La Unión Europea está viviendo momentos de grandes cambios que afectarán a la economía y a los mercados. Y uno de ellos es el Comercio de Derechos de Emisión de CO2 (ETS-EU). Su principal amenaza es lo que ocurra en Reino Unido tras la dimisión de su primera ministra, Theresa May, que lo anunció la pasada semana pero que no se hará efectiva hasta el próximo viernes, 7 de junio.
"La decisión de May sí que afecta al mercado de CO2 pero tenemos la misma fotografía para el Brexit hasta que no sepamos quién es quien la va a suceder", explica Verónica Belinchón, Corporate Trader de la consultora especializada Vertis Environmental Finance, "a partir del 10 de junio se nominarán a los candidatos para primer ministro de Reino Unido y aunque hasta el momento, hay cuatro candidatos que han confimrado su intención de postularse para el cargo, el secretario de Desarrollo Internacional Rory Stewart, el ex líder de la casa Andrea Leadsom, la ex Secretaria de Trabajo y Pensiones Esther McVey y el ex secretario de Relaciones Exteriores Boris Johnson, es este último el que más se oye que podría ser el sucesor, pero aún es pronto para asegurarlo".
La lista aún no es definitiva, puede haber otros que expresen su interés pero si gana el candidato al que más se hace referencia en los medios de comunicación, Johnson, aumentaría la probabilidad de un Brexit sin un acuerdo. Sin embargo, no es seguro que él o cualquier otro político a favor de un Brexit duro sea elegido.
Será el Parlamento británico quien primero seleccione dos candidatos de la lista y le pida al partido conservador que escoja a uno de esos dos. Y si el Parlamento no quiere un Brexit sin trato, no designaría ningún candidato para que su partido pudiera elegirlo. Y no sería la primera vez que el Parlamento vota en contra de apoyar un Brexit sin un acuerdo.
El futuro se torna complicado, pero ¿en qué afecta esta incertidumbre a los precios del CO2 que tanta influencia tiene en la factura de la luz? "Hasta el 31 de octubre el mercado el CO2 no se verá afectado por lo que ocurra en la política británica porque se seguirá funcionando como hasta ahora", continúa Belinchón, "a partir de entonces, con un Brexit difícil habría un impacto negativo a corto plazo en el precio del carbono, ya que las instalaciones británicas con un excedente venderían sus derechos de emisión en el mercado".
Desde la consultora Vertis se estima que tengan un excedente de entre 50 y más de 100 millones de derechos, "sumando los que acumulan desde el pasado y los actuales. Es un rango difícil de calcular porque depende de los que hagan con ellos".
Las compañías con plantas o filiales en la Europa continental les podrían transferir sus asignaciones o incluso podrían haber vendido sus asignaciones (o parte de su excedente) en estos meses antes de finalizar la fecha de salida de Reino Unido de la UE.
Como consecuencia, en su opinión, "el volumen que podría afectar al mercado en realidad podría ser significativamente más bajo y tener también un efecto en los precios menos significativo".
"La peculiaridad del Reino Unido es que la entrega de los derechos de emisión que en el resto de países fue a finales de abril, tuvo que hacerse antes. Desde entonces hasta octubre las empresas están emitiendo gases pero como no saben si van a seguir en el mercado de CO2 europeo o no, no saben si van a tener que comprar derechos o no, y eso supone congelar parte de su presupuesto a expensas de lo que ocurra pasado el mes de octubre".
Si hay un Brexit duro, todas las asignaciones británicas que no se han distribuido para 2019 (asignación gratuita y subasta) no afectarán al mercado y, por lo tanto, no aumentarán la oferta (y el excedente) de asignaciones y reducirán la demanda.
Y es que con Brexit blando, duro o sin él, en las negociaciones entre Reino Unido y Bruselas nunca se ha determinado si van a continuar participando en el ETS-EU, van a tener su propio mercado o no van a tener ninguno.
En cualquier caso un Brexit duro tendrá un corto plazo y un impacto negativo limitado en el precio del carbono, "no valoramos que los precios caigan por debajo de 10 euros", concluye Belinchón, "y si hay mucha fluctuación en el mercado de CO2 tendrá una razón más psicológica que técnica"
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