Durante años Argentina centró sus ojos en el futuro energético glorioso que prometía el proyecto de gas y petróleo de Vaca Muerta. Prometía duplicar la producción de ambos combustibles en estos últimos seis años para Argentina, reservas de gas y petróleo no convencional que le servirían para abastecer la región durante los próximos 50 años, pero esas expectativas se han quedado en un castillo en el aire.
Según un informe del Instituto para la Economía de la Energía y el Análisis Financiero (IEEFA), un grupo de investigación financiera a nivel mundial, Vaca Muerta se enfrenta a obstáculos tan fuertes por las actuales imposiciones fiscales, de mercado, políticas y ambientales que harán que "el plan es probable que fracase".
"El plan de extracción de Vaca Muerta prometía subsidios que son inasequibles, se basaba en un equipo empresarial argentino financieramente débil y esperaba atraer compañías internacionales de petróleo y gas cuando hay oportunidades mucho mejores en otros lugares", ha dicho el director de finanzas del IEEFA, Tom Sanzillo, coautor del informe, "durante los últimos seis años, los inversores extranjeros han firmado acuerdos con las compañías más importantes del negocio de petróleo y gas, pero el progreso es lento, los compromisos son escasos y los planes futuros no son realistas".
La cuenca Vaca Muerta en el norte de la Patagonia posee las reservas de gas y gas de esquisto más grandes del país y algunas de las reservas de este tipo más grandes del mundo.
El informe, Financial Risks Cloud Development de la Reserva de Petróleo y Gas Vaca Muerta de Argentina, detalla cómo los socios extranjeros más importantes de Argentina en Vaca Muerta se vuelven cada vez más nerviosos, anunciando reducciones de subsidios, advirtiendo de una infraestructura débil, de falta de recursos hídricos y de inestabilidad política. En definitiva, amenazando el logro de los agresivos objetivos de producción para el país latinoamericano.
"Argentina cuenta con inversores extranjeros para salvar el proyecto potencialmente condenado y así poder reactivar la economía nacional", ha reconocido Kathy Hipple, analista financiera del IEEFA y también coautora del informe, “pero las multinacionales de petróleo y gas dependen de los subsidios de Argentina debido a los altos niveles de riesgo. La suposición de que el sector privado aumentará la inversión a medida que Argentina reduce su compromiso no es realista y es probable que los objetivos de producción agresivos del país se queden cortos".
La creciente lista de inquietudes de los inversores incluye las promesas incumplidas del gobierno a los consumidores y productores para lograr el equilibrio y el crecimiento en los mercados energéticos de Argentina. Cuando el gobierno anunció fuertes recortes en los subsidios a la producción en enero de 2019, Tecpetrol, socio clave, reaccionó de manera contundente, como por ejemplo interrumpiendo la producción y despidiendo trabajadores. Moody's llamó a los recortes de subsidio "crédito negativo" para los inversores en el proyecto.
“El hecho es que hasta la fecha el 65% de las inversiones son del gobierno o de entidades afiliadas al gobierno. Esto está drenando las arcas y los juegos de azar del país con su futuro ", dijo Sanzillo.
El informe señala que el progreso del desarrollo de Vaca Muerta ha sido comparativamente escaso en relación con la Cuenca Permiana en Texas, a la que se compara frecuentemente como una fuente mundial de petróleo y gas. En los primeros seis años de desarrollo de la Cuenca Pérmica, los productores completaron 3.021 pozos, en comparación con solo 342 pozos durante los primeros seis años de desarrollo en Vaca Muerta.
El conjunto completo de riesgos que enfrenta el proyecto es desalentador. Argentina enfrenta inestabilidad macroeconómica (moneda devaluada, deuda abrumadora), incertidumbre política, transportes e infraestructuras inadecuados, escasez de agua y creciente oposición pública, incluidas protestas de grupos de derechos indígenas.
"El declive y la moderación mostrados por los socios extranjeros indican que no se cumplirán los objetivos de producción e inversión", según el informe.
Siete años después de la expropiación del 51% de la petrolera YPF, controlada entonces por Repsol, la debilidad de Vaca Muerta huele al homónimo de su apellido.
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