Renovables

20 años de Sol: una historia colectiva, un ejemplo individual

ATA Renewables celebra su vigésimo aniversario acompañando de la mano a la instalación de energía solar en España

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Cuando ATA Renewables nació en 2005, lo hizo en un país que apenas rozaba los 50 MW de potencia solar instalada, comparada con los casi 34 GW que tenemos ahora España aún no era la potencia renovable que después sería, pero sí un hervidero de ideas, pioneros y posibilidades. La eólica tenía un poco más de track récord, con unos 10GW – comparados con los 32GW actuales.

Tras su fundación, a los pocos meses se equipa con tres personas con su primer encargo, la ingeniería, construcción y puesta en marcha  de una planta fotovoltaica de 1,89 MW en Écija.

Veinte años después, esa pequeña empresa renovable ha participado en proyectos que suman más de 330 GW de experiencia acumulada en más de 70 países. Y mientras tanto, el sector al que pertenece ha vivido una transformación sin precedentes, de nicho regulado a columna vertebral del sistema energético mundial.

Del garaje al boom: la España solar de 2005–2008

A mediados de la década de 2000, España se convirtió en el epicentro mundial de la energía solar. Con primas reguladas generosas — de hasta 48 c€/kWh para pequeñas instalaciones fotovoltaicas — el país atrajo inversión, desarrollo tecnológico y cientos de empresas emergentes. En 2008, se instalaron 3,4 GW, lo que representaba el 80% de toda la potencia fotovoltaica instalada en Europa en este año.

ATA creció en este contexto, basada sobre todo en servicios de “due diligence” técnica e ingeniería de proyectos, además de supervisiones de fabricación en factorías principalmente asiáticas. Pero el crecimiento fue tan rápido como frágil. En el 2008 el boom renovable paró súbitamente y más adelante el gobierno español recortó retroactivamente las primas, provocando problemas de fiscalidad importante en los proyectos renovables que dependían de las primas.

La diáspora solar: adaptarse o desaparecer (2009–2015)

Muchas empresas desaparecieron. Otras, como ATA, miraron a los mercados internacionales, y comenzaron un proceso de diversificación de ingresos. Fue el año de la incorporación de Oscar Pereles como socio accionista. El primer salto fue a Italia, donde se abrieron oficina y filial. Le siguieron Bulgaria y Grecia, con proyectos emblemáticos como los 70 MW en Karadzhalovo (Bulgaria) o los 70 MW en Rovigo (Italia) junto a SunEdison.

En Sudáfrica colaboraron con Eskom en plantas termosolares, desplazando ingenieros directamente a las oficinas del operador estatal.

Luego llegó Chile, donde ATA también desplazó 15 ingenieros y comenzó sus andadas supervisando la construcción de 150 MW en el desierto de Atacama. En paralelo, trabajaron en Marruecos con la ONEE y MASEN en proyectos fotovoltaicos y termosolares.

Fue una etapa de expansión intensa y valiente, pero también complicadísima para el sector. El mercado en España había parado repentinamente, y cada cierto periodo de tiempo el foco renovable cambiaba de país, siempre siguiendo los incentivos renovables, que eran indispensable para que los proyectos renovables fueran rentables. ATA se adaptó para superar esta gran crisis del sector, con oficinas en cuatro continentes y servicios diversificados, desde ingeniería hasta certificación, ATA siguió todas las oportunidades y se consolidó como una de las pocas asesorías e ingenierías españolas independientes que sobrevivieron la fuerte consolidación de empresas en grandes grupos. En cuanto a certificación ATA segregó el departamento en empresa, CERE, que lideró el mercado de certificación en renovables a nivel internacional y Recientemente adquirida por la multinacional UL.

El sector se reinventa: de subsidios a PPAs

Mientras tanto, el mercado global también cambiaba. En 2005, el mundo tenía apenas 5,6 GW de fotovoltaica instalada. En 2024, ya superamos los 1.600 GW. El precio de generar un megavatio hora solar pasó de 330 €/MWh en 2008 a 39 €/MWh en 2024, una reducción del 88%.

Los proyectos crecieron también en escala. El tamaño medio de una planta pasó de 2 MW a más de 150 MW, con mega parques cercanos a 500MW en Extremadura marcando un nuevo estándar, o 3GW en el caso de los parques solares de Oriente Medio, donde ATA trabaja casi en el 100% de los proyectos solares que se están construyendo allí. La productividad también mejoró: los paneles solares actuales generan un 35% más energía por metro cuadrado que hace 20 años.

