Eficiencia

Un invierno más eficiente: cómo el asesoramiento energético está cambiando la forma de consumir en casa

Innovación, autoconsumo y programas de ahorro marcan el nuevo modelo energético doméstico

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Cuando las temperaturas caen, el contador suele ir en dirección contraria. Los meses fríos pueden disparar el consumo energético doméstico hasta un 30%, especialmente por la presión que ejercen la calefacción y el agua caliente, responsables de casi la mitad del gasto anual de un hogar. Aun así, las cifras no están condenadas a crecer sin control. La combinación de tecnología, buenos hábitos y un asesoramiento adecuado está redefiniendo la manera de calentar las casas sin que se enfríe el bolsillo.

El reto ya no consiste solo en mantener un hogar confortable, sino en hacerlo de forma inteligente. Los expertos insisten en que el ahorro energético no depende de un gran gesto, sino de una suma de decisiones diarias que, cuando se mantienen en el tiempo, pueden reducir tanto el impacto en la factura como en el planeta. Y, lo más importante, sin necesidad de renunciar al confort.

En este contexto, cada elemento del hogar cuenta. Revisar la caldera antes de que llegue el frío, por ejemplo, puede mejorar su rendimiento hasta un 15%, una diferencia que se traduce directamente en consumo evitado. También lo hacen unas buenas ventanas: los modelos más recientes, pensados para reforzar el aislamiento, pueden reducir la pérdida de calor en hasta un 20%, manteniendo la temperatura interior estable y evitando que la calefacción trabaje más de lo necesario.

Automatización dentro del hogar

La tecnología ha entrado de lleno en este terreno. Sistemas domóticos capaces de regular luces, calefacción y electrodomésticos permiten controlar el hogar desde el móvil y ajustar cada uso a lo estrictamente necesario. En muchos casos, estas automatizaciones suponen ahorros de hasta un 30% en la factura eléctrica, además de añadir comodidad y seguridad. Y para quienes buscan dar un paso más, la energía solar continúa consolidándose como una alternativa sólida: una instalación bien dimensionada puede cubrir hasta el 80% del consumo anual, especialmente si se combina con baterías capaces de almacenar la energía producida durante el día.

Pero la eficiencia no siempre depende de grandes inversiones. A veces, los pequeños gestos ofrecen grandes resultados. En los últimos años, las mantas eléctricas se han popularizado por su capacidad de calentar solo las zonas necesarias con un coste mínimo, en torno a cuatro céntimos por hora. Y aunque requiera una inversión inicial mayor, el suelo radiante eléctrico sigue ganando adeptos gracias a su capacidad para distribuir el calor de manera uniforme y consumir menos que los radiadores tradicionales.

El ahorro como un incentivo tangible

El auge de herramientas digitales también está transformando la relación del consumidor con su propio consumo. Endesa ha desarrollado InfoEnergía, un asesor energético gratuito para clientes con potencias inferiores a 15 kW. Esta herramienta permite analizar patrones de uso, conocer la eficiencia de los electrodomésticos y recibir recomendaciones personalizadas. Los usuarios que la emplean logran, de media, un 10% de ahorro adicional respecto a quienes no lo hacen, lo que puede traducirse en hasta 120 euros menos al año.

La compañía también ha apostado por fórmulas innovadoras que convierten el ahorro en un incentivo tangible. Su programa de fidelización Para Ti, pionero en el sector, permite acumular puntos canjeables por descuentos en facturas de luz o gas, y colaborar con marcas asociadas. Dentro de este mismo programa se incluye la iniciativa Premiamos tu eficiencia, un reto trimestral que recompensa a los hogares que reducen su consumo respecto a su referencia. Cumplir el objetivo aporta 200 puntos, y si la reducción es mayor, se pueden acumular hasta 700 puntos adicionales.

En conjunto, estas herramientas marcan un cambio de paradigma: la eficiencia ya no se concibe solo como una responsabilidad medioambiental, sino como una oportunidad real de ahorro y bienestar. La llegada del invierno, con sus inevitables necesidades energéticas, se convierte así en el momento ideal para revisar hábitos, apoyarse en la tecnología y sacar partido de los servicios que ofrecen las compañías energéticas. Porque hoy, más que nunca, ahorrar energía tiene premio.

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