Un estudio del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) ha afirmado que la substitución de los combustibles fósiles para mantener la vida cotidiana supondrá más recursos de energías renovables de los previstos en un primer momento.
El trabajo, llevado a cabo por los investigadores del ICTA-UAB, Lewis King y Jeroen van den Bergh, ha analizado las consecuencias de reemplazar combustibles fósiles si se quiere conservar los actuales estilos de vida, según ha informado la UAB este viernes en un comunicado.
El análisis ha indicado que en un escenario de futuro, la energía neta –el resultado de restar la energía generada menos la invertida para producirla– por cápita disminuya entre un 24 y 31% respecto a los niveles de 2014 y King ha apuntado que para continuar con los niveles actuales, “deberían crecer a una tasa de dos o tres veces mayor a la de las proyecciones actuales”.
Asimismo ha determinado la evidencia de “una priorización en la eliminación gradual” del carbón, después del petróleo y finalmente del gas, un objetivo, como ha remarcado, que se conseguiría mediante la implementación del precio del carbono, ya que disuadiría del uso del carbón más que del petróleo y el de este último más que el del gas.
Los dos responsables del estudio han sugerido tres opciones: mejorar la eficiencia energética en producción y consumo de bienes y servicios, invertir en fuentes de energía con mayor efectividad y un aumento de la energía generada, cumpliendo así con los acuerdos contra el cambio climático –calentamiento global por debajo de los dos grados–, a la vez que se continúa generando la energía neta necesaria para una sociedad global.