Todo el mundo se cree que la energía fotovoltaica tiene una edad muy corta, una veintena o treintena de años a lo sumo. Pero no es así. Los primeros módulos fotovoltaicos se descubrieron en 1872 por el ingeniero eléctrico inglés Willoughby Smith.
En esta fabulosa imagen se pueden ver las barras de selenio con las que el investigador descubrió la fotoconductividad a través de este material. Es la génesis de lo que hoy se denomina la energía fotovoltaica.
Gracias al libro Let It Shine: The 6,000-Year Story of Solar Energy del autor John Perlin podemos ver esta histórica imagen cuyos elementos protagonistas tienen 142 años. Ahí es nada.
El descubrimiento de Smith llamó la atención de otros dos científicos británicos, William Grylls Adams y Richard Evans Day, que continuaron los pasos del padre de la fotovoltaica.
Para poder comprobar que el selenio respondía a la luz, hicieron varias pruebas con velas encendidas hasta que pudieron ver que la generación eléctrica se debía al haz de luz de la vela que al calor que generaba la llama de la misma.
En definitiva, un trozo de historia que pone los pelos de punta.
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