están sometidas a movimientos mecánicos.
La fiabilidad a largo plazo es uno de los requisitos clave en estos entornos. Las tuberías deben mantener su integridad estructural bajo condiciones constantes de presión y temperatura, mientras que los elementos flexibles ayudan a compensar cualquier desplazamiento o vibración que se produzca durante el funcionamiento del equipo.
Soluciones adaptadas: cuando la experiencia marca la diferencia
Empresas especializadas como Witzenmann llevan años desarrollando soluciones técnicas para la conducción de fluidos y gases en entornos industriales complejos. Con una amplia gama de productos y componentes adaptados al sector del hidrógeno, su catálogo incluye mangueras metálicas, compensadores de dilatación y sistemas de tuberías diseñados para aplicaciones móviles e industriales.
Además de ofrecer componentes de alta calidad, Witzenmann colabora estrechamente con fabricantes de vehículos, operadores ferroviarios e ingenierías responsables del diseño de plantas de electrólisis, lo que les permite adaptar cada solución a las condiciones reales de uso.
Más allá de la seguridad: eficiencia y mantenimiento
El diseño de un sistema de tuberías para hidrógeno no se limita a garantizar la seguridad. También es importante pensar en términos de eficiencia energética, facilidad de mantenimiento e integración con otros equipos. Los sistemas modulares, por ejemplo, permiten sustituir o adaptar elementos sin necesidad de desmontar toda la instalación, lo cual es especialmente útil en entornos industriales.
En vehículos, contar con componentes que soporten ciclos prolongados de funcionamiento sin necesidad de intervención reduce costes operativos y mejora la fiabilidad del sistema. Y en plantas de producción de hidrógeno, optimizar la distribución de gases puede tener un impacto directo en la eficiencia global del proceso.
Preparados para el futuro
A medida que la economía del hidrógeno se consolida, se multiplican las exigencias para los sistemas que la hacen posible. Ya se trate de trenes regionales alimentados por pila de combustible o de electrolizadores instalados junto a parques solares, la necesidad de contar con conducciones robustas, seguras y adaptadas al entorno es más evidente que nunca.
En este contexto, empresas como Witzenmann se posicionan como aliados estratégicos, ofreciendo soluciones de ingeniería fiables y con capacidad de adaptación a los retos tecnológicos que plantea la transición energética.
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