Técnicas Reunidas, que acaba de recibir una multimillonaria inyección de fondos públicos, perdió 192 millones de euros en 2021, frente a los 13 millones que ganó un año antes, algo que atribuye directamente a los efectos de la pandemia en su negocio y que confía en superar en 2022.
Según ha detallado la empresa, especializada en ingeniería y construcción de infraestructuras para el sector petrolero y gasístico, sus ingresos ordinarios durante el año pasado cayeron un 20 % hasta los 2.808 millones, para situarse así un 40 % por debajo del nivel prepandemia.
"Los dos últimos años han supuesto un gran desafío para nuestro sector y para Técnicas Reunidas. No hubo adjudicaciones durante varios trimestres; se ralentizaron proyectos que se estaban iniciando; y fue más difícil y costoso ejecutar los proyectos en fases más avanzadas", ha explicado su presidente, Juan Lladó, al presentar las cuentas.
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De hecho, asegura que desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020, se ha hecho "complicado negociar y llegar a acuerdos con los clientes por la falta de interacción cara a cara, tanto para el reparto de los costes del covid, como para el reconocimiento de órdenes de cambio y de consecución de hitos en los proyectos".
RESCATE Y VUELTA A LA NORMALIDAD
En cualquier caso, Técnicas Reunidas asegura que la situación está "mejorando rápidamente" y espera volver a la normalidad en todos los frentes con el avance de 2022. De hecho, apunta que su cartera de proyectos ya ronda los 11.114 millones y al cierre de 2021 era un 26 % superior a la del final de 2020.
A ello se suma que hace menos de dos semanas, el pasado 18 de febrero, el Consejo de Ministros aprobó una inyección pública de 340 millones de euros en su capital a través del fondo de apoyo gestionado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para socorrer a empresas estratégicas afectadas por la pandemia.
La inyección de fondos públicos consta de un préstamo participativo de 175 millones y con un coste medio del euribor más 450 puntos básicos, que será reembolsado en junio de 2026, y un préstamo ordinario de 165 millones con un coste del 2 % en 4,5 años, que será amortizado a partir del segundo año, con un calendario de reembolso del 20 % en 2023, 30 % en 2024, 30 % en 2025 y 20 % en 2026.
Al cierre del año la deuda neta del grupo había quedado en 76 millones, lo que supone un 61 % menos que al final de 2020; mientras que los fondos propios se situaron en 104,7 millones, un 63 % menos.
"Hay señales claras de que estamos llegando a un punto de inflexión hacia la normalización (...). Además, las recientes adjudicaciones diversificadas y de riesgo reducido que se han obtenido durante 2021, junto con el apoyo de SEPI, contribuirán a estabilizar nuestras operaciones y apuntalar nuestra estrategia de crecimiento para los próximos años", asegura la empresa.
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