A partir de 2018, el sector renovable vivió un punto de inflexión que cambió su lógica de funcionamiento a escala global. Hasta entonces, la expansión de la energía solar se había apoyado mayoritariamente en esquemas de subsidios y tarifas reguladas, lo que convertía al sector en esencialmente nómada: las empresas seguían los mercados donde hubiera incentivos, y migraban cuando estos se agotaban. Pero entre 2018 y 2020, una serie de macrolicitaciones en Oriente Medio reveló algo que cambiaría todo: la solar fotovoltaica podía competir —y ganar— sin ayudas. Los precios ofertados en esos concursos fueron tan bajos que demostraron al mundo que la rentabilidad de la energía solar ya no dependía del apoyo público, sino de su propia eficiencia. Desde entonces, el sector dejó de ser una oportunidad puntual en países concretos para convertirse en una opción viable y estructural en cualquier mercado con regulación estable y recursos adecuados.

Vuelta a casa: el renacer español (2018 en adelante)

Gracias a la rápida bajada de precios de energía renovable demostrados en los concursos del Medio Oriente, y que en el 2018, España derogó el infame “impuesto al sol”, la situación de la solar en España cambió muy rápidamente. En ese momento se podían construir renovables por debajo de los €50/MWh El autoconsumo se desbloqueó, los trámites se simplificaron y el país volvió a ser atractivo para inversores. ATA, que por entonces tenía el 90% de su negocio en el exterior, volvió a crecer en casa. Proyectos de fotovoltaica, eólica, hidrógeno verde y almacenamiento empezaron a perfilarse en el mercado.

En paralelo, ATA creó ATA Insights, referente en inteligencia de mercados e información; que a través de su marca RENMAD organiza eventos con gran calidad técnica y humana.

ATA siguió adaptándose a las necesidades y cambios del mercado, creando ATA Storage, una unidad técnica centrada en baterías y flexibilidad energética, que trabaja tanto en España como en mercados internacionales. Incorporaron herramientas de simulación con inteligencia artificial, modelos financieros complejos y software propio, consolidando su papel como referente técnico independiente.

Hoy, la empresa es diversa, joven y transversal. Con un porcentaje notable de mujeres en plantilla, un equipo humano comprometido y una cultura horizontal, ATA se ha convertido en una lanzadera de ingenieros para todo el sector.

El futuro solar: almacenamiento, regulación y más resiliencia

España tiene hoy más de 12 GW de almacenamiento en promoción, frente a los 22,5 GW previstos en el PNIEC para 2030. Pero su despliegue está limitado por la ausencia de una regulación de capacidad, esencial para que los bancos financien baterías a largo plazo. Se espera que este marco llegue en 2025 o 2026. Cuando lo haga, el sector vivirá un nuevo boom.

Mientras tanto, los fundamentos son sólidos ya que la solar fotovoltaica es, hoy por hoy, la tecnología más barata y Europa y el mundo avanzan con firmeza hacia un futuro descarbonizado y renovable.

El futuro: optimismo, ambición y estabilidad

La historia de ATA Renewables es, en el fondo, la historia del sector renovable. De los años del garaje al liderazgo global. Es una empresa que ha sobrevivido por visión, talento y decisión.

Los próximos cinco años serán decisivos. Las renovables han dejado de ser una alternativa para convertirse en la columna vertebral del sistema eléctrico. España ya ha tenido días enteros de generación 100% renovable. Europa fija objetivos cada vez más exigentes. Y el mercado, aunque cíclico, tiene dirección clara: más electrificación, más flexibilidad, más almacenamiento.

El reto será evitar los errores del pasado: volatilidad regulatoria, cuellos de botella, dependencia de incentivos. La estabilidad es clave para garantizar que el crecimiento sea sostenible.

Y mientras tanto, las empresas seguirán adaptándose. Las que aprendieron a sobrevivir saliendo al mundo —como ATA— son ahora líderes. Su historia no es solo empresarial, es una lección de resiliencia y sigue el lema de su fundador, Pablo Valera: “Hay que aprender cosas nuevas y pasarlo bien. Y si mejoras el futuro de todos, pues mejor.”

ATA Renewables está de celebración

La compañía, dirigida ahora por Alvaro Payán, cumple 20 años y lo hace con la misma energía con la que comenzó: con ilusión, compromiso y la mirada puesta en el futuro. Este aniversario marca no solo un hito en su trayectoria internacional, sino también el inicio de un año muy especial, lleno de actividades y encuentros para conmemorar todo lo que han construido junto a su equipo, sus clientes y sus colaboradores. Veinte años después de sus primeros pasos en el mundo de las renovables, ATA sigue creciendo, aprendiendo y disfrutando del camino. Y lo mejor, sin duda, está por venir.

Mención especial a los que han pasado por ATA y ya no están, a los que se han ido y han vuelto, a los clientes de siempre y a los nuevos clientes, sin olvidar por supuesto a los actuales empleados, buenos profesionales, comprometidos pero sobre todo buenas personas, ellos son el futuro de la empresa.

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