Política energética

A vueltas con la fiscalidad de la luz, un negocio de unos 13.000 millones para el Estado

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España paga la quinta electricidad más cara de la Unión Europea. Solo por detrás de Alemania, Dinamarca, Bélgica e Irlanda. Normalmente, el consumidor únicamente ve a través de la factura de la luz que paga un 21% de IVA y un Impuesto Especial a la Electricidad del 5,11%. Pero realmente, detrás del precio de la luz se esconden varios tributos que encarecen el precio de la electricidad y que llenan las arcas del Estado.

Aproximadamente, a través de la electricidad los consumidores pagamos unos 13.000 millones de euros al año en impuestos, que unos van directamente al Estado y otros para contrarrestar los altos costes políticos de la luz, los conocidos como cargos del sistema, como son las primas a renovables, cogeneración y residuos (unos 6.500 millones), la amortización de la deuda (2.800 millones) y el 50% de los costes extrapeninsulares (750 millones aproximadamente).

Bien, teniendo en cuenta que 2020 fue un año atípico, lo mejor para ver cómo son los ingresos del Estado por la luz, es irse al año 2019. Según el informe de la Agencia Tributaria de 2019, la cantidad percibida por el IVA de la luz asciende a cerca de 6.000 millones de euros. Cabe recordar que se paga un 21% por un bien de primera necesidad, mientras que en otros países del entorno pagan un IVA menor como sucede en Italia, Francia, Reino Unido o Portugal, entre otros.

En cuanto al Impuesto Especial a la Electricidad, el Estado recaudó en 2019 unos 1.376 millones de euros. También cabe recordar que sobre este impuesto se aplica un IVA del 21%.

Además hay que sumar la tasa municipal que pagan las ccomercializadoras a los ayuntamientos por el uso de las redes. Una cantidad que supera ampliamente los 400 millones de euros.

Ahora vamos con los tributos que se pagan a través del precio de la electricidad.

La Ley 15/2012 recoge varios impuestos que se pagan para poder conseguir el equilibrio en las cuentas del sistema eléctrico. Estos son:

1.- El Impuesto al Valor de la Producción de Energía Eléctrica. Se trata de un impuesto del 7% a la generación de cualquier tipo de fuente eléctrica. En 2019, según datos de la CNMC, la cifra disminuyó ya que estuvo en parte sin aplicarse este impuesto. Pero en 2018 se recaudaron más de 1.500 millones de euros. Para 2021 see espera una recaudación parecida.

2.- Canon hidráulico. Se creó este impuesto para penalizar los beneficios caídos del cielo a la hidroeléctrica y así ayudar a obtener ingresos para el sistema eléctrico. La recaudación de 2019 ascendió a unos 173 millones de euros, según la CNMC.

3.- Tasa a la nuclear. En este caso hay dos conceptos, por la producción del combustible y su almacenamiento. El objetivo era el mismo quee con el agua, compensar esos windfall profits. La recaudación en 2019 fue de 302 millones.

A ello habría que sumar la Tasa Enresa, que tras el nuevo acuerdo subió a más de 8 €/MWh producido. En total se recaudarían unos 450 millones de euros al año con ello. Esto lo meten las centrales nucleares en sus ofertas.

4.- Impuesto Especial sobre Hidrocarburos. Según la CNMC, la recaudación para el sistema eléctrico ascendió a 183 millones de euros.

5.- Impuesto Especial al Carbón. En las cuentas de la AEAT laa cifra de este impuesto en 2019 fue de 139 millones. Pero esta cifra ess engañosa porque ahora el uso de las centrales térmicas ha caído mucho y la recaudación podría rondar en 2021 sobre los 60 millones.

6.- Subastas de CO2. El impuesto al carbono generó unos ingresos en 2019 de 648 millones de euros. SSegún la CNMC, para 2020 tienen previsto ingresar unos 1.000 millones de euros y para este 2021, con el precio disparado en más dee 51 €/t la recaudación podría rondar los 2.000 millones de euros.

En total, y teniendo en cuenta la producción eléctrica de este año y sobre todo el precio de la electricidad récord, la recaaudación para este año se iría a unos 13.000 millones de euros. Sin duda, un gran negocio para el Estado y una losa muy pesada para los consumidores, sobre todo los más vulnerables.

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