Algo está pasando con la denominada transición energética. La Cumbre del Cambio Climático ha servido para que el lobby verde haga piña en contra de los combustibles fósiles, principal causa de la contaminación en el mundo. Unos 800 inversores de todo el mundo han dado un paso hacia delante para desinvertir sus fortunas en activos petrolíferos y de combustibles fósiles. En total, el compromiso asciende a 50.000 millones de dólares en los próximos cinco años. El objetivo no es otro que cuidar el medio ambiente y apostar por las energías renovables.
Entre estos inversores se encuentran individuos particulares, empresas, fundaciones, ciudades incluso universidades. Es justo ahí donde nació el movimiento Divest-Invest (Desinvertir-Invertir) que tiene como objetivo que las inversiones en activos petrolíferos, carbón o arenas bituminosas se trasladen al sector de las energías limpias.
Una de las fundaciones que apoya a este movimiento es la Rockefeller Brothers, de los herederos del fundador de la Standard Oil y uno de los mayores magnates de la historia del petróleo, John D. Rockefeller. La familia Rockefeller ha decidido abandonar el petróleo y apostar por las energías limpias.
"Estamos absolutamente convencidos de que si estuviera vivo hoy en día, como un astuto hombre de negocios que miró hacia el futuro, también saldría de los combustibles fósiles e invertiría en energía limpia y renovable", ha dicho el presidente de la fundación, Stephen Heinz. La familia Rockefeller va a desinvertir 860 millones que la fundación posee en activos de combustibles fósiles. La decisión no fue fácil para la familia. Han tardado un año en decidirse. En este caso, sí es para tanto porque el peso de la historia de su familia es importante.
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