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Suiza apuesta por las energías renovables para sustituir a la nuclear

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Suiza inició esta semana un plan estratégico que prevé impulsar las energías renovables para reemplazar gradualmente la nuclear, que actualmente representa el 33 % de la producción energética estatal.

La Confederación Helvética, que se sirve en un 60 % de la energía hidráulica, iniciará una serie de medidas para permitir al país funcionar con otras energías renovables en cuanto acabe la vida "segura" de las cinco centrales nucleares que posee.

Dos de las plantas nucleares todavía en funcionamiento son de las más antiguas del mundo, según informó el Ministerio de Energía helvético, que prevé cerrar una de ellas el próximo año.

El responsable de Asuntos Internacionales de este Ministerio, Lukas Gutzwiller, explicó en un encuentro con un grupo de medios, entre ellos Efe, que las centrales no tienen un tiempo de vida fijo, sino que son las inspecciones las que deben determinar cuándo una planta ya no es suficientemente segura para seguir funcionando.

"Debemos reemplazar la energía nuclear antes de que cierre el último reactor", sostuvo el funcionario, que agregó que el plan prevé que en 2035 ya se hayan sustituido en su mitad.

Gutzwiller recordó que después del accidente nuclear en Fukushima (Japón) en 2011 el Gobierno suizo decidió reorientar su plan energético, aunque la nueva ley que lo desarrolla no entró en vigor hasta el pasado enero después de conseguir el apoyo de la población en un referéndum que se celebró en mayo de 2017.

La nueva estrategia incluye una serie de medidas para mejorar la eficiencia energética en la construcción, la movilidad y la industria y otras medidas para incrementar el uso de las renovables a través de su promoción y una mejora del marco legal.

Asimismo, planifica la retirada progresiva de la energía nuclear para la que no se otorgarán nuevas licencias, y se reducirá su dependencia gradualmente, basándose únicamente en el criterio de la seguridad.

Para cumplir con tales objetivos, el Gobierno aplicará un sobrecargo de 2,3 céntimos de franco suizo por cada kilovatio sobre el precio de la energía con el que espera recaudar un total de 1.300 millones de francos suizos (1.127 millones de euros) al año.

Los principales cambios se aplicarán en el sector de la construcción, con incentivos para incrementar la eficiencia energética y nuevos estándares para los edificios de obra nueva, y en el campo de la movilidad, así como en el sistema energético estatal.

De entre las energías renovables, Suiza se ha decantado especialmente por la solar, "ya que la energía eólica es más inestable", indicó Gutzwiller.

De hecho el funcionario aseguró que existe una lista de espera para acceder a los subsidios del Gobierno para instalar placas solares en viviendas particulares y que este año se están concediendo ayudas para los proyectos que las solicitaron en 2015.

Además, el Gobierno y algunas localidades, como Neuchatel, están invirtiendo en la investigación y el desarrollo de estas tecnologías.

Un claro ejemplo de ello es el Centro Suizo de Electrónica y Nanotecnología (CSEM, en francés), que recibe financiación pública y privada para desarrollar tecnologías que luego debe transferir a la industria para contribuir a su evolución y crecimiento.

Una de sus especialidades es la energía solar, sobre la que investigan en distintas líneas para reducir el coste de su producción o la mejora de su eficiencia y su posible aplicación en múltiples sectores, desde los aparatos más cotidianos hasta la fabricación de materiales para la construcción.

De hecho, entre sus logros destaca la personalización de las placas solares para mejorar su estética y ampliar su uso, por ejemplo en la publicidad, y su colaboración con el proyecto SolarStratos del aventurero suizo Raphaël Domjan.

El SolarStratos es un avión solar biplaza que pretende viajar hasta la estratosfera únicamente impulsado por la energía del sol, aunque hasta el momento solo ha logrado alcanzar los mil metros de altitud.

Sin embargo Domjan, que ya dio la vuelta al mundo en un barco solar, confía en llegar a los 10.000 metros de altitud este año y en 2020 superar los 20.000 metros, aunque para ello todavía deben optimizar el sistema de pilotaje del avión.

Domjan explicó esta semana a los medios internacionales que su principal objetivo es demostrar que "se puede hacer todo lo que uno quiera" con la energía solar, "e incluso más que con las energías fósiles".

En este sentido aseguró que sería imposible llegar a la estratosfera con un avión convencional.

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