Pese a que 2017 ha sido el año de la eólica en Europa, las buenas noticias no se han trasladado a los grandes fabricantes de aerogeneradores, Vestas Wind Systems, Siemens Gamesa y Nordex Acciona. La evolución de la cotización de sus acciones contrastan con el informe anual publicado por la asociación sectorial Wind Europe, que mostraba que la Unión Europea había batido en 2017 un récord en cuanto a la nuevas capacidades de potencia eólica instalada, con 15,7 gigavatios adicionales y un avance del 20% respecto a 2016.
En los cuatro años previos, las tres compañías tuvieron un crecimiento sólido y sostenible, con una evolución muy parecida, pero llegó 2017 y todo cambió. "La cotización de Vestas es la que marca la pauta, se ha convertido en un indicador", señalan fuentes del sector eólico, "si el negocio le va bien o mal a la danesa, el mercado entiende que el resto de la industria seguirá su estela, es un _global player _que tiene intereses en todas las áreas geográficas".
El mes más dramático fue noviembre de 2017, cuando las acciones de las tres compañías sufrieron una caída de las acciones sustancial. En el caso de Vestas, de las 572,50 coronas danesas por acción del 1 de noviembre bajaron hasta las 360,80, el 27 de noviembre, más de un 35%, un valor muy por debajo de lo que había cotizado a lo largo de los últimos doce meses. Coincidió con la presentación de un "warning profit" por una menor rentabilidad en el futuro ante la reforma fiscal propuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y por un aumento de la competencia. No hay que olvidar que Norteamérica para Vestas supone casi un 50% de su cifra de negocio total.
También Siemens Gamesa sufrió un importante revés en ese mes, que se añadía a una nefasta evolución de sus acciones desde que en marzo de 2017 se pusiera en marcha la complicada fusión entre el gigante español y la filial eólica de Siemens. El anuncio de los resultados de su primer semestre, una reestructuración de hasta 6.000 empleos en todo el mundo y el anuncio de Trump, tumbó hasta los 10,55 euros el precio de su acción, el nivel más bajo desde febrero de 2015. A eso se le añadió que su rival en el sector lanzara el _profit warning, _lo que contagió el castigo para Siemens Gamesa en Bolsa.
Las pérdidas de 2017 hasta ese momento eran del 37%, y si se compara con los máximos del año fue aún más severo, al superar el 51%.
Con un año y medio de antelación, la experiencia de la fusión de Nordex y Acciona WindPower ha sido muy similar. Desde los inicios de 2016, sus acciones han ido cayendo desde el pico de los 32,90 euros del 18 de diciembre de 2015 hasta los 9,43 euros actuales. En ese momento, el valor en bolsa de Nordex era de 2.000 millones de euros. Ahora, Nordex vale tan sólo 968 millones. La compañía también tuvo que afrontar una segunda reestructuración de plantilla el pasado mes de septiembre, un ajuste del 9,6% del total, entre 400 y 500 empleados.
En el último trimestre de 2017 coincidieron varios factores que hicieron tambalearse a los fabricantes eólicos. "Por entonces el presidente de EEUU, Donald Trump, reveló que en su reforma fiscal afectaba a las exenciones fiscales empleadas para promocionar a las renovables, lo que provocó muchas incertidumbres para la industria eólica, aunque posteriormente consiguieron negociar y llegar a un acuerdo para evitar que hubiera un impacto cuantificado en una pérdida de inversión de 50.000 millones de dólares anuales", señalan las mismas fuentes, "pero el problema no es solo Trump y sus decisiones políticas, sino las previsiones de futuro del sector".
Según las fuentes, "las perspectivas de la industria eólica para los próximos dos años no son muy halagüeñas, el mercado chino está en declive, las ayudas fiscales se están reduciendo en todos los países donde se están desarrollando proyectos renovables, y hay un efecto de saturación en Europa".
En el caso de EEUU la situación se complica aún más. "Es cierto que en EEUU se están cerrando centrales de carbón, en tan solo cinco años la generación se ha reducido de un 50% a un 30% pero están apostando fuertemente por el gas, que actualmente lo tienen más barato que el carbón, y no tanto por la energía eólica, y además la demanda eléctrica no está aumentando", añaden. De hecho, el único sector que tiene buenas perspectivas de crecimiento es el de la eólica marina, "los movimientos en offshore son muy interesantes, especialmente en la Costa Este".
"Si al mercado norteamericano, se le suma que se ha ralentizado el ritmo de nueva potencia instalada en China, (pese a que seguirá siendo el líder mundial) porque tampoco allí está creciendo la demanda eléctrica a los dos necesarios dígitos, a los fabricantes eólicos solo les queda mirar a otros mercados, como es el de la India y los países de África".
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