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A mes y medio de cerrar centrales de carbón en España, no hay subastas para los puntos de conexión y acceso que se liberen

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El próximo 31 de junio nueve de las catorce centrales térmicas que hay en España echarán el cierre, o como mucho, podría retrasarse unas semanas, justo los que en el calendario ha estado activo el estado de alarma. A partir de ahí, según el Real Decreto-ley 17/2019, en su Disposición final segunda que modifica la Ley del Sector Eléctrico, Transición Ecológica podrá convocar una subasta para los puntos de acceso y conexión que queden libres una vez que esas centrales apaguen su interruptor, pero según fuentes del Ministerio, "aún no hay ninguna novedad al respecto".

Esa subasta ya tiene diseñado su procedimiento y cuáles serán los requisitos para la concesión de la totalidad o de parte de la capacidad de acceso de los nudos de la red que queden libres. Según aparece en el RD y confirmó Laura Martín Murillo, vocal asesora de Teresa Ribera y recién nombrada directora del Instituto de Transición Justa, en un webinar de UNEF, "concursaremos el otorgamiento de permisos de acceso a la red para nuevos proyectos renovables en las zonas en transición con un mecanismo que pondere desde los beneficios técnicos y económicos como los medioambientales y sociales, incluida la generación de empleo".

No es ésa la idea que tiene la CNMC para convocar esa subasta. Según su Circular 4/2020, presentada a primeros de mayo y que ya está sobre la mesa del Consejo de Estado, propone que el proceso de adjudicación se haga según cuantía económica, es decir, que se diseñe una subasta donde se ofertará, para una determinada potencia instalada y tecnología, el importe en €/MW que está dispuesto a ofrecer el solicitante. Pero poco puede hacer, pues le compete al Ministerio decidir cómo va a ser finalmente.

Solo queda la duda de quienes están en condiciones de ofrecer un plan completo de fuertes inversiones en las comarcas donde se cierran las centrales, con proyectos sostenibles, que generen suficiente riqueza y empleo en la zona que no se empobrezcan después del carbón.

"Inicialmente, en el primer borrador del Anteproyecto de la Ley de Cambio Climático, el Ministerio de Transición Ecológica propuso que las eléctricas propietarias de las centrales que fueran a cerrar pudieran conservar el acceso a la red si lo usan para conectar renovables y generar desarrollo regional y empleo", explican fuentes del sector eléctrico, "pero, tras las críticas recibidas, al final esos accesos se otorgarán a quienes creen más empleo. Un planteamiento más lógico y flexible que el de la CNMC, con una visión muy anticuada".

"Nos parece bien que sea el Ministerio el que regule el procedimiento posterior al cierre de centrales", explica José María González Moya, director general de APPA, "pero no hay que olvidar que no se les tiene que dar prioridad a las grandes eléctricas sino que se permita la participación de todos los que quieran concurrir a la subasta".

"Otro asunto es que la CNMC dice en su Circular 4/2020 que en caso de que se motive un incremento sobrevenido de capacidad disponible en un nudo que permita una nueva potencia instalada superior a 200 MW, también se subastará ese punto de acceso que quede libre", añade Moya, "en este caso no se trataría de cierres de térmicas o nucleares, competencia de Transición Ecológica, sino por ejemplo de cierre de ciclos combinados, o alguna central de fuel gas, etc. que ahí sí seria potestad de la CNMC decidir cómo se realizaría esa subasta".

Las catorce plantas que están actualmente en funcionamiento suman una potencia instalada de poco más de 10.000 MW, una capacidad que se va a ver mermada primero en mes y medio, y aunque queden cinco centrales que alargan su vida más allá de junio de 2020: las de As Pontes (A Coruña) y Litoral (Carboneras, Almería), ambas propiedad de Endesa; Los Barrios (Cádiz) -de Viesgo-, y Aboño y Soto de Ribera, las dos en Asturias y propiedad de EDP España, no será por mucho tiempo. Endesa presentó el 27 de diciembre la solicitud formal de cierre de todas sus térmicas y, según se ha previsto, dejarán de funcionar en el segundo semestre de 2021, según se ha previsto.

No es de extrañar. En el último año y en los meses que llevamos de 2020, las térmicas apenas han representado un 4,9% en el mix de 2019, entre otras razones, porque los costes del comercio de derechos de emisión y los bajos precios del gas las expulsa del mercado. Por ejemplo, según publica en Twitter, Paco Ramos, responsable de Ecologistas en Acción en Asturias, "desde enero de 2019, centrales como Narcea 2 no ha funcionado ni una sola hora. Lada 4 o Narcea 3 apenas se han usados unas horas, al igual que Soto de Ribera 3 o Aboño 1".

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